Defensa

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Unas horas después Kotetsu se hallaba solo en su casa, Muichiro recordó que debía ir a ver su nueva katana, minutos después salió y el menor quedó solo, así que decidió ir a comprar algo de miel y panela para hacer sus caramelos, pues ya se los había comido todos ayer, decidió emprender camino rápido ya que no quería que el pilar notara que iba a hacer más dulces.

Llegó a un puesto donde vendían todo lo que él necesitaba, pidió lo que quería, dejó unas monedas y se fue

De camino a su casa, Kotetsu sintió que lo seguían, por lo que tomó unas cuantas piedras para lanzarlas en caso de que hallara a alguien

Se sintió más presionado al escuchar un sonido proveniente de su lado, por lo que giró lentamente para luego ver a Meihara y Shindo, los otros niños que siempre le molestaban, quienes se acercaban a él con una cara molesta.

El herrero se asustó, ya que no quería que le quitaran lo que estaba llevando, menos que lo golpearan, pues ya lo habían hecho veces anteriores, rápidamente comenzó a correr para que no lo alcanzaran, pues ellos estaban caminando, pero inmediatamente se dieron cuenta y lo empezaron a igualar en velocidad

Kotetsu se tropezó con una roca y se lastimó mucho la rodilla, no podía seguir, tomó la bolsa que llevaba y la abrazó para que no se rompiera nada, pues estaba en vasijas de almacenamiento que eran frágiles, en ese momento recordó que había recogido un poco de piedras y estando lejos logró frenar un rato a los agresores lanzándoles varias a la cara con lo poco que le quedaba de fuerza

Lo inevitable sucedió

Se quedó sin piedras

Los niños estaban acercándose más y más, pero lo único que Kotetsu podía hacer en ese momento era esperar a que lo golpearan, ya no podía más, el golpe de la rodilla le consumió casi toda la energía junto con las piedras que tiró, usó demasiado fuerza en ello.

Shindo lo agrarró de los brazos con fuerza, dejando pequeños rasguños en el acto mientras el contrario preparaba su puño para golpearlo en la cara, pues lo dejarían inconsciente y luego se llevarían la miel que traía en esa pequeña bolsa.

-Pequeño enano, nadie vendrá a salvarte

La mano de Meihara estaba a centímetros del rostro del menor, cuando entonces, como una ráfaga de viento alguien vino y lo frenó con mucha molestia

-Mu-Muichiro?!- dijo llorando el menor

Les arrebató a Kotetsu junto con el dulce en un abrir y cerrar de ojos, dejándolo en lado de la escena

-¿Qué se supone que iban a hacer?- molesto

-E-eeh, No-nosotros- tartamuderon del miedo

Muichiro tomó a ambos niños del brazo con mucha fuerza 

-No se vuelvan a meter con mi novio, ¿me escucharon par de mocosos?- dijo soltándolos con una rabia notable en su voz

-S-s...  ¡¡AAAAAAAAAHHH!!- dijeron en voz alta mientras corrían muy lejos del lugar

El pilar después de calmar un poco su ira volteó a ver rápidamente al menor, arrodillándose para estar a su altura

-¿Kotetsu, estás bien?, ¡¿No te hicieron daño?!, perdón por no haber llegado antes ¿Te duele algo?- dijo de manera acelerada, asustado, con los ojos llenos de lágrimas mientras revisaba sus brazos, rodilla y cabeza, su máscara Hyottoko estaba algo agrietada, pero por suerte no se había golpeado la cabeza, Muichiro suspiro con un poco de alivio, pero sus angustia volvió aun más cuando vio su rodilla ensangrentada

Kotetsu no paraba de llorar, no se le escuchaba tanto, pero el mayor se dio cuenta de esto, por lo que decidió sacarle la máscara cuidadosamente mientras poco a poco se iba revelando su hermosa cara con algunas lágrimas, pero también tenía un lindo tono carmesí adornando sus mejillas mientras mostraba una sonrisa.

-No te preocupes tanto por mí Muichiro, solo me lastimé la rodilla, estoy bien- dijo mientras lo abrazaba

-El mayor sonrió y correspondió su acto y luego de unos minutos se separaron

-Mientras pasaba por aquí había encontrado un río, vamos a lavar tu herida antes de que se infecte- dijo mientras lo cargaba como princesa

En la noche

Estaban ambos en la habitación del azabache mientras Muichiro le ponía un vendaje en la rodilla

-Bien ya está, ¿vamos a domir?- preguntó el ojimenta

-Está bien, después de todo estoy muy cansado- respondió bostezando

-Bueno-.

El mayor lo cargó hasta el futón, apagó la luz y se recostó a su lado

-Muichiro- dijo el menor

-Dime, Kotetsu- respondió el contrario

-Gracias 

-Hmm?, Por qué?

-Porque me defendiste y no permitiste que me hicieran daño

-Solo cuido a mi novio, porque yo te amo Kotetsu- respondió con tono suave

-Nunca dejaría que nadie te lastime mi pequeño-.

Kotetsu al oír eso dejó que el pilar viera un leve tono carmesí en su cara

-Entonces soy tu novio?

-Claro- dijo soltando un risa

El pelinegro se acercó y se fundió en su pecho, estaba realmente avergonzado, se quedó allí unos minutos hasta que el mayor correspondió su acción, levantó levemente su rostro sonrojado y lo besó con ternura

-Ya ves como me pones!- dijo quejándose y haciendo un puchero por lo rojo que estaba

-Hmm, que tierno te ves- pronunció el mayor en su oído con tono seductor a propósito para ponerlo más nervioso de lo que ya estaba.

-Oye!!- dijo besándolo

Sus corazones no paraban de latir como si no hubiese un mañana, estaban sonrojados, ese pequeño momento les hizo pasar un rato de risa. Haciendo que el día en el que en un momento había sido de temor fuera ahora un ambiente cálido y amoroso.

-Te amo cabeza de alga- respondió Kotetsu dándole otro beso

-Te amo enano- dijo entre risas imitando su acción.

911 palabras TvT

Bueno ya se las debía así que merecido lo tengo

Fuego y NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora