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—Alya, marca ese árbol.

La mujer se aproximó a donde dijo con agilidad, bajando de su escoba para así impregnar el olor perteneciente a Isabella Swan en el gran árbol.

Una vez que el olor quedó impregnado ella subió a su escoba y rápidamente voló a toda velocidad junto a los vampiros que le llevaban un poco de delantera.

Todos habían quedado asombrados por la velocidad que manejaba aquella escoba en la que se estaba transportando la bruja, ya que jamás habían presenciado algo como lo que era ella.

Llevaban aproximadamente una hora en la que partieron rumbo al norte del país, dejando el camino libre hacia Phoenix, que era a donde se dirigían Jasper, Alice e Isabella.

El rastreador no tenía sospecha alguna de lo que estaban planeando, puesto que el olor que ambas mujeres llevaban consigo era suficientemente intenso para atraerlo de forma segura.

Cada tanto, Edward o Carlisle daban la indicación de marcar algún árbol que se encontrara en el camino, para así esparcir muy bien el aroma de la humana en ellos.

Sin embargo, no estaban siendo cuidadosos respecto a cómo estaban distribuyendo el patrón del olor.

—Rosalie, el árbol.— indicó Edward.

La rubia se detuvo a frotar la ropa contra la madera, haciendo una mueca, pero resignándose a hacerlo.

Alya observó a la distancia, buscando algún indicio de que las estaban siguiendo, ya que al ser la única que podía elevarse en el aire y observar detalladamente gracias al hechizo que estaba utilizando, debía de aprovecharlo al máximo.

—Listo, vámonos.— habló en tono firme, comenzando a volar nuevamente y seguir el paso de su familia.

Aunque fue por poco, ella juro que los escucharon solamente a ellos.

—No estamos siendo cuidadosos.— habló nuevamente, sabiendo que era escuchada por los vampiros debajo de ella.

Esquivaba los árboles con agilidad, evitando una catástrofe.

—Mamá tiene razón.— concordó Emmett, aún sin detenerse.— debemos cambiar el patrón o se dará cuenta.

Pero antes de que alguien más pudiese hablar, se detuvieron de golpe, ya que escucharon un estruendo a lo largo del bosque, no muy lejos de su ubicación actual.

Alya descendió lentamente, mirando a los presentes con preocupación.

—Creo que ya se dio cuenta.— Edward miró a los presentes con temor, indicando que era verdad.

Carlisle se acercó a su pareja, quien ya se encontraba con los pies en el suelo, sosteniendo su escoba con una mano.— Debemos regresar a Forks.

—El rastreador irá por Isabella.— Rosalie miró a su pareja.— ahora que sabe que lo engañamos no será fácil.

—¿Qué hay del padre de Bella?.— preguntó Emmett.— el ahora sabe dónde vive ella, peligra su vida.

Alya observó su mano unida a la de su pareja, sabía que era algo riesgoso separarse de él en aquella situación, pero debía hacerlo. Dio un pequeño apretón a su mano, llamando su atención al instante.— Rosalie y yo podemos ir a vigilar la casa, ustedes vayan a Phoenix.

La rubia miró a la castaña con determinación, concordando con su idea al instante.— Mamá tiene razón, ustedes vayan con la humana, nosotras nos quedamos en Forks a vigilar al padre de Bella.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄, 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍 ¦ 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐈𝐒𝐋𝐄 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora