ELENA
¿Niña de mami o papi? Eso era algo que siempre me preguntaba la gente, y yo siempre respondía que era niña de mí hermano. Ahora me arrepiento de no haber dicho que era niña de mis padres.
¿Mí peor pérdida? Fue la pérdida de mis padres, apenas Sebastião tenía un año, y ellos ni siquiera pudieron conocerlo a excepción de una videollamada. Fue algo completamente doloroso para mí y George, también Damian, él había conocido a mis padres y fue casi parte de la familia, cenaba con nosotros y pasaba mayor tiempo en casa de mis padres.
Primero de noviembre era un día el cuál me dolía, más que cualquier otro día. Pero desde el año pasado he venido a Argentina a visitar la tumba de mis padres, este año sería el primero con él que iría con João.
—¿Estás lista?—João me preguntó cuando detuvo el carro en el estacionamiento del cementerio.
Suspiré una última vez antes de asentir levemente y baje del carro, seguido por mí esposo y se acercó sosteniendo mí mano libre, mantenía la otra con las flores y el agua.
Caminamos hacía adentro del cementerio en un silencio, yo iba un poco más adelante mientras lo guiaba hacía la tumba de mis padres. No fue mucho andar hasta que llegamos hacía ahí, y fue ahí donde él apretó el agarre de mí mano.
—Estoy bien—murmuré y me solté de su agarre.
Me acerqué hacía las tumbas y me agaché, colocando las flores en agua, había decidido unos girasoles, los favoritos de mí madre pues habían sido las flores que mí padre le regaló en su primera cita.
—No sé cómo comenzar—dije, era como si estuviese hablando con mis padres, como si realmente ellos estuviesen ahí, como si realmente tuviese una conversación real—, me hubiese gustado que conocieran a Sebastião... realmente hubiese querido que él tuviese los mejores abuelos como los tuvo Cassie alguna vez.
Dejé algunas lágrimas caer, que rápidamente limpie y me levanté de mí lugar, no sin antes dejar flores en la tumba chiquita que estaba al lado de la de mis padres.
—¿De quién es esa tumba?—mí esposo me preguntó confundido.
—Blas, mi primo muerto—respondí.
Sentí como se acercó y me abrazo por la cintura, recostando su cabeza en mí hombro.
—Eres una mujer demasiado fuerte, ¿Lo sabes?—murmuró, colocando un suave beso en mí cuello.
—Ven, aún me falta dejar flores para mis abuelos y Gaspar—contesté, aclarando mí garganta.
Asintió y comenzamos a caminar un poco más hacía adentro hasta que llegamos hacía la tumba de mis abuelos. Coloqué las flores en agua y los dejé ahí, caminé un poco más alejado de ahí y fui hacía una lápida pequeña, coloqué flores y no pude evitar sonreír al recordar.
—¿Quién es Gaspar?—preguntó detrás mío.
—Mí primer mascota, fue alguien demasiado importante que cuando murió tuve que hacerle una tumba—expliqué y me di la vuelta para verlo.
—Me hubiese gustado conocer a tus abuelos... y a Gaspar también—añadió y no pude evitar reír mientras me acercaba hacía él.
—Créeme, ellos te hubiesen amado, más que a mí definitivamente—respondí.
—¿Estás lista?—inquirió.
Gire para ver una última vez las tumbas antes de volver para ver hacía mí esposo.
—Lista—afirme mientras tomaba su mano y salíamos del lugar.
Logré despedirme de ellos, los sentí que estaban a mí lado, saludándome y visitandome. Fue algo que se sintió irreal, y sabía que ellos si estuvieron ahí.
Había visto una mariposa volar y me siguió durante todo el tiempo que estuve en el cementerio hasta que salí del cementerio.
—¿Lo sabés, no? La mariposa—João habló mientras nos subíamos al carro.
—Si, se que fueron ellos—contesté, afirmando mientras me colocaba el cinturón de seguridad.
—Ojalá esa mariposa te hubiera seguido hasta la casa—respondio mientras arrancaba el auto y comenzaba a manejar, alejándonos del cementerio.
—Tal vez en otra ocasión, aún tenemos que regresar antes de que el club te mate—respondí divertida.
—Me quisiera quedar, unas pequeñas vacaciones no harían nada mal. Argentina, el calor y el sexo—no pude evitar reír ante sus palabras y negué con la cabeza.
—¡João Félix Sequeira!—exclamé tratando de parecer sería.
—¿Qué? Ya hace falta otro niño más en la casa—respondió, fingiendo inocencia.
—Tenemos dos, más que suficiente—conteste—. O en un futuro tan vez, por ahora no.
—Dos años, ni un año más—advirtió, y supe que lo decía enserio por su forma de decirlo.
Bien, me esperaba otro embarazo insoportable. No es que odiara el embarazo, al contrario era demasiado hermoso, pero simplemente tener dolores constantes de espalda, sumando las náuseas y los antojos extraños simplemente era insoportable. Pero la buena parte es que al menos no tenía mí período, el lado positivo del embarazo.
・・・
—Ya los quiero ver—Cassie habló por el teléfono. Estaba haciendo videollamada con ella desde que llegué a casa.
Luego de haber pensando bastante había decidido dejar a Cassie cuidando a Sebastião, no por que yo la obligará, al contrario, ella fue la que me pidió hacerlo, aunque al principio me negué, João fue el que me dijo que aceptará.
—Mañana por la tarde estaremos seguramente, trata de mantener la casa en una pieza—pedí bromeando. Sabía que Cassie era lo suficientemente grande como para saber cuidar a Sebastião y mantener bien la casa, al menos desde mí punto de vista veía bien la casa.
—Mamá, estamos bien—Cassie contestó riendo suavemente—. Thiago vio a ayudarme a cuidar a Sebas, fue más fácil así.
—Por favor, usen condón y no levanten a Sebastião—pedí y tuve que contener una carcajada al ver la cara de asco de mí hija.
—¡Mamá! ¡Que asco, no!—exclamó negando rápidamente.
—¿Qué? Lo digo por si las dudas—respondí fingiendo inocencia. Primero seguridad antes que nada.
—Agh, ya lo sé. Se cómo cuidarme ma, no tenés que recordarmelo siempre—contestó rodando los ojos.
—Siempre es bueno recordarlo, solo por si las dudas—contesté.
Estuvimos hablando un poco hasta que decidí dejarla descansar, al menos si eso era lo que ella iba a hacer. Sabía que Thiago estaba en casa, aunque ella negase eso, yo también lo hice alguna vez con Jack así que no fue tan fácil mentirme.
Al menos todo estaba bien en mí vida, logré superar mí trauma con perder seres queridos, logré despedirme de ellos y dejarlos descansar en paz.
Siempre recordaré las palabras de mí abuelo alguna vez:
Estás sola, chica.
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MINE; joão félix
Fanfic𝖾𝗇𝖾𝗆𝗂𝖾𝗌 𝗍𝗈 𝗅𝗈𝗏𝖾𝗋𝗌 ๋࣭ ⭑ ❛ . . . 𝖾𝗅𝖾𝗇𝖺 𝗉𝖺𝗋𝖾𝖽𝖾𝗌 𝖾𝗋𝖺 𝗎𝗇𝖺 𝗃𝗈𝗏𝖾𝗇 𝖼𝖺𝗇𝗍𝖺𝗇𝗍𝖾, 𝖼𝗋𝖾𝗂𝖺 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝖺𝗆𝗈𝗋, 𝗈 𝖾𝗌𝗈 𝖿𝗎𝖾 𝗁𝖺𝖼𝖾 𝖺𝗇̃𝗈𝗌, 𝖺𝗆𝖺𝖻𝖺 𝖾𝗅 𝖿𝗎𝗍𝖻𝗈𝗅 𝗒 𝖾𝗋𝖺 𝗌𝗎 𝗏𝗂𝖽𝖺, 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗈...