Capítulo 24

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Six no se controlaba bien con la abstinencia.

—¡¡Voy a matarte!! —ella volvió a lanzarse hacia la puerta, siendo incapaz de cruzarla, cayó al suelo de rodillas.

A Mono no le gustaba verla sufrir. Había pasado un día entero encerrada en ese lugar, y si bien ella ya estaba sintiendo hambre, él no veía ninguna señal de que se estuviera agotando, parecía estar perfecta en términos de energía.

—Sabes que esto no tiene que ser tan difícil...—él dijo, gentilmente.

—¿Piensas que te voy a decir donde están tan fácil? Por favor, vas a sacarme de aquí tarde o temprano.

—Puedo obligarte a que me digas.

—Acércate y te arrancaré los ojos y te haré tragarlos hasta que vómites sangre —ella se puso de pie y avanzó hacia él.

Por fin la estaba conociendo, esa era la pequeña pesadilla de la que todos hablaban, a la que todos le tenían miedo. La pequeña Dama, Pequeña Pesadilla, Chaqueta Amarilla, Six. Cada uno de esos nombres era capaz de generar profundo terror para cualquiera que los escuche, Mono nunca comprendió qué la hacia tan aterradora, quizás porque cuando se reencontró con ella Six ya estaba muy conectada con todas sus emociones y no mataba a menos que tenía que hacerlo. Ella le había contado un poco de las cosas que había hecho, Mono sabia que Six había eliminado los detalles feos.

Ahora estaba conociendo aquella versión de ella que resultaba una pesadilla para cualquiera que la trate.

—Hazlo y usaré mis poderes en ti.

—Sin tus ojos no puedes, ¿O si?

Buen punto.

—Hah, eres pésimo en esto. Necesitas aprender algo respecto a la tortura, tienes que tener algo que yo quiera, algo que te permita aprovecharte de mi situación —Six apoyó su hombro en el marco de la puerta—, de lo contrario me voy a secar aquí y tu seguirás sin saber donde están tus queridas memorias.

—¿Algo como esto? —Mono sacó de su bolsillo el fragmento del espejo. Rocket se lo había llevado y finalmente se lo entregó a él para que se lo diera a Six. Mono estaba agradecido de que se le había olvidado antes de manipular las memorias de su amiga.

Apenas vio el fragmento, la expresión de ella cambió de golpe y finalmente su arrogancia se transformó en preocupación.

—Ah, veo que sí te preocupa esta cosa —Mono sonrió levemente.

—No lo usarías en contra mía.

—Puede que no. Pero puedo perderlo, esconderlo en donde nunca lo vas a encontrar.

—No lo harías...

—¿De verdad quieres averiguarlo?

Six se dio unas vueltas por la habitación como un animal enjaulado.

—Te odio.

—¿Dónde están las memorias?

Six lo miró por unos segundos antes de sentarse en el suelo para darle la espalda. Mono suspiró, frustrado. Miró el espejo en su mano, su reflejo estaba tal cual como en cualquier otro.
¿Por qué no le afectaba a él de la misma forma?































Dejaron a Rocket de niñera en lo que ellos fueron a buscar dónde podrían estar aquellas memorias.

—¿Dónde las pudo haber escondido? —Nate murmuró, molesto. Llevaban todo el día buscando y tratando de conseguir información de Six, pensaron en merodear por los lugares donde ella y Mono se escondían cuando llegaron recién a ese mundo.

Pequeñas cosas perdidas/ Little NightmaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora