Malentendidos

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Muichiró despertó al mediodía con el cantar de las aves que se posaban sobre las ramas de los árboles que rodeaban la finca.

Estaba contento, tal vez demasiado para ser verdad, razón por la que mientras se vestía se pellizcó varias veces para verificar que no sea un sueño. Aunque se sintiera tan positivo, todavía le costaba procesar lo que había pasado ayer.

Tan pronto abrió la puerta, extrañamente se oyeron unos ruidos en la habitación de Kiotsu, como si alguien se estuviera quejando de algo, por lo que Muichiro se acercó rápidamente

-Ojalá no sea algún problema mayor- se dijo a sí mismo al recordar que tenían a Kotetsu en ese cuarto.

Entró en la habitación y su mirada se topó con la de Furaraki, Yuichiro y Kiotsu, quienes intentaban sostener al demonio que recientemente había despertado.

-Oh, Hola Tok-- wahh, ayúdanos.- Kiotsu se vio interrumpida por un movimiento brusco de parte de Kotetsu, quien trataba de liberarse de los agarres.

El ojimenta trató de sostener al azabache sin éxito, por lo que se lanzó encima de él, quedando casi a horcajadas mientras trataba de calmarlo.

-Suéltenme!!- gritaba Kotetsu en estado de pánico

-Kotetsu por favor cálmate- Muichiro respondió, lo que dejó extrañado al herrero. ¿Cómo se supone que sabía su nombre?

-Déjame, no sé quién eres, ni por qué sabes mi nombre, pero solo te dejé unas flores, te pido que no me mates- Sollozó el menor aterrado. Lo que no se esperó es que el pilar lo soltara.

-Kotetsu, pero, tú si me conoces ¿No?... Dime que me recuerdas.- Muichiro se acercó a él, estando solo a unos pocos centímetros de su boca, provocando un leve sonrojo en ambos.

-No me digas que me olvidaste..

-Perdón, pero no te recuerdo.

El ojimenta salió de la habitación, azotando la puerta. Yuichiro razonó y fue detrás de él. Los demás se quedaron sorprendidos al punto de que no hubo un solo movimiento en el lugar, excepto el de los gemelos, que poco a poco se fueron alejando de la escena.

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-Muichiro, voy a entrar te importe o no si no me contestas.- Yuichiro replicó por tercera vez, esperando alguna señal de parte de su hermano

-...

El gemelo entró bruscamente solo para encontrar a Tokito llorando entre varias cosas tiradas por el suelo, su habitación era básicamente un desastre.

Yuichiro se acercó y sacó una mesita que interrumpía el paso a Muichiro al mismo tiempo que lo escondía.

-Hermano..

Lo único que pudo esuchar fueron los sollozos ahogados y silenciosos de su hermano.

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-En serio no recuerdas nada?

-No me maten por favor.- Kotetsu aún temblaba, suplicando que no le cortaran la cabeza, pues estaban en la finca de un pilar después de todo y él recién se enteraba.

-Que no te vamos a matar!!, 

-No, no conozco a nadie, con quien más o menos tengo familiaridad es con ese cabeza de alga.- dijo refiriéndose al cabello del mayor, pues habría perdido sus recuerdos, pero no la forma en la que hablaba.- Ya me puedo ir?.

-No, además, a dónde irías?.

El azabache se quedó en silencio ante esa pregunta, recordó que no tenía a dónde ir más que al bosque que quedaba cerca del lugar en el que se encontraban, contando los peligros de que las personas acabaran con su vida.

-Olvídenlo, mejor me quedo aquí-.

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-Tokito, ven a almorzar, apresúrate-. Kiotsu tocó la puerta de la habitación de Muichiro, de la cual no se notaba presencia alguna desde que se encerró allí

La mayor decidió entrar, encontrado todo el lugar desordenado sin el ojimenta dentro.

-A dónde se habrá ido ahora?.- La azabache tomó un trozo de papel y dejó una nota, esta no era la única vez en la que Tokito se escapaba y volvía a casi medianoche. Pues siempre salía a buscar a Kotetsu y ya se había acostumbrado a que no saliera por la puerta.

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Estaba allí, quizá perdido en sus propios y abrumadores pensamientos, alzando la vista al cielo nocturno con la compañía del viento.

Secó las últimas lágrimas en sus ojos amentados y agachó levemente su cabeza, cuando de repente escuchó a alguien subiendo con dificultad.

-Ayúdame por.. favor.- Kotetsu trataba de alcanzar el techo con su pierna pero no podía, a lo que recibió ayuda del mayor.

-¿Qué haces aquí?.

-...

-Tranquilo, no te haré nada.

-Quería echarle una vista al cielo más de cerca, tengo un recuerdo borroso, una persona alguna vez me llevó a ver la luna azul un día como hoy y quería ver si se ponía así, tal vez así logre recordar algo de lo que me pasó antes de convertirme en demonio, si es que no nací así.

Tokito solo quería llorar

-Te puedo abrazar?

-Emm, supongo..- tan pronto respondió, el menor se vio envuelto entre los cálidos brazos del pilar, correspondiendo torpemente a los segundos.

-Aunque no me recuerdes, gracias por volver Kotetsu. Prometo que haré todo lo posible para que vuelvas a ser un humano y recuperes tus recuerdos...

-Quédate conmigo.


...

Muy emotivo todo

800 palabras (exactas waos)

siempre es un te quiero, pero nunca un: (okno)

casi ni actualizo, perdón

Gracias por leer

Fuego y NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora