Declaraciones

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Me encontraba camino a la finca después de la reunión general que tuvimos, sentí un poco de tristeza por el patrón. Su enfermedad debió avanzar tanto al punto de ya no poder moverse, aún así mandó a su esposa para dirigir todo, no pierde ninguna oportunidad.
Tendré que organizar mi horario para los entrenamientos, iniciaríamos dentro de un día, no hace falta decir que tanto la situación que estaba viviendo como mis planes para ello estaban demasiado revueltos como para seguir dando vuelta alguna.

Mi vista chocó con la puerta de ingreso a la finca, de la cual detrás estaba mi hermano.

-Pasa, estamos a punto de almorzar.

Entré a la caseta principal y me llevé una gran sorpresa al ver que todas las cajas que estaban dispersas por el suelo ya no estaban, sin mencionar que el lugar se veía de alguna forma mucho más amplio. Confundido, volteé a ver a la responsable de tal arreglo, quien claramente había sido Kiotsu.

-¿Sorprendido?, Furaraki ya se recuperó, pude ver casi toda la reunión y me dediqué a limpiar lo más que pude.- dijo mientras secaba un plato para luego dejarlo en una mesa cercana.- Kotetsu está durmiendo, puedes pasar a verlo y luego venir a comer, pero regresa antes de que el rábano se enfríe.

Yuichiro se dedicó a esbozar una sonrisa mientras se retiraba, dándo señal de que él fue quien le contó a Kiotsu sobre mi platillo favorito.

Caminé lentamente por el pasillo, tal vez con el deseo de seguir mirando lo ordenado que estaba y acercándome cada vez más a la habitación donde se encontraba Kotetsu. Suavemente deslicé la puerta que estaba enfrente de mí, visualizando un bulto entre los edredones del futón de aquella habitación creciente de la iluminación del sol.

Mis pasos sonaban como ecos en la oscuridad del lugar, me agaché y giré un poco mi cabeza para encontrarme con el rostro del demonio más tierno que jamás haya visto.

Estaba allí, dormido en su propio manto de paz, había escondido sus cuernos y se veía hermoso, tan lindo.

Acaricié sus mejillas ligeramente sonrosadas y me acerqué a darle un beso en la frente, recorriendo delidamente su pálida piel hasta llegar a la comisura de sus labios.

Estaba profundamente dormido, no se daría cuenta nunca de nada, ni siquiera de un tacto agresivo.

-Buenos días.- susurré a su oreja para luego irme silenciosamente.

..

-¿¡Me acaba de besar!?

.

.

.

No, definitivamente no.

¿Cómo se supone que lo iría a mirar a los ojos?

Mis piernas temblaban mientras daba vueltas en el mismo lugar

-¿Kotetsu, estás allí?.

-¿Sí?.- solté un chillido por la vergüenza mientras seguía arrullándome a mí mismo.

-Emm, no has salido ni nada por el estilo, ¿Todo bien?.- Escuché decir a mi hermana al otro lado de la habitación.

-Sí- chillé nuevamente.

-Umm, está bien?, recuerda que debes ir con Tokito para esconderte, no podemos permitir que cualquiera te vea.

-AHHHHH!!- grité en una almohada para ahogar mis chillidos.- Síí!, ya salgo.

Kiotsu se retiró, pero ni a los minutos Tokito tocó la puerta.

-¿Qui- Quién es?.- traté de disimular confusión, aunque sabía perfectamente que el pilar me esperaba al otro lado de la puerta.

-Soy yo.

-¿Quién es yo?.- me acurruqué en un rincón de la habitación, golpeando ligeramente la pared para desahogarme, tratando de alargar el tiempo para no verlo.

-Kotetsu, ya sabes quién soy, sal por favor, que pronto vendrán los primeros cazadores.

-Ya voy--.

En la habitación de Kotetsu se escuchaban varias cosas cayéndose, Muichiro estaba a punto de abrir la puerta, pero su paciencia le ganó y decidió esperar, luego de unos cuantos minutos observó cómo Kotetsu con una venda tímidamente abría la puerta.

-Listo, así no lo tendré que ver.- pensó Kotetsu algo aliviado.

-¿Cómo se supone que vas a caminar?

-Eeemm..

Claramente no había pensado en eso

Muichiro suspiró, en un abrir y cerrar de ojos Kotetsu sintió cómo el pilar lo levantaba para cargarlo como princesa.

-Wahhh, suéltameee-

-No te vas a caer.

-No es eso..-

El ojimenta dirigió la mirada hacia la cara del menor, notando que esta estaba teñida de un color rojo intenso, ligeramente sorprendido cubrió a Kotetsu con unas mantas y continuó con el demonio en sus brazos, guardándose todas las palabras que tenía para describir lo hermoso que se veía el azabache.

.

.

.

Los cazadores entrenaron hasta terminar su primer tiempo, estaban descansando para luego continuar otra vez.. pero en medio de la nada, un grito retumbó en el ambiente, uno que Muichiro desearía no haber escuchado.

...

Estaba sentado en el lugar en donde me dejaron, no tenía nada que hacer y todavía necesitaba pasar por mi mente lo que Tokito había hecho la mañana anterior.

Me asomé lentamente al exterior, viendo a un cazador, que no sé exactamente qué estaba haciendo, parecía estar buscando algo, cerré de nuevo la puerta y no le dí importancia.

Justamente cuando estaba pensando en lo cómodo que era el lugar, escuché la puerta que estaba a mi lado abrirse.

Me horroricé al ver que era el mismo cazador de hace un momento, pero mirándome fijamente con una espada nichirin, listo para atacar

Antes de que pudiera siquiera moverme, Kiotsu lo hirió en el pecho para que no me atacara, por lo que el mismo se quejó de dolor para posteriormente gritar lo más que pudo

-¡¡¡HAY UN DEMONIO!!!-.

...

901 palabras
¡Gracias por leer!
Por favor, corre wawa, corre, correee 😭

Fuego y NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora