Capítulo 16

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Abrí la puerta y mi sorpresa fue mayúscula al ver quien se encontraba r detrás de la misma.

-¿Ha- Ha- Harry..?- Tartamudeé incrédula. Si hubiera sido anatómicamente posible mi barbilla hubiera caído hasta el suelo. Mis cejas se alzaron y mis ojos se abrieron al máximo mientras mi cerebro terminaba de analizarlo todo.

-Hola- Dijo simple.

-¿Que haces aquí?

-Tengo clase, ¿Recuerdas? - Me enfureció el tonito de superioridad.
Quise golpearle pero en vez de eso yo, que sujetaba la puerta con una mano, fui atropellada por él, que sin más dilación, entró en mi casa.

Me quedé parada, mirando como avanzaba por el hall

-¿Piensas quedarte ahí parada todo el día? Porque yo pienso dar mi hora de clase empecemos cuando empecemos. - Le hubiera pateado la cara por hablarme así, estaba en mi casa no en el Instituto y no quería que me tratase de esa manera. Me armé de valor, de fuerzas y un chorro de adrenalina se esparció por lis venas.

-Tú quién te crees que eres.- Grité furiosa dando un portazo y a él de la forma más intimidante posible, además me mantuve en mi posición a pesar de que él me sacara una cabeza.

La expresión de su cara entoncrs era indescifrable: estaba serio y también parecia que le daba igual lo que le decía. No esperé su respuesta.

-Fuera de mi casa.- exigí señalando la puerta.- ¡AHORA!

Me puse a un lado del pasillo usando mi expresión corporal para señalarle que se fuera.

Al ver que no se movía me recompuse y le miré con furia. "LE VOY A PARTIR LA CARA" gruitaba mi yo interior con unos guantes de boxeo.

-¿¡No me has oído Harry?!- Ni se inmutó, así que le agarré del brazo y tiré de él hacia la salida; le pillé desprevenido así que un par de pasos si que avanzó, ninguno más.

-Eres consciente de que no me voy a ir ¿Verdad?.- Parecía divertirse.

-Harry, vete.- Intenté razonar.

-No.

-¿Por qué?.- Me quejé rendida y al borde del llanto por frustración después de haber tirado de él hasta agotarme.

-Quiero dar mi clase.-Sentenció

-Pero yo no te voy a dar tu maldita clase así que márchate.

-Pues me quedaré aquí hasta que accedas.- Y sin previo aviso se sentó en el suelo.

Todos mis planes de esa tarde parecieron haberse ido al garete, así que de perdidos al río. Caminé hasta la pared paralema en donde él estaba sentado e hice lo mismo. Al principio me miró con desconcierto ¿Esperabas que me rindiera tal fácilmente Harry? No tienes suerte.

Sé que aquello le pilló por sorpresa porque abrió los ojos ligeramente, pero lo oculto enseguida encogiendose de hombre intentando demostrar que le daba igual.

¿Quieres jugar Harry? Pues jugaremos.

Pasaron varios minutos en los que nadie dijo nada, ninguno de los dos nos movimos un ápice.

Entonces su móvil vibró en si bolsillo, lo sacó y por lo visto no le hizo mucha gracia lo que vio ya que se revolvió el pelo nervioso e hizo una mueca preocupada con los labios.

Levantó la vista y me encontró mirándole curiosa.
Al instante cambió su expresión, por una sonrisa maliciosa y unos ojos juguetones.
Guardó su teléfono.

-Podemos estar así todo el tiempo que quieras, preciosa.- me guiñó un ojo y me revolví incómoda en mi sitio. Aún no me acostumbraba a sus tonterías.

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