Lágrimas fluyen por mi rostro sin intención de detenerse.
«Lo hizo» repite mi mente.
El dolor me agobia, y es como si me consumiera lentamente, de hecho, lo hace, es una total agonía. Ambos hicimos las cosas mal, nunca nos pusimos en el lugar del otro ni hicimos el esfuerzo de entendernos. Por eso se encuentra ahí, vestido con su traje de gala, enfrente de un altar, casándose con alguien que no soy yo.
Echo la cabeza hacia atrás inhalando hondo. «Debes ser fuerte»
Tengo que serlo.
Debo luchar por lo único que tengo de él, lo único que me queda de lo que fuimos.
En la primera ocasión, abrí mi corazón más de una vez, creyendo que sí podíamos estar juntos; que equivocada estaba.
«Jamás apostaría por tí, ni por tú falsa forma de amar»
«Si le fuiste infiel a Bratt ¿Qué me esperará a mí?»
«No eras más que otro coño al cual se me antojó coger, Rachel. No seas estúpida»
Los sollozos hacen sacudir mi pecho y lucho por respirar. No puedo tener una crisis ahora.
Acaricio mi vientre aún plano con mis manos como si fuera a protegerlos con ese simple acto.
No solo me perdió a mí, también los perdió a ellos.
«Puedo vivir perfectamente sin tí, no te creas algo que no eres»
«Ella será la imagen perfecta, todo lo que tú no fuiste, ni serás»
«¿Sabes qué es lo más gracioso de todo ésto? Que siempre esperaste consideración de mi parte; siempre. Y nunca fuiste consciente de que jamás la ibas a recibir»
«Rachel James no es más que una colega, no crean los rumores que se dicen por ahí»
«No le fui fiel a la loca de Sabrina que era con quién estaba casado, y te voy a prometer fidelidad a tí que no somos nada»
El clima parece estar acorde a mi estado de ánimo. La lluvia cae sin cesar y los relámpagos son tan fuertes que el cielo se ilumina entero, el sonido resulta ensordecedor. Ese pensamiento me hace sacar una sonrisa temblorosa entre lágrimas. Me obligo a ser fuerte y no permitirme ser débil, la vida de mis bebés depende de mí.
Me sigo torturando al pensar en la forma repentina en que cambió todo.
¿Éste fue su plan desde el inicio?
Si lo fue, falló. Porque por más daño que me esté haciendo ahora y por más que esté sufriendo, no le soy fácil de olvidar y él lo sabe muy bien.
Mentiría si dijera que no lo necesito, que no lo necesitamos porque los mellizos necesitan tanto a su padre como yo. Si algún día le interesa saber de mí a pesar de que no sabía que estaba embarazada cuando me fuí, no impediré que sea parte de la vida de nuestros hijos.
Si es que quiere serlo, si no con todo el gusto tomo la custodia completa de ellos. Pude no haber creado a éstos bebés sola pero si me es necesario criarlos y darles todo el amor que necesitan, lo haré.
Con o sin él.
Christopher
Lo hice.
Logré que se fuera.
Estará a salvo y eso es motivo suficiente de tranquilidad para mí, así me esté odiando como nunca en éstos momentos.
La ceremonia estúpida acaba y me largo sin importarme nada ni nadie.
Isabella sabe muy bien todo lo que ésto implica y me hace las cosas mucho más fáciles. «Solo es 1 año y medio» dice mi subconsciente, puedo hacerlo.
Ella también se está jugando el cuello e hizo esto para proteger a su patético esposo. O eso es lo que ella dice.
No puede importarme menos los motivos por los cuáles fue tan estúpido como para ponerse bajo el ojo del huracán, pero ella está dispuesta a todo por él.
«Igual que tú por Rachel»
Y con todo me refiero a vociferar nuestro supuesto matrimonio —que no puede ser más falso—, y lo mucho que nos amamos y toda esa mierda que nos ayudará a sacarnos a la maldita mafia italiana de encima.
Antoni Mascherano no sabrá que mierda lo golpeó. Nadie se mete con un Morgan y sale ileso para contarlo.
Azoto la puerta de mi alcoba una vez que me encuentro solo en el Penthouse.
Su aroma sigue presente en cada rincón de la habitación. Me dejo caer sobre la cama sintiéndome abrumado, el esfuerzo que hice por no tomarla en mis brazos y estrecharla contra mi pecho mientras se derrumbaba por mis crudas palabras, fue totalmente sobrehumano.
«Sus ojos brillan mientras deja besos sonoros por todo mi rostro, la tomo de la nuca chocando sus labios hinchados contra los míos, disfruto de los movimientos sincronizados de sus caderas mientras se la lleva más a fondo. Gime ida por la oleada de placer que le proporciono y le aparto el cabello de la cara sin detener las arremetidas que mantienen sus uñas clavadas en mis hombros.
—Dilo —le ordeno sacándolo lentamente y volviéndolo a meter.
Grita estremeciéndose.
—Te amo... te amo muchísimo —mis latidos se aceleran con esas simples palabras y cada que las dice, soy nada entre sus manos. Me tiene por completo, no pienso más que en ella y las cosas irreales que me causa. Quiero todo de ella, hasta la más mínima cosa. Es el maldito oxígeno que necesito para vivir; sin ella estoy perdido—. No sabes cuánto»
Rememoro cada encuentro, cada "te amo" y cada mirada de su parte, cada gesto simple y cada sonrisa genuina. Haciendo eso lograré salir victorioso en ésto, solo son meses. Pronto la tendré y no la soltaré de nuevo, se oponga quien se oponga, aún si es ella misma.
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