Beso en la mejilla

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"Amistad y familiaridad, pero

también útil para demostrar

coqueteo o interés.

En una pareja significa que

en su relación hay 

amistad también."

•••

...

Muchas cosas ya habían cambiado entre ellos.

Por ejemplo la convivencia, algo que entre ellos pueden decir que siempre han estado juntos aunque eso en realidad no es la realidad de "convivencia".

Crowley se quedaba ciertos días de la semana con Azirafel, luego este se mudaba por las noches al apartamento de Crowley, yendo y viniendo a la librería, la famosa librería en donde y de manera extraña ningún libro salía.

También estaba su convivencia con exteriores, esto es más para Crowley que para el animado ángel. Al menos Nina se compadecía de Crowley cuando veía que este no estaba muy convencido de pasar tiempo con "humanos", que si estaba agradecido con ellas por estar con su amado en el momento de la casi pelea entre el bien y el mal, pero eso no quita el tener que salir con ellas y su Azirafel a cenar cada quince días.


—El señor Fell salió –se apresuro a decir Muriel para seguir atendiendo a la mujer que buscaba un libro en especial para leer, siendo guiada por la ahora experta en humanos hacía unos de los pasillos del fondo sin dejar de hablar sobre algunos otros libros que podrían interesarle a la mujer.

El demonio rodo los ojos, no hace mucho Azirafel había estado siendo invitado por un grupo de personas refinadas a pasar ratos de calidad sumergidos en lecturas de grupos, y notando en este ser una alta concentración de conocimientos, se vieron en la obligación de ponerlo entre su grupo.

Tomando asiento en el lugar del ángel, reviso el reloj de muñeca indicando apenas el medio día, por lo que seguro el ángel regresaría para la hora del té, por lo que medito en si irse y regresar después o esperarlo.

Sin darse cuenta y al haber cerrado los ojos para meditar aquello, se dejo llevar por el calor de los rayos del sol que entran por la ventana y el no tan ajetreado ruido de fondo de las personas yendo y viniendo, las charlas de otras y el sonido de los autos.



Roma 

Para muchos o todos, andar con o sin ropa era indiferente, la gente en ese entonces no era que no tuviera un morbo o libido, todo lo contrario, pero respecto al cuerpo esto es sagrado y nadie se ponía a hablar de ello.

Crowley termino de endulzar el oído a un par de ancianos quienes no tardaron en ir a las duchas y, de ser posible, tentar a algún hermoso joven de participar en las acciones sexuales entre grupos. Crowley sonrió ante ello, y pensaba que era momento de un descanso por lo que dejo de usar su afilada lengua y charlo de manera amena con un par de hombres pescadores hasta que algo llamo la atención de las personas.


Azirafel deseaba que las personas recapacitarán en su idea de ir desnudos por al vida, solo por que les es más cómodo andar, y no era que la creación de ella no fuera maravillosa, lo es, incluso había visto al primer hombre y mujer desnudos, pero ya aquello rebasaba sus límites.

—¿Con que derecho vienes a decir que me vista? –hablo el fornido hombre que mujeres no le han de faltar —¿acaso tienes derecho sobre mi para dar esta orden?

Azirafel tuvo la vista de muchos sobre de él, algo que en verdad no es su fuerte hablar en público —no... No es tal cosa. Mire... –nervioso, comenzó a sudar y mover las manos —yo solo...

La gente no tardo en hablar también, dividiéndose entre algunos que le daban la razón y otros que estaban en contra. A veces, o muchas veces le resultaba difícil al ángel hablar con la creación de ella.

Y de una simple petición amistosa que, claro Azirafel no pensaba que había faltado al respeto al hombre, la gente se vio envuelta en otro asunto, el desnudo hombre pareció olvidar lo que paso y Azirafel estaba confundido hasta que alguien le tomo del brazo y le desvió a un callejón donde había varios puestos.

El aroma aun le era difícil de identificar, pero al parecer el demonio si que tiene buen olfato cuando le vio con esas ropas negras y las gafas. Hace un par de meses que se habían visto en la taberna, no pensaba que se lo volviera a encontrar, o tal vez llevaba ahí desde aquel día haciendo maldades.

—Crowley –saludo a este, quien le había soltado poco después de alejarlo de aquello que el ángel inicio.

—¿Negocios? –cuestiono el demonio sin tomar mucho en importancia lo sucedido, después de todo ese ángel quien intento "tentarlo" y que conoce desde tiempo no estaba para explicar lo que estaba por pasar allá.

—En realidad... Vengo por gusto –los ojos de Crowley se abrieron un tanto —las otras... Bueno... 

Sonrió. Una pequeña probada de aquella carne en la casa de Job y ahora buscaba el placer en más de una comida, menos mal que no le dio aun vino —entiendo –breve para no entretener ni ser entretenido, aun tiene algunas cosas que hacer en Pompeya.

—¿Gustas acompañarme? –apresuro cuando le vio con la intensión de marcharse —se que no eres bueno comiendo pero... Se que apreciaste el buen vino que sirven.

No puede declinar a ello, en serio que el vino era especial, y eso que ha probado ya distintos, lo de Pompeya puede esperar, después de todo, no es como si el lugar fuera a desaparecer o algo.


Azirafel suspiro en bendición de aquel platillo que aun le es delicioso como la primera vez, y noto la creciente popularidad del lugar, la expansión del mismo y como además atractivas mujeres atendían a los comensales.

Crowley como tal solo bebió vino, con esos estaba satisfecho aun cuando las mujeres buscaban tentarle con algo más, algo que pareció gracioso a ojos del ángel, quien al recordar querer "tentarlo" la primera vez, giro el rostro en vergüenza. 

¡Un ángel tentando a un demonio! ¡Qué osadía! 

—Suéltalo –hablo el demonio atrayendo la atención de Azirafel.


—Bueno, supongo que, en algún momento nos volveremos a ver –despidió el ángel, el cual e inconsciente deseaba verlo de nuevo, y antes de que Crowley fuera por el lado contrario, le tomo de la mejilla y beso la otra, lo cual dejo estático al demonio y a él con una sensación caliente y hormigueante en los labios —es un modo de despedida que vi en algunas partes de Europa...



Muriel hizo la señal de silencio cuando Azirafel llego pasada de la hora del té, aquella gente le había entretenido más de la cuenta, negándose a estar presente de nuevo debió a que algunas personas habían tomado "confianza" en este, algo que no le pareció.

Se acerco despacio y miro lo que ella veía.

Claro que ver dormido a Crowley no era una novedad para nadie, solo era el hecho de que, sin saber como o que, aquel demonio se veía aun más atractivo de lo que ya es, y es solo de Azirafel, quien sonrió y se acerco con cuidado, sacándole las gafas y zapatos para ponerlo un tanto más cómodo acercándole un taburete y, besarle la mejilla.

—Demonio dormilón –musito cubriéndole con una manta, seguro despertaría en un rato más y e reclamaría por la hora para irse en el Bentley y volver al día siguiente como si nada.



22/04/2024

Nota: Le empecé a tomar cariño que a Crowley dormido y un Azirafel más activo que la serpiente dormilona. 

•Solo como amigos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora