4 •| Tiempo

1.8K 185 34
                                    

Rachel

Tuve que esforzarme para no correr a abrazarlo en cuánto lo ví.

«Te botó como si fueras nada, te trató cómo una ramera»

No se merece nada de mí.

Mini Chris lo mira con el ceño fruncido y medio sonrío al saber que si lo recuerdan. Les he mostrado fotografías de él diariamente desde que llegaron al mundo.

—Entonces... —una señora de porte sofisticado y cabello canoso, que aparenta no tener mucho más
de 40 años, se encuentra frente a mí escudriñándonos a mis hijos y a mí con la mirada—. Tú eres la madre de mis bisnietos.

Alzo las cejas sin molestarme por esconder mi sorpresa.

Así que ella es la madre de Reece, Thomas y Alex. Interesante.

—Según el registro de mi doctor junto con una enorme barriga la cuál cargué por 9 meses y un parto de 15 horas, sí. Lo soy.

Asiente de acuerdo y logro escuchar una risa que asumo que viene de Reece.

—Bien. ¿Puedes darme a alguno de mis bisnietos, ya? Quiero cargarlos.

—Si lo pide tan amablemente —ironizo.

Con cuidado le cedo a Owen que me mira con una especie de molestia por haber sido él y no su hermana. Río por su reclamo y acomodo a Christina en mis brazos que sigue con la mirada fija en su padre, del cuál había olvidado su presencia ya que parece una estatua pálida con musculos y ropa sexy.

«Concéntrate Rachel»

—Heterocromía... —murmura Recce observando los ojos de Owen y acariciando su mejilla.

Mi bebé arruga la nariz con disgusto y se acerca más a Regina recostándose sobre su pecho como si fuera a salvarlo de las caricias de Reece.

—Ya es mío —declara Regina.

Enarco una ceja.

—Yo lo traje al mundo, ha sido mío desde que supe de existencia, no te pases Regina.

—Como digas —habla restándole importancia.

Alex ríe posando una mano en mi espalda e invitándonos a entrar.

—¿Te quedas ahí cómo idiota o vienes a convivir con tus hijos? —miro a Christopher por encima de mi hombro.

Aprieta la mandíbula recién reaccionando.

—No sabes lo furioso que estoy contigo, maldita sea —masculla.

—Mmm, muy bien.

Me interesa poco como se sienta. No supo de los bebés porque no quiso. Si tan solo se hubiese interesado por mi en algún momento de esos meses hubiese estado al tanto de que iba a ser padre.

Tomo asiento en el sofá suspirando. Cargar con ambos bebés la mayoría del tiempo, ha desgastado mi espalda.

Alex no le quita el ojo de encima a Christina, totalmente maravillado con ella.

—La primera Morgan de sangre... —susurra cautivado.

Mi hija juega con mis brazaletes ignorando a cualquiera que no sea Christopher.

—Si que es una Morgan, ambos lo son —agrego peinando el cabello de Owen.

—Necesito hablar contigo —pide Christopher increiblemente tenso.

—Por supuesto —musito en voz baja.

Me pongo de pie dejando a la bebé en brazos de Alex que la recibe totalmente gustoso y emocionado.

•| 𝑯𝒂𝒑𝒑𝒊𝒏𝒆𝒔 𝒊𝒔 𝒂 𝒃𝒖𝒕𝒕𝒆𝒓𝒇𝒍𝒚 |• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora