Impregnación de aroma

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Ningsang




Como ocurría desde hace unos días, Nie Huaisang se hallaba solo, su hermano y su cuñado habían tenido que viajar a Gusu Lan por unos días y su novio no podía hacerle compañía, esa mañana tras haber estado leyendo todo lo que pudo recabar sobre alfas, salió de su habitación, caminando por los corredores que se hallaban concurridos de discípulos que cumplian sus obligaciones dadas con anterioridad, llegó hasta el patio en donde un grupo de discípulos entrenaban, se quedo viendo por unos segundos pero terminó aburriendo con rapidez, continuó su camino hasta llegar a las cocinas en donde pidió a una criada que preparará galletas y las llevase a su dormitorio con algo de té, volviendo sus pasos a su dormitorio, el joven omega hijo del anterior líder Nie se recostó en su cama a esperar por sus galletas y el té, pero el tenue pero persistente aroma a canela que él sabía pertenecía a su novio comenzó a arrullarlo quedándose dormido. Abrió sus ojos minutos más tarde, logrando escuchar el golpeteo en la madera, con pereza se levantó a abrir viendo a otra de las criadas, no dandole importancia tomó sus galletas y el té cerrando la puerta en la cara de la criada que era beta.

Comenzó a comer sus galletas junto al té aún percibiendo el aroma a canela.

Por la tarde, el joven Nie salió de su habitación, encontrando los pasillos desiertos, supuso que los discípulos que usualmente transitaban por el lugar habían terminado, llegó hasta la cocina encontrando a la misma criada a la que le había pedido las galletas y el té, que a diferencia de la mujer que llevo la comida esta era una alfa.

—Quiero jugo- pidió el omega con una sonrisa dibujada en su rostro.

—En un momento mandó a Laila para que se lo lleve- la mujer caminó hacía un rincón del lugar.

—¿Por qué no me lo das tú? ¿Qué haces?- el joven Nie frunció el ceño borrando la sonrisa al notar las claras intenciones de la mujer de querer mantenerse lejos.

—Nada, solo estoy algo ocupada preparando la cena- respondió pegándose más a la pared.

—¿Qué sucede contigo?- la voz seria del Nie sorprendió a la alfa, pues ella era consciente de lo elocuente que podía ser el joven hermano del líder.

—... Promete que no se enfadara- dijo con resignación.

—Habla.

—La última vez que el joven Wen vino a visitarlo nos advirtió que no nos acercamos demasiado a usted ya que no le gustaba oler el hedor de otras personas en su novio- la alfa mantuano su mirada en el suelo, sus palabras podrían costarle su trabajo y en el peor de los casos su vida.

—Wen Ning no diría algo así.

—No miento, el joven Wen lo dijo, incluso se ha encargado de impregnar su aroma en usted para que ningún otro alfa se acerque demasiado- explicó la mujer.

Nie Huaisang sabía que a su novio en ocasiones muy remotas le molestaba que otros no respetaran su espacio personal, incluso había notado aquel ligero aroma a canela en su habitación y en sí mismo.

¿Wen Ning había impregnado su aroma para evitar que otros se le acerquen demasiado?

Diganle loco pero eso a Nie Huaisang le gusto, su novio podía ser el ser más tierno del mundo pero cuando estaba celoso era bastante posesivo; sin llegar a ser controlador.

Antología Omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora