Capítulo 13

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Gaia

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Gaia

¿Alguna vez han sentido que el corazón deja de latir al menos por un segundo y después empieza a bombear con tanta fuerza que incluso duele?

Justo así me sentí cuando él pronunció esas palabras.

"Déjame intentar volver a enamorarte" se ha reproducido en mi mente una y otra vez, tantas veces que ya perdí la cuenta.

Estoy segura de que en ese instante en mi interior sentí removerse varias cosas, órganos, náuseas, no sé. Pero algo se movió. Como mis pies, empecé a caminar. Alejándome. Huyendo del huracán que estaba azotando mi pecho.

"Dame la oportunidad de unir las dos piezas que fueron separadas" ¿Me estaba pidiendo permiso para destruirme de nuevo?

O peor, haciendo que todo vuelva, de golpe, haciéndome sentir el doble lo que ya siento por él. Como un volcán en erupción que quema todo a su paso sin detenerse, sin freno. Sin medir el desastre que va dejando bajo la lava.

Quien diga que el tiempo es suficiente para olvidar, superar y dejar de amar, jamás conoció lo que es el amor.

Incluso el recuerdo más lejano, ese que tiene más polvo, en algún momento aparece como un destello fugaz que te hace buscar en tu mente hasta que lo encuentras.

Aprendes a vivir con la ausencia de esa persona, pero no por eso está superada. Es como una herida que aún después de estar cerrada queda una cicatriz como prueba.

En algún momento te das cuenta que tienes que pasar página, continuar el camino. Darte una oportunidad. Aún así, guardas ese sentimiento de amor en una esquina de tu pecho, donde crees que vas a olvidarlo. Pero ahí está y lo sientes. Tal vez con menos intensidad, pero sin apagarse.

Y te das cuenta que el amor como los recuerdos, algunas veces son lindos, otras veces duelen.

Entonces estoy aquí, mirándolo en silencio. Esperando que diga lo que reflejan sus ojos y el motivo de su sonrisa.

—¿Vas a decirlo o solo me miraras como un tonto? —cuestiono rompiendo el silencio que nos envuelve.

—Ya no somos unos niños —menciona emocionado.

—Lo sé, tenemos dieciséis años y...

—Y ya podemos ser novios —me interrumpe.

Por instinto miro a todos lados asegurándome de que mis padres no estén cerca y lo hayan escuchado.

—Ahora no es momento de hablar de eso —los nervios vistieron cada una de mis palabras.

Un poco de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora