Antología Omegacember 2023

Cita médica

Rouren

Lan Qiren conoció a Wen Ruohan cuando éste asistió a Gusu Lan por las lecciones que el Clan de las nubes ofrecía a los jóvenes discípulos, al principio no se llevaban muy bien, pero con el pasar de los meses, su relación mejoró hasta el punto que al Lan dejó de molestarle la presencia del Wen, sin querer darse cuenta, ambos se volvieron bastante cercanos, pasando el tiempo que tenían libre juntos, conversando trivialidades o encontrando que en el otro había esta parte que en los libros se menciona como un complemento, cuando el momento de despedirse llegó, Wen Ruohan confesó aquellos sentimientos que había comenzado a albergar dentro de su corazón, aunque para su lamento el Lan no respondió a sus sentimientos... No fue hasta tres años después cuando al palacio del Clan Qishan Wen llegó una carta enviada desde Gusu Lan, Lan Qiren había escrito al joven alfa, confesando aquellos sentimientos que años atrás le aterraba. Su compromiso se anunció tras el consentimiento del concejo de ambos Clanes y la unión no tardó demasiado en llevarse a cabo en medio de una ostentosa celebración.

Casi cuatro años después que Lan Qiren se hubiese casado con el joven líder Wen, nacieron los gemelos Wen Xu y Wen Chao, un alfa y un omega, dos años más tarde llegó el tercer hijo del matrimonio, Wen Qing, una bella alfa, casi cinco años más tarde el cuarto hijo llegó, Lan Xichen que fue nombrado por su tío el heredero de Gusu Lan, un alfa, tres años después el quinto hijo del matrimonio recibió el nombre de Lan Wangji, un alfa, y dos años más tarde el último hijo de Lan Qiren y Wen Ruohan nació, Wen Ning, un tierno alfa.

Ahora, Wen Ruohan y su amado disfrutaban de ver a sus hijos felices, con el pasar de los años sus cabellos se habían comenzado a teñir de blanco.

Esa mañana, Wen Ruohan despertó al escuchar el quejido de dolor de su esposo que hasta ese momento había estado dormido, Lan Qiren se tocaba el pecho y como en las dos veces anteriores el omega tenía dificultad para llenar sus pulmones de aire, impotente, Ruohan intentó consolar a su amado, no funcionó, aquel episodio duró demasiado haciendo que el omega perdiera el conocimiento. Presa del pánico, Wen Ruohan grito que el médico fuese a sus aposentos.

Lan Qiren despertó escuchando la angustiada voz de su esposo y del que sabía era el médico. El hombre beta se marchó instantes más tarde, el alfa entonces se giró a ver a su marido que había permanecido con los ojos cerrados.

—¿Cuándo planeabas decírmelo?- el enfado era evidente en la voz del alfa.

—No quería que sufrieras- respondió Qiren.

—¡Ahora estoy sufriendo!

—Cuando me haya ido, no estarás solo- el omega tenía los ojos empapados de lágrimas.

—Tú te irás, y yo me quedaré- respondió el alfa entre lágrimas.

Instantes antes de que Qiren despertará, el médico había dicho que el omega sufría una enfermedad que para su desgracia no tenía cura.

Qiren consoló entre sus brazos a su esposo, y tras hablarlo, ambos decidieron reunir a sus hijos y contarles lo sucedido.

Esa misma noche, Lan Qiren se vio rodeado de sus llorosos hijos que a sus ojos no eran los jóvenes de más de veinte años, sino aquellos niños que disfrutaban de hacer travesuras y jugar en los pasillos.

—Ahora vuelvo- el alfa de la peculiar manada Wen-Lan salió de su habitación, pues no quería que sus hijos lo vieran desmoronarse ante la inminente pérdida de su gran amor.

Dentro de la habitación, Qiren había comenzado a tararear una canción que solía cantar a sus hijos cuando estos estaban tristes.

—Quiero que me prometan algo... Cuando mi momento de partir se haya llegado, cuidaran de su padre, no permitan que cometa una locura.

Los hijos Wen-Lan asintieron.

—... Los amo.

Tras esa pequeña conversación, el omega se dispuso a dormir y sus hijos salieron uno a uno.

Tres meses después, el omega no despertó, su corazón finalmente se detuvo mientras dormía, tal y como siempre soñó, murió en brazos de su amado alfa.