extra

2.5K 192 33
                                    

Harriet's POV

—Quítate del escritorio —le digo a Lynn cuando llego a la oficina.

—No, andas muy agresiva, pídemelo amablemente.

—Hablo en serio Lynn —me siento en la silla de mi oficina frente al escritorio— por favor.

—Eso no es amablemente.

—¿Porfis? Necesito buscar unos papeles y tú posiblemente estás encima de ellos.

—Eso te pasa por desorganizada —me sonríe y se sienta en el escritorio— no me eches la culpa de eso.

Me levanto de la silla y la abrazo quedando a su altura.

—¿Cómo estás? —me pregunta acariciando mi cabello— estos días solo te la pasas en estas cuatro paredes, pensé que verme en la hora del almuerzo te alegraría el día, porque claramente le puedo animar el día a cualquiera.

—Gracias —sonrío y dejo mi frente contra la suya— es solo la época.

—Esa época dura los 365 días de año, ¿Será que en el año bisiesto tengas el día extra libre?

—Nunca pensé que este trabajo fuera horrible.

—Haz algo que en serio te guste, buscas un remplazo que sea apto, al final de cuentas es tu empresa —ella me sonríe.

—Quisiera ser repostera, o trabajar en una librería.

—Entonces empieza buscando tu remplazo y haz todos los postres que quieras o trabaja en una mini librería y lee los libros que quieras con tal de que eso te haga feliz.

Yo me acerco a besar sus labios y paso mis manos por su cintura acercándola más a mí. Me gusta como mi tacto hace erizarle su piel.

—Solo quiero que seas feliz —me sonríe— y esto no te hace nada feliz.

—Te amo.

—Te amo —me sonríe y deja un beso en mi frente— iba a almorzar con Ivy y Ronan, ¿Te unes? Mi plan principal era que almorzaras con nosotros.

—Me convenciste porque nombraste a Ronan.

Es el hijo de Ivy, tiene casi 2 años y es el niño más lindo y tierno que he visto en toda mi vida, además amo su cabello pelirrojo.

—Me cambias por un niño de 2 años, está bien —ella finge molestarse y yo río— ahora andando, rubita.

—Espera, ¿Ahora?

—No, Harriet, en 3 años —rueda los ojos y se baja de mi escritorio, me quita el blazer que cargo, despeina mi cabello y desabotona los primeros botones de mi blusa— no eres una vieja de 50 años, me gusta como te vistes, no me malinterpretes, porque te haces ver con mucho poder, y eso me gusta, pero no te pongas edad.

—Tengo casi 30 años, Lynn.

—Y cada día eres como el vino, y sabes cuánto me gusta el vino.

Yo sonrío y ella termina cambiando mi apariencia rápidamente. Totalmente diferente a la Lynn adolescente que no sabía que era un rubor y lo máximo que cargaba eran brillo labial y era porque al besarnos le dejaba brillo labial.

I CAN SEE YOU | LYNN LOUD JR ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora