Capítulo 12

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—¡Dámelo! 

—No se peleen...

—¡¡Él me quitó mi cepillo!!

—¡¡Estabas pegándome!!

—¡Estabas apurándome! 

—¡Tenemos que ir al doctor! 

—¡Y yo tengo que ir al doctor presentable! 

Nathaniel tomó un largo sorbo a su taza de café. Últimamente dormir no era tan fácil cuando aquellos dos hicieron de hábito irse a dormir a su habitación, inicialmente dejándolo en medio de forma que le era imposible dormir, pero ahora dormía en un rincón de su propia cama, mientras que Mono y Six eran dueños del resto. Así que sus noches comenzaron a ser en el sofá, hasta que ellos se dieron cuenta y lo fueron a acompañar. 

No estaba durmiendo bien y no sabía cómo explicarlo sin herir los sentimientos de los niños. 

Le consiguió una hora con un doctor que era amigo suyo, uno que fuera a entender la situación y con el que pudiera tener la confianza de explicarle lo que estaba pasando con aquellos niños. Solamente tenía que saber cosas básicas, sus edades, y qué es lo que tenía que hacer para que se desarrollen de manera saludable. 

—Ya, basta. Mono, dale el cepillo. Six, si respondes con golpes una vez más vamos a tener que bajar tu ración de caramelos. 

Ella se ofendió, llevando una mano a su pecho de manera cómica, con la mitad de su cabello cepillado y la otra mitad no, era imposible para el adulto no reírse un poco. 

—Toma —Mono finalmente le entregó el cepillo de nuevo y se fue a sentar al lado de Nate —, a ver, dijiste entonces que el doctor nos iba a revisar y a examinar, que nos iban a sacar sangre con una aguja y orinar en un tarro.

—¡Yo no haré eso! —Six de inmediato dijo.

—Puede que no tengan que hacerlo, pero son los exámenes normales que se piden. Con tal de evaluar sus estados de salud.

—Yo me siento muy sana —la menor sonrió con confianza.

—Se te estaba cayendo el cabello hace una semana atrás, eso no es normal. Te veías muy cansada y dijiste que te dolía masticar. 

—A veces se me ponen las encías sensibles. 

Lo que era una obvia mentira. 

—Más allá de eso necesito que el doctor me diga cómo los puedo ayudar a que estén más sanos, y quizás evaluar la opción de que les hagan un seguimiento. Como no sabemos bien sus edades...

—Pero sí las sabemos...

—Me refiero de manera más...científica, exacta. Me gustaría asegurarme que todo vaya bien con sus reflejos y todo eso, cuando llegaron estaban bastante heridos y me han mencionado que han vivido ciertas situaciones de las que me encuentro un poco preocupado si les soy sincero...

—¿Y qué pasa si hay algo malo? —Mono preguntó. 

—Bueno, siempre hay un tratamiento, de eso no se tienen que preocupar. Pero necesito que sean un poco más...abiertos de mente. El doctor les va a hacer muchas preguntas y es importante que respondan con honestidad, comprendo que han pasado cosas que son difíciles de explicar y de las que no quieren hablar, pero estamos hablando de su salud, esto es serio.

—Tú eres serio —Six murmuró, abriendo un frasco de pepinillos y tomando el jugo. 

—¡Pero que asco! —Mono se encogió de hombros, un escalofrío recorriendo su cuerpo. Una vez había visto a Six morder un bloque de mantequilla y comérselo, no pensó que podría volver a asquearse de esa manera de nuevo, pero ahí estaba ella, dándole sorbos al jugo de unos pepinillos. 

Pequeñas cosas perdidas/ Little NightmaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora