Este era su segundo beso juntos, pensó Milton saboreándolo por fin, quitándose todas las ganas que tenía de volver a probar los labios de la princesa rubia desde aquella tarde en las cocinas. Necesitaba ese sabor dulce que emanaba esa boca tan preciosa. Las consecuencias del futuro habían desaparecido en su mente porque solo pensaba que debía demostrar ante esa mirada suplicante cuánto la estaba consiguiendo querer. Apple le había pedido qué fuera su héroe y si se lo había pedido lo sería, en este momento.
La quería muchísimo, aunque lo intentará negar cada vez e hiciera como que no correspondía a sus sentimientos. Le dolió tanto hacerlo. Se había prometido a sí mismo que no compartirían un nuevo beso entre ambos, pero lo necesitaba, la quería besar hasta que se olvidará de que ellos nunca funcionarían o muriera por falta de aire, Milton creía que en esos momentos podría sobrevivir a base de besos, húmedos, calientes y vivaces. Si no habría sido una muerte tan perfecta, valoró tener, antes de que ella decidiera separar sus labios para respirar. Ojalá hubiera sido para siempre ese beso, pensó, mientras la observaba sin querer perder ni el más mínimo detalle de la royal porque juraba que no podía haber nada más hermoso qué la sensación de haberla besado por segunda vez. Esta vez, devolviéndole todo el amor que le demostró ella.
Una vez separados, Milton supo que había un gravísimo problema y la princesa que le miraba expectante leyó al instante su pensamiento antes de preguntarle. "¿Cuál es el problema, cariño?"
"No sé... Bueno...., tal vez me estoy enamorando" Le confesó mirándola, recordando cómo Faybelle le llamó así ayer.
Enamorado, había salido con algunas mujeres a lo largo de su vida, pero únicamente dos habían llegado a ser tan importantes para él como para decir que de verdad se había enamorado. Dos amores. El primero fue Blancanieves durante el instituto, tenía tan idealizada lo que era ella, creía que era perfecta cuando solamente en la actualidad fue una fantasía de la que pensó que quería quedarse el resto de su vida. Ahora, en este último mes, entendió que no debió permitirla tantas veces que le dejará de lado o viniera a buscarle solo cuando le interesaba.
Después, durante los primeros años en los que comenzó como director, conoció a Mirana, su segundo amor. No terminaron de formalizar su relación hasta este último año, pero cuando ocurrió el Día del Legado, ahí debió entender como ahora que el amor es comprensión, intentar entender al otro y ser un tándem, pero ellos dos habían sido siempre en verdad dos bicicletas por separado. Sin embargo, creía que la necesitaba tanto, debió de darse cuenta antes que en realidad eran un amor cíclico donde volvían sin importarles mucho las circunstancias de por qué nunca llegaban a funcionar al final. Volver a tener diecisiete años otra vez, en ese sentido Milton lo agradecía, era lo que necesitaban para poner punto final a lo que tenían porque si no hubieran seguido en su tira y afloja de siempre. Con ella estaba agradecido por enseñarle las lecciones tan importantes sobre quién era y cómo le gustaba y no que le quisieran.
Así que Milton se quedó en la etapa que ya no quería tener vínculos sexo afectivos o mantener una relación tóxica, prefería estar solo y tranquilo, buscando amor no solo de manera romántica, sino fraternal con Giles o amistosa con sus nuevos amigos rebels. Y entonces llegó Apple inesperadamente y se enamoró accidentalmente. Ella no le exigía ni esperaba nada, no le presionaba por no ser quien quería que fuera, porque le quería tal y como era. Se divertían de forma natural y fácil, le demostraba qué el amor no estaba en el pensamiento sino en las sensaciones.
"Me gustas Apple, de verdad, me gustas mucho" Se sinceró por completo.
"Oh Milo, pensaba que no me mirabas de esa forma, que no te podría llegar a gustar" Desde aquel beso Apple intentaba aceptar su rechazo y seguir con la amistad que tenían, lo más importante, pero por las noches cerraba los ojos soñando si él pensaba, aunque fuera solo un poco en ella.

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𝙳𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚊ñ𝚘𝚜
RomanceDesde el Día del Legado, Milton está cada vez más cerca de dejar de ser el director debido al enfado del Consejo Escolar. Está presionado, angustiado... y paga su frustración con los rebels. Quienes no le gustan. Por lo que castiga a una alumna y es...