Pequeñas cosas perdidas/ Little Nightmares

Capítulo 3

—Ay, siento- siento como una presión en el pecho, se me están durmiendo las piernas... —Mono se quejó, sentado en el sofá de la sala.

—Solo fue adrenalina, Mono... —Nate explicó, revisando por última vez su presión arterial, estaría bien.

—Pero es que sintió...no me siento bien.

—¿Vas a vomitar? —Six le preguntó.

Mono negó rápidamente con la cabeza—, no...

—Tienes la cara que haces cuando vas a vomit-

Six y Nate retrocedieron al mismo tiempo cuando Mono vomitó en el suelo de la sala. Por lo menos era baldosa y no sería difícil de limpiar.

—Lo sabía —Six sonrió levemente, feliz de haber salido victoriosa.

—Me siento mal... —Mono se quejó.

—Iré por algo para limpiar...—Nate se retiró de la habitación.

La ropa que esos niños tenían estaba sucia y rota, ambos necesitaban un baño urgente y que alguien tratara sus heridas.

—¿Cuánto tiempo han estado viviendo en las calles? —preguntó Nate después de haber limpiado el suelo, dejó un balde al lado de Mono solo por si acaso.

Ellos intercambiaron una mirada, breve. Six le negó a Mono con la cabeza.

—Más de un mes...creo...

—Ugh... —Six rodó los ojos, visiblemente irritada. Comenzaba a pensar que era parte de alguna forma de protegerse a sí misma, aquella evasión que siempre tenía.

—Six, sabes que no podíamos seguir así. —Mono le comentó en un tono de voz más bajo.

Ella simplemente se cruzó de brazos y volvió a tomar comida que Nate les había puesto en la mesa de café en la sala. No eran platos elaborados, pero eran pequeñas cosas para darles energías, después de todo, darles comida de golpe a unos niños que llevaban tanto tiempo sin comer podría ser más dañino que que no coman nada. Tendrían que ir poco a poco.

—No pienses que porque estoy aceptando tu comida me agradas, adulto. —Six dijo.

—No te preocupes, no me estaba haciendo ilusiones. —Nate levantó ambas manos y le mostró ambas palmas en señal de rendición.

Mono sonrió de forma leve, gentil, parecía tener un tacto y una sensibilidad muy altos, era un niño obediente y dulce, comprendía que necesitaban ayuda, era más lógico y racional mientras que su contraparte se mostraba apasionada e impulsiva, no por eso menos inteligente. Pero ambos eran polos opuestos el uno del otro.

—Nos estás salvando la vida. —él dijo, su voz tembló un poco.

—No es para tanto. No seas dramático—Six añadió, rodando los ojos.

—Basta. Six. —el contrario le regañó, su tono de voz endurecido —. Si quisiera hacernos algo ya lo hubiera hecho. Además estoy seguro que ya lo amenazaste un par de veces.

Ella desvió la mirada hacia el lado con una leve sonrisa, indicándole que en efecto, ya había amenazado a Nate. Six y Mono aparentaban conocerse bastante bien, no se veían como familiares, pero quizás...llevan juntos mucho tiempo, lo suficiente para no abandonarse entre ellos pese a la situación en la que se encontraban y para desarrollar tal aprecio mutuo.

Una vez parecía que terminaron de comer, seguía el baño.

—Vayan a bañarse —Nate les señaló la puerta— tienen toallas y les dejé ropa.

Ambos intercambiaron una mirada.

Nate suspiró, se levantó para guiarlos abriéndoles la puerta para que entraran y vieran el lugar.