vi. gorgeous

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❪ 𝗈𝗆𝗇𝗂𝗌𝖼𝖾𝗇𝗍 𝗇𝖺𝗋𝗋𝖺𝗍𝗈𝗋'𝗌 𝗉𝗈𝗏 ❫

La pelinegra estaba agarrada de la mano con el futbolista, ¿Por qué? Simple, estaba nerviosa, y cuando ella estaba nerviosa ni sabía a quién le estaba agarrando la mano.

-Princesa ¿puedes dejar de temblar? -preguntó el mayor intentando calmar a la menor-, lo harás bien.

-Y no sé, alto miedo tengo boludo. -contestó-. Quizás pronunció una palabra mal, o me olvidó la letra.

El castaño río y agarró la cara de Elena haciendo que ella lo mirará fijamente.

-Escuchamé, -exigió-, você eres la mejor cantante de este año, incluso en el mismo nivel que Taylor Swift, así que sal al escenario y demuestrales quien eres. -animó el castaño y le dió un beso en la frente. La menor agradecía que hubieran sacado una foto, luego la subiría.

El castaño la soltó cuando le dijeron que ya era hora de que la cantante saliera al escenario.

La pelinegra suspiró y caminó hacía donde le habían dicho.

No pasó mucho cuando comenzó a cantar y todos los nervios se esfumaron como si nunca hubieran estado.

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Los nervios de la menor se habían esfumado cuando comenzó a cantar. Ya había cantado dos canciones favoritas para ella, fue un sueño. Incluso en algunas parte volteaba a ver al mayor y a su hija, aunque más al mayor.

Dió un saltito de felicidad y se dirigió a su público-. Bueno, buenas noches, Chelsea, Londres, y bienvenidos al Reputation Stadium Tour. -hizo una reverencia.

-He dado conciertos aquí, en Chelsea desde que tenía 18, y... -caminó de un lado hacía otro- estaba mirando la lista de las veces que toque aquí. -explicó-. Y es el décimo concierto que doy en esta ciudad. Así que... -no continuó pues sus fans gritaron- compartimos una muy larga historia.

-Quería agradecerles por varios motivos. -comenzó-. Primero, como he venido a Chelsea tantas veces, conozco la gran oferta de actividades que hay para hacer un sábado a la noche. -la menor había vivido unos meses ahí y recordaba perfectamente todo-. Hay muchas alternativas, pero ustedes decidieron pasar la noche aquí con nosotros ¡Muchas gracias! -agradeció feliz.

El público gritó y aplaudió feliz-. Pero también hicieron otra cosa. -hizo saber la cantante-. Todos los que participamos en este escenario y en esta gira podemos experimentar esto gracias a ustedes.

-Así que aquí están, y han decidido pasar la noche con nosotros. -destacó-. Quizás ya sepan esto. Es un dato que se desconoce. -mencionó-. Esta es la primera fecha de la gira luego de hace casi un año. -informó haciendo un gesto triste pero divertido-. No solo decidieron pasar el sábado con nosotros, sino que vinieron a la primera fecha de esta gira tan importante para mí. -indicó, esa gira lo era todo para ella.

-Eso es lindo. Gracias por decidir hacer todo eso está noche. -agradeció mientras jugaba con su pelo tímidamente. Los fans no tardaron en aplaudirle.

-Me atrevo a decir, que es algo más que lindo. -habló en doble sentido, pues había una canción suya que hablaba sobre eso-. Supera lo lindo. -aludió-. ¿Cómo se le dice, Chelsea? -preguntó, aunque ella ya sabía la respuesta. Hizo un gesto de escuchar. -¡Gorgeous! -gritaron sus fans-. Asi es. -afirmó.

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Su concierto había terminado. Había cantado veintiún canciones en total. Estaba agotada y tenía que admitirlo, pero sabía que nada se comparaba con lo que hacían sus bailarines.

La pelinegra apenas terminó el concierto buscó a su "novio" en el backstage. Apenas lo vió a lo lejos corrió hacía él y lo abrazo.

El mayor río devolviéndole el abrazo a la menor-. Lo hiciste demasiado bien. -indicó-. Aunque para la próxima vendré solo para ver "Vigilant Shit". -avisó en broma.

La menor no pudo evitar reírse ante eso, se separó del abrazo mientras secaba las pocas lágrimas que cayeron-. Que tarado que sos. -negó riendo-. ¿Y Cass? -preguntó preocupada al no ver a su hija.

-Ella está bien, Damián la llevó a casa. -avisó-. Estaba cansada. -indicó.

-O tal vez simplemente no quiso verme, vo' sabés. -el mayor negó con la cabeza.

-Ella te ama, Lena. -posó sus manos en la cintura de la menor-. Eres su madre, ella nunca no querría no verte. -intentó animar a la pelinegra. Lo que decía era cierto, su hija nunca no querría no verla, por más que le haya ocultado la verdad sobre su padre ella siempre la amará.

-Solo necesita acostumbrarse. -habló mientras le dejaba un beso en la cabeza, ¿João? Él resuelve.

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-Estoy agotada, la puta madre. -se tiro en su cama. Ni siquiera se había quitado el conjunto que uso para la última canción que fue "Karma".

-Ya, se nota. -exclamó el pelinegro sarcástico-. Eu, ¿Que onda con João? Creí que lo odiabas. -preguntó, y ahí estaba.

-Lo hice para las fotos, vos sabés, hay que mantener las apariencias boludo. -contestó sentándose en la cama-. Me sigue cayendo mal, pero tengo que seguir el maldito contrato. -explicó.

Luego de esas palabras entró el mencionado-.Damián, ¿Te vas a quedar? -preguntó apoyándose en la puerta.

-No, yo ya me iba, solo pasaba a saludar.-indicó. Se acercó a la menor y le susurró. -No te creo nada, boluda. -salió y se despidió del mayor.

-¿Escuchaste eso, verdad? -inquirió refiriéndose a lo que habló sobre él.

-Algo. -contestó. La mayor lo miró con cara de "Dile eso a alguien que no te conozca"-. Todo.

-Yo te dije, que ni con palabras bonitas me ibas a caer bien, boludo. -le hizo recordar a lo que le dijo cuándo había llegado a la casa.

El mayor río y negó con la cabeza-. Pronto, princesa.

La argentina rodó los ojos-. ¿Querés jugar al truco? -preguntó mostrándole unas cartas.

El mayor la miró confundido pero se sentó en la cama al frente de ella. Luego de, literalmente una hora explicándole como se jugaba y todo empezaron.

El mayor se ofreció a barajear, y Dios, era de lo peor.

-Vos para barajear sos malísimo. -indicó la menor riendo.

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-Aceptaló, sos malo jugando al truco. -habló la menor con una sonrisa, le había ganado al portugués.

-Você sabes más este juego que yo, es parte de tu patria. -la menor negó mientras reía.

-Y, mal perdedor que sos. -contestó con una sonrisa. Mala idea, el mayor se abalanzó sobre ella y empezó a hacerle cosquillas.

Para mala suerte de Elena, era sensible a las cosquillas, cosa que hizo que se riera más-. ¡Pero para, boludo! -gritó entre risas.

El mayor ignoro las peticiones de la pelinegra quién no paraba de decirle que parara. Luego de unos minutos el mayor la dejo libre.

-Mira que casi me matas, tarado. -se quejó la pelinegra.

-Tampoco exageres, fue apenas. -comentó en broma.

MINE; joão félixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora