𝐂apítulo 8

6 3 1
                                    

  ◌ 🌙˴  Sentimientos fugaces. ˚

Erick 18 años.

Las palabras de Shei son algo que ya había presentido que pasarían pero no de esa manera, cuando la vi irse solamente me quede quieto procesando aun preguntas a las cuales no les podría dar una respuesta exacta porque no sabía cual sería esa.

Sentí esa presión en mi pecho pero no fue porque quisiera el inhalador sino que estaba confundido, me gustaba Sikai pero ¿Qué sentía por Shei?

Pase ahí de pie por varios minutos hasta que mamá llegó por mi, subí al auto y lleve el inhalador a mis labios justo cuando esa tos se hizo presente. Ella me miró por un momento y supuse que me preguntaría sobre ella.

— si quieres saber sobre Shei, ya fue a casa.

— ya veo, ¿esta todo bien entre ustedes? No suelo verlos tanto tiempo separados.

Afirme pero no con palabras, ella condujo hasta casa, cuando llegamos simplemente baje y ella no hizo más preguntas, mi hermana mayor Luai estaba parada en ese marco de la puerta.

— ¿y qué tal te fue galán? -pregunto en ese tono gracioso y cuando estuve cerca a ella golpeó mi hombro, le mostre una sonrisa a medias y ella levantó sus manos- — por eso voy a suponer que todo fue regular.

— me fue bien, no te preocupes, me iré a descansar y si miras a Yaen por favor dile que mañana no olvide la visita a la universidad.

Ella acaricio mi cabello alborotando ese mismo, levanto su dedo pulgar, se que con eso confiaba fielmente en ella.

Yo pase de largo y me fuí a mi habitación, tome mi celular y note algo en eso, el contacto de Shei parecía estar bloqueado, no solo en ese contacto, las demás aplicaciones en las que estábamos agregados también parecía que me hubiera bloqueado, deje caer el celular en la cama y pase una de mis manos por mi rostro, ese tema me estaba frustrando y eso que recién era un día que ese tema llego a nosotros.

Las cosas entre ambos cambiaría pero no creo que sean para bien.

Me retire aquel traje y me puse algo cómodo, al estar en cama fue cuando ese sueño llegó a mi, pude descansar aunque no quería que el otro día llegará, eso fue hasta que en esa madrugada justo esa misma madrugada mi celular recibió una llamada la cual conteste y era la voz de Shei. Estaba ebria y la forma en que hablaba me lo decía. Me levante de cama y salí lo más rápido que pude, aunque claro ese inhalador fue lo que tenía que llevar a todos lados aunque en ningún momento termine esa llamada.

Mamá podría matarme por eso después pero me preocupaba lo que ella podría hacer en ese estado, subí al auto de mamá y previo tomé sus llaves, el portón se abrió y simplemente conduje para salir de esa casa para ir en dirección de la de Shei, lance el celular a un lado.

— Shei, te juro que si hiciste algo más no se que te hago.

Murmure para mi mismo mientras apretaba el volante, ese camino fue lo que demoro esa grandiosa media hora. Cuando llegue estacione el auto y baje de ese mismo para ir hacia su puerta, aunque ella no abrió, nadie lo hizo.

Fuí al lado de la ventana que me dejaba directamente en su habitación, lance una rama para poder golpear esa misma ventana la cual si recibió mi llamado, ella abrió y me hizo una seña para que fuera hacían la puerta. Le puse una mala cara ¿por qué si me escuchaba no abrió en un principio?

Nuevamente fuí hacía ese lugar y ella abrió, se recargo en esa misma puerta y me acerque a ella tomando su rostro entre mis manos.

— Shei, ¿cuántas de esas botellas ya bebiste? ¿Y los señores Cristhiensen?

— Erick, ¿desdé cuando eres tan apuesto de cerca? -sus dedos se deslizaron hacía mis labios y la detuve, la abrace de tal manera que no se moviera mucho y de esa manera hice que ella entrara a esa casa, detrás nuestro cerré la puerta hasta que después sentí el como se volvió a avalanzar sobre mis hombros.

— Shei, quieta, te llevare a tu habitación y vas a dormir.

Al momento que gire, Shei me abrazo por los hombros y rodeo mi cuello con esos mismos, me jaló hacia ella quedando a esa corta distancia entre ambos, su aliento chocaba contra mí rostro, olía a alcohol. Sus labios se acercaron bastante a los míos hasta que los unió en ese beso.

Quizá fue el impulso pero lo correspondí, mis labios se movieron devorando los suyos y mis manos se deslizaron hacía su cintura, ella dejó caer esa botella y se pego más a mi, su cuerpo y el mío estaban tan cerca.
Sus labios con los míos.
Su respiración chocando con la mía.
Eso dio presencia a algo más, a ese sentimiento que paso como una estrella fugaz entre ambos.

Búscame en cada estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora