Capítulo 15.

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La tarde siguiente a la que los gemelos pasaron en la enfermería, se encontraban junto a Aries en uno de los pasillos del primer piso. Recién habían subido tras que la Black decidiera pasar por el Gran Comedor para merendar algo de fruta, cuando decidieron hacer la primera broma como el cuarteto de diamantes que eran, a partir de ese día. George y Fred Weasley, Lee Jordan y Aries Black. McGonagall empalidecía cada vez que veía a los cuatro juntos, pensando en los Merodeadores. Eran como una versión nueva de aquellos cuatro jóvenes estudiantes a los que había enseñado años atrás. Y no sabía si le gustaba o no, puesto que si salían iguales, le darían muchos dolores de cabeza. . . no tenía muy claro si eso se convertiría en algo bueno o si tomarían un camino diferente. Aries se dio cuenta de aquello. Aunque tan solo tenía once años, camino de cumplir los doce, sabía leer muy bien a las personas y siempre observaba mucho, la cual cosa le aportaba muchos detalles que otros no verían de buenas a primeras.

―Yo sacaré a Filch de su despacho ―empezó a hablar la niña, acomodándose la falda del uniforme, pues tenía algunos pliegues arrugados―. Lee se esconderá en la esquina, para poder lanzar una bomba fétida a mi señal. Si necesitase más, repetiría la señal para lanzar una segunda ―el morocho asintió, señalando el bolsillo de su túnica, donde tenía guardada la munición―. Y vosotros, entraréis a su despacho. ¿Estamos de acuerdo?

― ¿Y tú qué harás? ―preguntó Fred, todavía un poco reacio ante la presencia de la Slytherin.

―Sacar a Filch del despacho. ¿A caso no escuchaste? ―se burló la de cabellos negros, soltando una risita―. Le distraeremos con las bombas fétidas, así que tendréis que daros prisa en coger lo que sea que necesitéis.

Ya con el plan aprendido, los gemelos Weasley desaparecieron del campo de visión y se escondieron cerca del despacho, quedando únicamente Lee y Aries en mitad del pasillo. El despacho quedaba a tres puertas de su posición, por lo que tenían que lanzar las bombas fétidas, por lo menos, al otro lado del pasillo, sacando provecho de su larga extensión. Fue lo que hizo Lee, soltando la primera bomba fétida que ya tenía en las manos. Luego se escondió, para poder irse sin ser visto si necesitaba lanzar la segunda bomba. Al ver el humo, la pequeña Black salió corriendo hacia el despacho de Filch, llamando a la puerta con urgencia.

― ¡Filch! ¡Están tirando bombas fétidas al otro lado del pasillo! ¡Huele que apesta! ―gritó la muchacha, poniéndole dramatismo a la situación―. Están los de sexto de Gryffindor riéndose, seguro que tienen cara de culpables ―prosiguió con la actuación, una vez el mayor se levantó de la silla.

Salió del despacho, siendo seguido de su gata y la niña de primer curso, que miró a los gemelos cuando pasaron por delante del cuarto de las escobas, donde se estaban escondiendo. Esa fue la señal que necesitaban para salir y colarse en el despacho.

Al acercarse casi al final del pasillo, la Slytherin gritó de nuevo.

― ¡Quizá era en el piso de arriba! Lo siento, no los entendí demasiado bien ―comentó, en un susurro, dándole tiempo a Lee Jordan para lanzar otra bomba fétida y escapar―. ¡Adiós, viejito!

La Black salió corriendo de ahí, metiéndose por la primera puerta que encontró, logrando así alcanzar las escaleras. Como habían acordado encontrarse en el patio trasero, confiaba en que los Weasley ya habían salido del despacho de Filch también y que no serían pillados.



* * 

n/a. han pasado tres meses desde que actualicé la última vez y este capítulo es corto, pero el próximo será más extenso y va a tener más drama, lo prometo. aun así, no sé cuándo lo tendré, espero que pronto.


Conociendo a Aries Black [ 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora