Capítulo 1

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Un marino oficialmente retirado, a su joven edad de 34 años, decidió volver a su pueblo de origen con tal de encontrar algo de tranquilidad, de ea manera se volvió policía, y sus días se resumian en una pacífica tranquilidad.
Nate gozaba de una vida fantástica. Tenía una linda casa con piscina, perfecta para el cálido clima en donde vivía, y las personas en la pequeña ciudad lo adoraban, tenía una apariencia inmortal y envidiable, podría tener cualquier cosa que él quisiera. Pero establecerse jamás sería una opción, le gustaba su rutina, rutina que prefería solo.

O quizás en el fondo sabía que nadie más lo iba a aguantar.

—No se preocupe señora, si me necesita de nuevo puede llamarme. —fue la cordial despedida que le entregó a la adulta al salir de su casa.

—Muchas gracias, hijo. No sé qué haríamos sin ti.

Le sonrió y volvió a ingresar en la patrulla donde conducía.
Había sido llamado para solucionar un problema, no un problema verdadero, se había cortado la luz dentro de la casa de la señora Genevieve, una mujer mayor, viuda que vivía con un perro, un poodle de gran tamaño y uñas muy mal cuidadas. Pasó sus manos limpiando las marcas de sus garras de su uniforme. Como oficial de policía en un pueblo pequeño, lo cierto es que no tenía muchas cosas que hacer, en el sentido que no tenía casos de verdadera importancia en sus manos. Pero recibía un sueldo completo con beneficios por ser un marino de grado ya retirado. Así que ser un policía era su manera de pasear todos los días sin tener que realmente hacer mucho.

El día ya se estaba acabando, las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer y a mojar el parabrisas del vehículo de patrullaje. Lo encendió y empezó su marcha en dirección a la estación de vuelta para poder terminar el turno del día.

El pueblo donde vivía le ofrecía verdadera tranquilidad. Y quizás no sonaba como lo más interesante, pero realmente no se sentía molesto o perturbado por el tipo de casos que tenía que tomar, era el sherif y todos confiaban en él. No quería decir que no hubieran delitos, usualmente vandalismo ligero por parte de adolescentes, robos, distintas formas de abuso, solamente dos veces en sus dos años de policía ha tenido que tratar asesinatos, y no fue una experiencia que le gustaría volver a repetir. Por lo que prefería las tareas diarias que le otorgaran la seguridad de ser predecibles.

En un inicio, cuando recién se había graduado de la escuela secundaria, no visualizaba siendo un sherif de policía en un pueblo tan pequeño. Se dedicó por 12 años a servir a su país, con tal de poder ofrecerse un retiro digno, pero nada de eso hubiera sido posible de no ser por el dinero que tenia su familia y los contactos que le permitieron ascender a capitán en solo dos años de su carrera. Luego ocurrió en incidente y perdió la audición en su oído derecho, lo que para nada sería un impedimento para seguir con su carrera, pero su orgullo le hizo rendirse y preferir algo más.

Quizás también le hizo recordar que no era invencible, porque vio a sus amigos que no sobrevivieron para contarlo. A diferencia de él.

A su edad, muchos ya estaban establecidos o pensando en hacerlo. Era una charla muy frecuente con su madre. "¿Cuándo encontrarás una esposa y te vas a conseguir una familia?"
Tristemente aquellas exigencias comenzaban a hacerle sentir que se estaba quedando corto de tiempo.

Llegó a la comisaría y salió del vehículo para luego dejar las llaves en el interior e ir a tomar el suyo privado. A esta hora gran parte de las personas estaban yéndose a sus casas y por algún motivo no se sentía de mucho humor para hablar con sus amigos, de nuevo iban a sugerir que fueran a un bar, que hicieran tal actividad, y hoy, hoy no estaba de ánimos, usualmente adoraba embriagarse con un monton de desconocidos en un bar, ese dia no. Pasó lo más discretamente que pudo hasta la puerta de la salida y se retiró, ingresó a mi propio auto, partió en dirección al pequeño Mercado que quedaba de camino a casa, en silencio.

Pequeñas cosas perdidas/ Little NightmaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora