Capítulo 17

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Apple pensaba en Milo en el mismo momento en el que se despertaba, antes de maquillarse y bajar a desayunar sus pensamientos estaban en él. Al sentarse en la cafetería con sus amigos, su mirada buscaba esa cabellera castaña de ojos verdes y contaba los minutos para que tocara una de las dos asignaturas que compartían juntos. Mientras caminaba hacia su siguiente asignatura, entre el descanso de clase y clase, pensaba en él. Terminaba el día y aunque habían estado juntos estudiando unas horas antes en la biblioteca, se dormía pensando en él, tenía su mente puesta en él.

"¿Has ido ya a la Mercería de las Maravillas y Casa de Té? Te va a encantar el sitio, quedamos ahí directamente a las 5.p.m. Te mando la ubicación ahora" Le dijo mientras salían juntos de la clase de ciencias y hechicería.

Al escucharlo, Milton prefería proponer otro lugar con menos tono maravilloso, él nunca iba a tomar café a ese sitio, lo evitaba. No entendía que hubiera tazas voladoras o relojes que sonaban, pero ninguno diera la hora correcta. Sin embargo, la royal parecía querer mostrarle esa cafetería tan alocada y no pudo negarse porque teóricamente sería su primera vez visitándolo.

Llegó puntual, a la hora que habían dicho, aunque Apple ya le avisó por mensaje que se retrasaría un poco. Así que entró y durante su espera se quedó analizando el interior de la cafetería tan curiosa que habían elegido para venir. Como recordaba, había que esquivar tazas con alas, escuchar relojes con la hora mal y había muchas puertas que no entendía por qué solo habría una cocina, un almacén y los baños. Luego de su análisis, concluyó que seguía siendo demasiado fantástica para que él entendiera la admiración de Giles a este sitio o que le gustara venir a la princesa rubia.

"Hola, qué bien, al final no he tardado casi nada. ¿Has pedido ya?" Le preguntó cuando entró unos minutos después que él, esquivando una taza voladora antes de sentarse enfrente.

"No aún, te estaba esperando. Por cierto, ¿no crees qué esta cafetería es bastante loca?" Esquivar teteras y tazas para sentarse no era normal.

La princesa se rio. "Yo creo que es divertida, a mí me encanta lo fantástica y colorida qué es. Estilo País de las Maravillas. No te preocupes, no lo entenderás pronto"

"¿No entender has dicho?" Ahora sí que no lo iba a comprender.

En ese instante apareció al lado de ellos el dueño de esta cafetería tan aloca, el Sombrero Loco. Milton siguió sin saber por cuál de las tantas puertas que había, habría salido. "¡Cierto! ¡Es de lógica! Hay que no entender para poder entenderlo, pero si lo entiendes, entonces no lo entiendes porque lo entiendes"

Nunca entendía al amigo de Giles, ni una sola vez. Lógica, del País de las Maravillas sería pensó Milton en su interior.

"Por cierto, ¿quién es tu amigo nuevo Apple? Me suena haberle visto alguna vez" Preguntó curioso analizando a su acompañante, juraría que no era la primera vez que coincidían en un mismo lugar.

Desde que se habían hecho copresidentas, Apple había ido regularmente a la cafetería Hatter con Maddie a estudiar propuestas o ideas nuevas para el Consejo Estudiantil. El Sombrero Loco les ofrecía unirse a él a la hora del té y les ayudaba cuando estaban algo atascadas o poco imaginativas. Era un hombre muy alegre y cercano siempre que le veía, desde el primer día le dijo que se tutearan, que le llamara Hatta.

"Hatta, este es Milo de Oz, hijo del Mago de Oz. Y Milo, este es el señor Hatter. Es el padre de Maddie" Les presentó, la princesa rubia.

Milton no sabía que Apple era amiga del Sombrerero Loco, un compañero de él en el instituto. Le estaba reconociendo en cada mirada que le echaba porque estaba observando y analizando mucho durante unos segundos más, poniéndole muy nervioso mientras se daban un apretón de manos, antes de hablar.

𝙳𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚊ñ𝚘𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora