Sentimientos

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Entre el frondoso bosque de su villa, un pequeño herrero de ojos y cabello azabache caminaba perdido en sus pensamientos, ¿En qué estaba pensando?, pues en su amigo Tokito Muichiro.

Ya habían pasado varias semanas desde la pelea con Gyokko, tenía algunas cicatrices de las heridas causadas en el brazo, pero no les daba mayor importancia.

Últimamente se sorprendió a sí mismo pensando en el pilar de la niebla, lo pensaba día y noche sin descanso, incluso a la hora de dormir lo soñaba.

No sabía por qué estaba tan cautivo en sus pensares sobre ese joven de ojos menta.

Se dirigía a las aguas termales para despejar su mente, se sentía algo avergonzado de no parar de pensar en el mayor, siempre oía que las personas mencionaban los milagros que hacían las aguas termales, y él era testigo de ello cuando fue para sanar sus heridas, ni a los 2 días de haberse enjuagado en esas milagrosas aguas sus profundos rasguños cicatrizaron y se curó por completo, permitiéndole realizar más abiertamente sus actividades...

Entre ellas estaba dibujar los bocetos que necesitaba para reparar a Yoriichi Tipo Zero, era un prototipo bastante complicado; pero era terco, de vez en cuando Kanamori se ofrecía para ayudarle, pues él sabía algo de esas cosas, pero Kotetsu era demasiado orgulloso para aceptarlo, diciendo que ya lo tenía, que ya había obtenido un mecanismo nuevo, se sentía superior de vez en cuando, por lo que se quedaba horas y horas trazando diferentes líneas y círculos.

No tenía la más mínima idea de lo que estaba haciendo

Pero estaba muy seguro de sí mismo, tanto que al final lograba al menos un pequeño avance, como descubrir los movimientos necesarios del cuello para tener mejores reflejos.

A veces la situación empeoraba y se ponía a llorar mientras dibujaba, diciéndose a sí mismo que no lo podría hacer.

No sabía cuando, ni en qué preciso momento fue cuando ya estaba en esas cálidas aguas, remojando cada centímetro de su cuerpo, sintiendo una gran sensación relajante que hizo que abandonara su mente por completo

No se hubiese despertado de ese trance de no ser por una voz que desde la distancia le pareció familiar

-¿Tokito?- dijo con asombro mientras despertaba rápidamente de su desmayo mental

-¡¿Qué haces aquí?!- dijeron ambos al unísono

Narra Tokito:

Le pedí un nuevo permiso al patrón para venir a la villa de los herreros, tenía mucha presión encima y algunas heridas de las que aún no me había curado tras unas cuantas misiones.

Estaba solo en las aguas termales para relajarme y lidiar con mis pensamientos, últimamente he estado pensando mucho en Kotetsu, esto no es normal

Literalmente, estoy comiendo y se me viene a la mente Kotetsu

Camino, y pienso en caminar con Kotetsu

Y mejor no menciono lo demás porque no queda bonito esto

Pero en fin, me estaba durmiendo de lo relajado que estaba cuando de pronto sentí un suave movimiento en el agua, despertándome lentamente fui a ver quien había entrado solo por curiosidad, y de todas las personas era la que menos me esperaba

-¿Kotetsu?-.

Narra la historia:

Ambos estaban confundidos pero algo felices al mismo tiempo de haberse encontrado, Tokito se puso al lado de Kotetsu y se pusieron a conversar durante un largo rato.

Ya de por sí eran por las 1:30 cuando habían entrado a las aguas termales, tan largo fue el momento que no vieron cuando empezó el atardecer, pronto anochecería, ya algo tarde se dieron cuenta de esto y se dispusieron a salir.

Obviamente a ambos les tentaba la tentación tentadora de mirar hacia abajo, pero eso no iba a pasar, al menos en la mente de Tokito.

Bueno, Kotetsu no pudo resistirse a la curiosidad..

Se dio media vuelta y se sonrojó más que un tomate

Le tocó quedarse con miedo y pensar que Haganezuka lo mataría por llegar tan tarde para no estar nervioso, puesto que el pilar lo acompañaría a su casa, era peligroso andar de noche.

Durante el camino hubo algo de silencio, se veía como el sol caía entre los grandes robles que habían allí.

Parecía que el silencio decía más que mil palabras, era cómodo

Kotetsu sintió un gran impulso de acercarse, intentaba no hacerlo, pero terminaron tomados de la mano, y cuando se dieron cuenta siguieron caminando, ambos ligeramente sonrojados

Llegaron a la puerta de la casa del menor

Esa sería la despedida

Sentían dolor

Una pequeña punzada en el pecho

Peeeero..

Afortunadamente comenzó a llover justo cuando se iban a despedir

741 palabras TvT

Fuego y NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora