Supresor

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ZhuChao



Lan Qiren había pasado la mañana y parte de la tarde metiendo algunas de sus pertenencias a un baúl, también ayudó a su pequeña hija a empacar algunos vestidos, ignorando a su esposo que no dejaba de pedirle que desistiera de su idea de visitar Gusu Lan, Wen Ruohan no quería que su amado esposo con quien llevaba siete años casado se marchara y le dejara solo, pues sería la primera vez en esos siete años que se separarían por tanto tiempo (diez días), Lan Qiren tampoco estaba eufórico con la idea de marcharse dejando a su esposo y a sus hijos mayores pero como miembro de la familia principal del Clan Gusu Lan debía ayudar a su hermano ahora que el líder de Gusu había perdido a su esposa.

—¿Tienes que ir?- pregunto por veinteava vez en el día el líder de Qishan Wen.

—Mi hermano me necesita- respondió el Lan no queriendo explicar nuevamente sus razones.

—Envíale flores- sugirió Wen Ruohan.

El líder del Clan Wen no quería ser grosero con su cuñado, sabía que el alfa Lan estaba pasando por un momento lamentable, pero no quería apartarse de su esposo.

—Ruohan, ya hablamos de esto, iré a Gusu, tú te quedaras aquí, no enviaras a nadie a seguirme y cuidarás de nuestros hijos.

—¿No puede cuidarlos alguien más?

—No, siempre te quejas de que no pasas tiempo suficiente con los gemelos, es tu oportunidad de redimir tu falta.

Lan Qiren cerro el baúl.

—Los niños te extrañaran- dijo como último recurso para hacer que el omega se retractará de su decisión.

—Ruohan- el omega conocía a su esposo, tanto como para saber que intentaba chantajearlo.

Antes de que el líder del Clan Wen pudiera continuar la conversación con su esposo, tres niños entraron a la habitación principal, dos de los infantes eran alfas y el otro era un omega.

—Mamá, yo no quiero quedarme con papá - dijo la niña de solo cuatro años.

—No te quedarás cariño, tú me acompañaras a visitar a tu tío- Lan Qiren tomó a la niña de lacios cabellos.

—Yo también quiero ir- dijo el otro niño alfa, quien también era el mayor de los hijos del matrimonio Wen-Lan.

—¡Yo también quiero!- el pequeño omega comenzó a dar saltitos.

—¡Mocosos traidores!- vociferó el Wen mayor.

—Qing vendrá conmigo, ustedes se quedarán con su padre- explicó Lan Qiren viendo como los rostros de sus hijos se entristecían.

Dos horas más tarde, Ruohan veía como su esposo y su hija subían al coche que les esperaba.

Tres días habían pasado desde que el omega se había marchado dejando a Ruohan con los niños quienes habían echo a su padre sufrir más de un microinfarto por sus travesuras, pero nada que el imponente alfa no pudiera solucionar; con un poco de ayuda, pero en la mañana del cuarto día, uno de los discípulos de Qishan entró al comedor en donde la familia desayunaba. Diez minutos después, Wen Ruohan gritaba a los discípulos que no podían contactar con ninguna de las opciones para niñera de sus herederos, pues la reunión con los líderes de las sectas menores había sido cambiada siendo tan solo en un par de horas.

—La señorita Lin tomó unos días libres- susurro el asustado discípulo.

—¿Dónde está An?- pregunto Ruohan.

—Su esposo le otorgó un permiso especial para que fuera a Yunmeng- explicó otro de los discípulos.

—Papá está enojado- susurro el menor de los gemelos que había estado sentado en una de las sillas del inmenso comedor.

—Mn.

Ruohan se había quedado sin alternativas de niñera para sus hijos, pues no quería que se aburrieran en la reunión a la que tenía que asistir.

—Líder Wen- la voz de un joven evitó que Ruohan arrojará por la ventana a los discípulos.

Zhuliu, un adolescente a quien Wen Ruohan había acogido hace unos meses entró al comedor y sin preguntar por la escena de los discípulos escondiéndose del líder y los dos niños observando con curiosidad a su enfadado padre, caminó hasta quedar a una prudente distancia del alfa líder.

—¿Qué?- Ruohan quería escuchar lo que el adolescente de casi dieciocho años tuviera que decir para poder continuar con el tema de sus hijos.

—Termine de limpiar la biblioteca- informo.

El día anterior Wen Chao (el menor de los gemelos), había decidido que era buena idea encender luces de bengala en la biblioteca que su padre había dado como regalo en su primer aniversario y el alfa le había pedido al joven limpiar todo.

—Bien, porque ahora necesito que cuides a los gemelos- dijo señalando a los dos niños.

Zhuliu quería decirle al mayor que el omega se enojaría al saber que dejó botados a los niños, pero no quería meterse en problemas, valoraba mucho su vida como para contradecir al enfadado alfa así que solo asintió.

—Yo no quiero quedarme con él, es aburrido- Wen Xu se acercó a su padre mostrando el ceño fruncido.

—Tengo que ir a una reunión y no pueden ir, se aburriran- explicó el mayor.

—Yo voy contigo, además pronto seré el líder del Clan- dijo el niño con seriedad.

—... Bien- el niño sonrió.

—Entonces solo cuidarás de Wen Chao- aclaró el Wen mayor a lo que el adolescente asintió.

Treinta minutos más tarde, el menor de los gemelos se hallaba felizmente dibujando en su habitación, su padre y hermano se habían marchado y él se había quedado con el joven alfa que no había dejado de verlo.

—Zhuliu, tengo hambre- el pequeño dejó de pintar el árbol que había dibujado para mirar al adolescente que al escucharlo se sobresaltó.

Zhuliu tomó la pequeña mano del niño y ambos salieron de la habitación en dirección a las cocinas. Aunque no lo pareciera, el adolescente gustaba de pasar tiempo con el pequeño omega que también parecía contento de convivir con él, aunque el infante de tan solo cinco años no sabía la razón por la que se alegraba de ver al joven que hace unos meses su padre había acogido, el adolescente sabía esa razón, misma que lo obligaba a pasar todas las mañanas al área médica del Clan Qishan Wen.

—... Y mamá castigó a Wen Xu por gritar y correr dentro de casa- terminó de contar el niño.

—Si mal no recuerdo, tú también fuiste castigado esa vez- agregó el mayor recordando cómo tuvo que consolar al lloroso omega porque su madre había decidido quitarle el postre por muchos días.

—Fue culpa de Wen Xu.

Ambos llegaron a las cocinas encontrando que la cena para el infante estaba casi lista así que el adolescente le sugirió al niño esperar por la comida en el salón comedor, el niño accedió con la condición de que el alfa lo llevara en brazos.

De camino al salón comedor, algunos discípulos pudieron ver al hijo omega del líder del Clan Wen en brazos del adolescente que parecía algo tenso al tener al niño olisqueando olisqueando su cuello mientras que el tenue aroma infantil había comenzado a salir.

Zhuliu dejó al niño sobre una de las sillas, alejándose unos pasos sacando de entre sus oscuros ropajes un pequeño frasco del que no tardó en beber el contenido, se sentía un poco mareado y la preocupación plasmada en el infantil rostro de Wen Chao le entristeció, pues tenía dos grandes problemas en ese momento, el primero era que el pequeño omega seguramente le contaría a sus padres sobre su actuar con el frasco que no era más que inhibe su aroma y evita que el de otros le afecte y la segunda era que Wen Ruohan al saber eso querría una explicación.

Zhuliu había estado ingiriendo supresores de aroma para no cometer la tontería de dejarse dominar por sus instintos para con el pequeño Wen que desde que lo conoció supo que era su destinado.

Antología Omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora