Cuando Apple decidió que quería quedarse con Milo abrazados viendo una película en su habitación, en vez de terminar de arreglarse e ir al cumpleaños de Daring, no tuvo miedo o inseguridades sobre su decisión contradictoria de su madre. Se sentía cómoda y apreciada entre sus brazos mientras él le dejaba escoger la película que ella quisiera. Se sintió muy feliz de poder pasar su última noche en EAH con él antes de comenzar sus horribles vacaciones reales. Sin embargo, a la mañana siguiente, su felicidad anterior se convirtió en dolores de estómago, náuseas e incluso un vómito ante la ansiedad y preocupación de las consecuencias de desobedecer a su madre al no asistir a la fiesta de su futuro marido concertado ya.
Sus nervios incrementaron a medida que veía más y más cerca Lohr am Main por la ventana del avión privado mientras aterrizaban. Ahí había congregados muchos periodistas esperando ver a la princesa de vuelta y sacarle muchas fotografías bajando por aquellas escaleras. Apple no se sentía cómoda con la prensa, sentía que la acosaban bastante, aunque sabía que era una persona pública, le gustaba su intimidad y no tener una cámara en todos los lados a donde iba o estaba. Respiró unos segundos antes de que abrieran la puerta del avión y saliera, intentando mirar al frente, forzando una sonrisa nerviosa ante los flashes de las cámaras de los periodistas que la apuntaban sin parar sacando fotografías de ella. Sin embargo, su timidez y miedos hicieron que comenzara a bajar la cabeza abrumada por la atención que estaba recibiendo mientras entraba en el Rolls-Royce. Su corazón aún latía nerviosamente mientras se giraba hacia atrás para verlos cada vez más lejos de ella, por fin podía respirar tranquila.
"Lo ha hecho muy bien Princesa" Dio sus ánimos su mayordomo personal mientras la trasladaba al Palacio.
Al verle se sintió relajada y sonrió abiertamente. Paul, era un hombre de unos cuarenta y cinco años, con una sonrisa amable y un traje negro con corbata siempre bien planchado y de su talla. Paul había entrado con 18 años siendo miembro del personal de la Casa Real, después pasó a ser asistente personal de su abuela, para posteriormente convertirse en el mayordomo de su padre. Aunque para el rey fallecido había llegado a ser mucho más que eso, pues había sido su amigo y confidente. Y desde que ya no estaba, había pasado a ser el de ella, el padre que no tenía, su protector contra el mundo exterior, de las únicas personas que sentía importar y ser escuchada del palacio. Además, él conocía las sensaciones agridulces que aparecían en la princesa cuando regresa al Palacio White, pues, aunque siempre ha sido su casa todo cambio desde el fallecimiento del rey y la reina era una persona muy muy difícil de agradar y tratar.
Paul le alentaba y transmitía seguridad con su sonrisa cálida para su regreso a casa, pues hoy todos en el palacio habían notado que era un día no malo, pésimo, para estar con la reina y su mal humor.
Por suerte para Apple, su madre no la acompaño en el almuerzo ni en la comida, fue un gran descanso para ella no tener que escuchar sus palabras maliciosas y malintencionadas para hacerla sentir mal. Ni tener que comer bajo su fría y desaprobatoria mirada ante su rebeldía a sus órdenes que le había dado claras. La princesa rubia todavía no se sentía con fuerzas para asumir las consecuencias que se avecinan al desobedecerla. Odiaba la Apple que se hacía pequeña y llorosa con ella, pero no podía evitarlo cuando estaba en el Palacio, sentirse siempre de menos y subestimada por su madre. Quería dejar de sentirse así cada vez que iba a su lado, no obstante, no podía evitar parecer una niña asustadiza con ella. Sabía que daba una imagen de princesa controlada cada paso por su madre, pero era inevitable empequeñecerse con ella y la elección de que llevará vestidos demasiado infantiles para su edad no ayudaba tampoco a que pudiera verse como una joven princesa.
Su madre elegía todo por ella, sobre todo su guardarropa, con todo lleno de estilo siempre ingenuo e inocente aniñado con cuellos sobredimensionados, mangas globo, colores pastel combinados con estampados floral y cascadas de volantes. Apple detestaba ya ese estilo infantil que elegían para ella, pero daba igual su opinión porque ya había sobre su cama para la inauguración otro vestido y chaqueta rosa claro de corte clásico con un lazo delante, para la inauguración de esta tarde.

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𝙳𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚊ñ𝚘𝚜
RomansaDesde el Día del Legado, Milton está cada vez más cerca de dejar de ser el director debido al enfado del Consejo Escolar. Está presionado, angustiado... y paga su frustración con los rebels. Quienes no le gustan. Por lo que castiga a una alumna y es...