Cariño, hablame de amor.
Abrazame y apriétame, hazme sentir como si tú solo existieras en mi vida. Querido mío, cuentame todos tus pecados y males que yo los pagaré contigo. Pequeño, no me importará descoser mi corazón y hacerlo trizas para que tú...
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Mmmm.... ¿Creó que empezó su historia muy atrás, no? Vamos un poco más hacia el futuro.
El tiempo curaba heridas tal y como la vida le arrebato lo que más quría, dejando un hueco de ese amor indiscreto siendo por tanto tiempo dueño de su sentimientos. Paso un año y medio buscando una nueva oportunidad de donde vivir junto a su hermano. La situación se relajo después de viajar a Montana hasta que una loca propuesta le llego al oído mientras comian con sus ultimos 3 dolares un sándwich de un queso.
- ¿Y si probamos Los Santos? -miró el mini mapa el rubio.
- ¿Cómo? No, esta muy lejos... -
- Bueno, teniendo en cuenta que nos quedan las ciudades de abajo del mapa ¿Por qué no probar con Los Santos? -dudó probando el sabor del queso.
- Hmmmm... Sera demasiado ¿No creés? -
- ¿Qué más da? Imagínate que te haces un actor -carcajeó- me sacas de pobre Horacio, le tenemos que sacar provecho a esa carita que me llevas -el piel canela sonrío con sus tonterías.
- ¿Por qué no nos quedamos en esta ciudad? Ademas aquí nadie nos conoce. -
- No siento que aqui nos vaya bien. Es un lugar de trabajadores con empleos de gente rica, nosotros somos más de calle y de liarla -asintio- en Los Santos hay más gente como nosotros, ahí se fue a vivir nuestro colega Radly ¿Te acuerdas? Hace poco me llamo y me dijo que seguía ahi. -
- ¿Entonces es una buena zona? -
- Porsupuesto. Sí no te sientes cómodo pues no vamos a otra sin problemas, solo hay que juntar dinero... -ya habían pasado de todo y empezar cada 3 meses desde 0 los iba a dejar en una ruina enorme.
- Está bien -tomó su bebida- hagamos que funcione al menos. -
- Intentemos... -confirmó.
Les tomo días llegar a Los Santos, como viajeros varados en la carretera. Las luces de vinewood iluminaban desde una distancia enorme, llamativos casinos y lugares donde el dinero llegaba y se iba fácil de las manos, ahí mismo ambos sintieron que está era su ciudad.
Por todas las calles se escuchaban ambulancias, policías, había un tráfico terrible y ni hablar de el clima bipolar. Sus primeros días fueron muy desastrosos, sin dinero en los bolsillos buscaron donde quedarse a dormir. Para ambos era ya "normal" quedarse debajo de un puente o en las bancas públicas como si eso fuera su casa.
En su corta vida, aprendió por las malas que si la vida lo derrumbaba se tenía que levantarse. Para sus suerte lo seguia acompañando su hermano que al igual de jodido que él siempre lo comprendió hasta el último momento. Con esa compañía por ahora le bastaba, pues dejo más amistades en otras ciudades y era el único que siempre lo acompañaba.
Había visto de todo un poco en sus peores estados, como la delincuencia era su energía para seguir al día, su hermano se llenaba con otras cosas, como la droga o el alcohol (de vez en cuando no siempre.)
