𝐂apítulo 1

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  ◌ 🍎˴  ¿Tu quién eres?. ˚ ꒱

    °○ Erick 11 años.

<<¿Podríamos regresar a casa?>>Esa pregunta siempre estaba en mi mente cuando iba al colegio, en ese lugar que era mi tormento, desde que llegamos a España siempre recibía los comentarios de aquellos que eran mis compañeros de clase.

Esa mañana, justo aquella fue en las que eso ya me estaba esperando, el solo llegar a las puertas de aquel lugar me provocaban esas náuseas y esas ganas de correr a llorar en los brazos de mamá. Mis manos estaban sujetando la correa de aquella mochila que llevaba, no negaría jamás que después de dos años de vivir aquí me seguía dando mucho miedo el recibir los comentarios de todos, principalmente de ella, de Shei.

Siempre tan creída con su cabello rubio y ojos azules, sus pestañas largas que tambien eran rubias, que fastidiosa era.
Aunque eso sí, no negaba que se veia graciosa con esos moños enormes que se ponía de adorno, parecía una caja de regalo cuando usaba esas cosas, era fea también.

Pero como era de esperarse, la fea tenía que llegar a molestarme a mi, existiendo más niños en ese salón, era yo su blanco fácil. Siempre pensé que era por algo muy claro de lo cual siempre tomaba para hacer eso, yo creía que era por mi corta estatura, quizá mi color de cabello o de mis ojos pero no, el problema era mi asma, no era yo.

Mis pasos estaban en esos pasillos hasta llegar a esa puerta aunque en ese momento fuí interrumpido por una mano que jaló esa mochila y me hizo retroceder, las voces y murmullos me llevaban a una sola cosa y era ella, ese suspiro escapo de mis labios antes de quedarme quieto y voltear hacía ella, esa sonrisa tan horrible estaba en sus labios rosados, los cuales después relamio para solamente hablar, su voz era tan irritable que me molestaba.

— ¿llevabas prisa? - escupió sus palabras sin siquiera saludar, ¿Qué no le enseñaron modales?- Siempre dicen que debes de dar el paso a las mujeres, que poco caballeroso.

— "Buenos días", creo que los modales son lo que me sobran, ¿no te enseñaron que antes tienes que saludar?, respondiendo a tu pregunta... sí, si llevaba prisa, tenemos clase de matemáticas y gracias a ti no puedo atravesar esa puerta. - me daba gracia el ver como su cara hacia muecas, era notorio que no me soportaba y yo tampoco a ella.-

Una de sus amigas en esa cuestión de segundos solamente se acercó a ella susurrando algo, yo sabía quien era, como se llamaba pues estábamos en el mismo salón pero en ese momento dudaba de que ella supiera como me llamaba, ya que siempre me ponía ese apodo tan básico que era tan feo "Rus" no se siquiera que significaba y dudo que ella sepa eso, nuevamente esa sonrisa estaba en sus labios, su mirar fue directamente al mío, ambas miradas eran de esa gran rivalidad entre ambos.

— antes de todo, te tengo una gran pregunta ¿Quién eres? -soltó ella y fue como me di cuenta que mis suposiciones tenían toda la razón en ese momento, apreté la correa de mi mochila antes de hablar para responder aquello.-

— molestas a alguien sin saber su nombre, eso es nuevo. Soy Erick, Erick Rommonslov, no es un gusto y ya se cual es tu nombre. ¿Eso es todo? Porque aún tengo una clase que ya estoy perdiendo por ti.

Esa mirada fue de las que más me gustó y me lleno de gozo, sus labios no escupieron palabra alguna, sin embargo; me dio el paso hacia aquella puerta, la cual abrí y note que en efecto, estaba vacío aquel salón, con más razón parecía estar despreocupada por eso.

— ¿no te avisaron? No tenemos profesor de matemática, todos están en áreas deportivas ahora, pero creo saber el porqué de que no sepas eso, eres asmático y no te consideran bastante para esa clase de cosas, mucha suerte en tu clase de matemáticas, Rus.

Mis pestañas bailaron cuando abrí y cerré los ojos en varias ocasiones, mi mandíbula en ese momento se tenso pero no le dije algo, en parte tenía razón del porque yo no sabía eso, pero no había motivo para insultarme así, el enojo era algo que en ese momento no pude ocultar, ellas seguían ahí pero yo me quedaba quieto tragando aquellas ganas de devolverle la grosería; sin embargo, no lo hice.

Gire en mi propio eje y huí, huí como solía hacerlo, mis piernas se movieron corriendo por los pasillos hasta que llegue a los baños de esa escuela, mi mano hurgo en mi mochila sacando aquel inhalador, hice el mismo proceso que acostumbraba mientras mi espalda se recargaba en aquella pared y finalmente me senté en el suelo, pude respirar tranquilo y despacio pero me preguntaba ¿cuándo me dejaría en paz?

Búscame en cada estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora