El año nuevo fue hermoso a su lado, pero después de una racha de buena suerte, Volkov había recibido una llamada de un doctor. Hablaba de Nikolai, al parecer había tenido un acidente algo grave y tomo el primer vuelo hacia Canadá, donde residía el rubio.
Víktor era su único familiar aunque sus amigos del ofició lo ayudaron, no podían está 24/7 con él. Así que decidio hablarle para que le hiciera el favor de brindarle una mano así como él lo hizo en su momento.
Por una semana entera Volkov desaparecido de los santos. Claro, sabiendo esto Horacio se sentía tranquilo pero a la vez alarmante de que también a él le pasará algo. Solo en la sede le hizo compañía Alanna, su mano derecha hasta que regresó. Todos días eran mensajes y mensajes en su bandeja por minuto, extrañándolo cada minuto desde que se fue.
Le prometió recompensar el tiempo perdido aunque fuera efímero, tambien merecían estar juntos después de esa pequeña tormenta.
El día en que regreso Volkov, sorprendió a Horacio pues no le había avisado que regresaría más temprano de lo que había dicho él. Porsupuesto que se tomó el día el director, quedándose en casa para poder abrazarlo hasta que desapareciera de sus brazos.
Los días se volvían más dulces, más cariñosos era lo que se merecían, por todo lo que pasaban, su único consuelo sería él contrario.
Claro que habían altercados pero los superan juntos como alguna vez se prometieron, siempre estarían para él otro y eso era lo mejor de todo. Despertar a su lado era la mejor sensación del mundo, era inexplicable en todo su al alrededor, como sabiendo que podía descansar cómodamente, sin temor a que le hicieran daño alguno pues sabía que Volkov daría todo por él.
Entonces cuando abrían sus ojos y se lo volvía a encontrar ahí... era maravilloso, decidió despertar un día más a su lado, uno menos para su edad y entre sus brazos sonrió con la vista borrosa.
- Buenos días... -su sonrisa lo conmovió.
- мое маленькое солнышко Buenos días -dejó un beso en su nariz para después pasar sus dedos sobre su cresta.
- Estoy emociónado... -
- ¿Si? Yo igual -acarició suavemente su espalda de arriba abajo.
Víktor le había propuesto al menor ir de vacaciones a algún lugar. Solo para despejarse de todo. Porsupuesto que aceptó pero no le dijo a donde irían y se lo diría hasta que estuvieran en el aeropuerto.
- Tenemos tiempo... Para llegar... -rozó con su dedo pulgar su labio inferior que le hizo entrar en un descontrol de emoción en su interior. Soltó una dulce risilla, acercadose hacia arriba para enganchar sus labios.
Aún no despertaba del todo bien y ya había puesto boca abajo sus sentimientos.
Sabía que era él con quién se quedaría al final, sin necesidad de un mar de palabras que intenten describirlo, porque él sale de cualquier explicación dentro de ese universo, que es comparado con ese corazón tan hermoso que tenía. Era él, porque con tan solo una mirada se decían de todo eso que ambas almas anhelan y lo que sus bocas callan. Era él, entre mil millones eres él y siempre él.
Sus besos se volvieron una obsesión muy grande, como cualquier persona a la mentafetamina, lo hacía drogarse con el efecto de sus amor entre sus labios y era increíble como podía olvidarse de todo en esa vida, hasta de respirar.
Sonrió entre sus besos viéndo lo desesperado que se volvió en tan solo un par de segundos. Era como un niño que luchaba conseguir un dulce, hacia berrinches y se enojaba, él hacia lo mismo pero de diferente manera, fruncia el ceño cuando se apartaba él peligris, volviendo a escalar su pecho con un puchero fruncido en su boca.
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Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎
RomanceCariño, hablame de amor. Abrazame y apriétame, hazme sentir como si tú solo existieras en mi vida. Querido mío, cuentame todos tus pecados y males que yo los pagaré contigo. Pequeño, no me importará descoser mi corazón y hacerlo trizas para que tú...