𝐂apítulo 6

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◌ ✨️ las rosas y sus espinas. ˴ ˚ ꒱

°○ Shei 18 años.

Conozco a Erick desde ese día que llego, no negaría jamás que el era alguien realmente tímido, solía ser alguien determinando en ciertas cosas, era bueno en matemáticas y también bueno en biología, más bien el era bueno en todo.
El día que le dije todo en el kiosko supe que el estar con él era algo que nos llenaría de felicidad a ambos, básicamente pudieron decir muchos que yo fuí quien sacó a Ririck de esa zona o de ese capullo que lo envolvía.

Todo era el y yo, Erick y Shei hasta que las estrellas dejen de existir hasta que ella llegó, Sikai fue como ese meteorito que llegó a la vida de Erick, notaba como sus ojos se iluminaban cada que ella llegaba, conmigo nunca pude notar eso, nunca pude notar como su sonrisa se formaba cada que llegaba, o si la apreciaba, esa sonrisa no era para mí, era para ella, Erick parecía ser más feliz cuando estaba con Sikai. A diferencia de cuando estaba conmigo. Tenía envidia de ella porque Sikai sacaba cosas que yo no podía, le tenía envidia quizá era porque ella solía ser un ángel delante suyo pero yo solamente quedaría como esa amiga que lo apoyaría.

Estaba perdida en mis pensamientos, no había algo que me sacara de aquellos en esos momentos, bueno, eso fue hasta que escuché el como su voz estaba nuevamente con nosotros, mi mirar volteo hacia Erick. Ella, el. Ese brillo en el, era tan único que me gustaba como se veía cuando estaban así de brillantes sus ojos, era igual al como las estrellas se reflejaban en ellos.

Pero era una punzada para mi, el brillo que el tenía en realidad no era para mí, en ese momento realmente no lo sería, <<<¿Qué tiene ella que no pudiera tener yo?>>> Esa pregunta se clavaba en mi mente, permanecía ahí.

Eso era como Sikai fuera una rosa, una rosa hermosa que florecía en el jardín de Erick, pero sus espinas lastimaban a las demás flores, yo era una de esas flores, una simple flor que jamás podría hacer que el me cuide como lo hace con ella; pase una de mis manos por mi rostro y seguido a eso solamente hice un ruido tratando de obtener la atención de Erick, lo cual no resultó pues ella también hizo algo para tener su atención, ella me ganó.

- Erick, te dejo esta noche, me iré con los demás de la clase.

- ¡ah! Claro, esta bien. Te veré más tarde si eso quieres.

Fue lo único que el dijo, sentí las espinas de Sikai volverse a clavar en mi cuando me recorrió con su mirar, eso ardía, la sensación de que ella me mire de ese modo era algo que no soportaba y no soportaría.

Nunca lo haría.

Camine para alejarme de ellos, sentía extraño en el pecho y también en el estómago, jamás pensé que me sentiría así pero supuse que mis sentimientos por ese chico no se iban a quedar ocultos, eso para mi no era bueno. Mis manos se deslizaron por mi cabello para pasarlo hacia adelante aunque por una sola razón hice una pausa y gire hacía donde ellos, sus manos estaban entrelazadas como solían estarlo cuando el tomaba mi mano de pequeños.

Su mirar, el de ella.
Sus labios, los labios que no pude besar yo por primera vez, esos mismos que alguien más estaba besando.
Pero no me moví, me quedé inmóvil, me quedé quieta mirando aquello, mirando como por primera vez, el se veía feliz dando su corazón a alguien que si pudo decirle lo que sentía, esa chica pude haber sido yo pero yo tampoco fuí capaz de decirle algo.

Negué, quería que eso realmente no fuera algo que en ese momento ocurría, simplemente volví a caminar entre esa multitud, mis mejillas estaban húmedas ¿estaba realmente llorando por el?, el dorso de mi mano seco rápidamente aquello y escape, huí de esa escena de cual yo no era feliz.

La luz de la luna era mi compañera, las estrellas mi consuelo, a Erick le gustaba mirar aquello y creo permanecí ahí sola por mucho tiempo que jamás me percate de como las horas parecían irse rápido, las lágrimas cálidas recorrían mis mejillas aún por ese tiempo hasta que sentí algo cubriendo mis hombros, eso fue lo que me hizo reaccionar y voltear, no sin antes mis lágrimas retiras.

- Shei, no te mire por un tiempo en el salón aquel ¿Qué sucede? -la voz de Erick fue suave, como solía serlo cuando estábamos la mayor parte de tiempo juntos, negué una ocasión y después gire hacia el, sus labios tenían esa curva hermosa que me presumía de esa sonrisa, su brazo me rodeo por los hombros y me atrajo a su pecho, pude oler ese aroma de la fragancia que siempre usaba, me sentía bien pero mal a la vez.-

- estoy bien, no sucede nada es solo que... me aburrí de estar allá adentro, ¿y Sikai?

Puse mis manos en su pecho logrando alejarlo un poco para poder mirarlo, cuando pregunte aquello, el simplemente se encogió de hombros y frunció sus labios, esa cara que tenía cuando hacía eso era graciosa para mi.

- Hace mucho que vinieron por ella, supongo que es tarde para que este aquí, pero me preocupaba el no verte allá, no estabas con nadie del salón y entonces me di la idea de que estarías aquí, la noche esta hermosa hoy ¿no?

Asentí, mi mirada fue hacia ese lugar en el que podíamos ambos mirar de esa noche estrellada, escuché el suspiro que escapo de su boca lo cual me hizo buscar en mi bolsa ese inhalador que era suyo pero solo lo sostuve en mi mano, mi mirar nuevamente fue hacia el, estuve admirando su perfil por unos segundos.

- lo es, sabes que me gusta cuando la noche está estrellada y se bien que tambien te gusta a ti.

- debo admitir que en todo este tiempo sabes mucho más de mi que yo mismo.

- te conozco muy bien, Erick Rommonslov y tu conoces muy bien a Shei Cristhiensen, por cierto, no me lo aceptaste allá adentro así que ten, tu inhalador, no quisiera que algo ocurra ahora.

Entonces fue cuando escuche su risa, esa misma risa que me gustaba muchísimo, su mano acuno la mía para poder sostener ese inhalador, sonrió nuevamente y yo también lo hice, aunque eso desapareció.

Recordé el porque llegué hasta ese balcón, el porque lloraba.

Recordé que esa sonrisa que el me mostraba, no era la misma que le mostraba a Sikai, lo que a ella le mostraba era tan único que me seguía haciendo sentir extraña, sentirme mal, no soportaría ver a ellos dos juntos.

Se que jamás podré ver que esa sonrisa sea para mí.

Búscame en cada estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora