𝒮ℯ𝓃̃ℴ𝓇ℯ𝓈 𝒟𝒾 𝒜𝓃𝑔ℯ𝓁ℴ

𝟎𝟎𝟎

Pasado

Alice

Me llamo Alice Miller, y soy una semidiosa, no quería serlo es algo muy peligroso.... Y ahora estoy sola

Mi padre acaba de morir, eso dijeron en el hospital. Mi madre la diosa Nix, no me lo permitió ver.

—¿Quiero quedarme con papá?—Le dije mientras caminábamos.

—A donde te llevaré, podrás ver su fantasma.

—¿Por qué me llevas al inframundo?

Ella siguió caminando sin verme.

—Ahora no tienes a nadie, eres poderosa hija mía y tienes un potencial, pero debes aprenderlo en el inframundo.

—¿Con quien me quedaré?—Le pregunté.—¿Contigo...en el Tártaro?

Ella negó

—No, Hades te tomará bajo su cuidado; me debe un favor y su hijo, su heredero tiene tu edad. Los educarán juntos

—Si voy...¿Puedo ver a papá?

—Si, mientras ganes la aprobación de Hades y si te haces amiga de su hijo, en unos años el podrá ayudarte.

—Está bien. Iré.—Dije viéndola, aunque ella no me veía a mi.—¿Como se llama su hijo?

—Nico Di Angelo, es su nombre.

***

La sala de trono era algo tan magnifico, columna de un negro tan oscuro y con gemas preciosas por todas partes, también había flores rojas, pero no eran pétalos normales, eran Rubis los pétalos.

—No te distraigas, tendrás mucho tiempo para apreciar el palacio.—Me dijo mi madre.

Caminamos hasta que llegamos al final del pasillo, en unas escaleras se encontraban dos tronos, en una estaba Persefone la reina de inframundo, tenía un vestido verde y su cabello era castaño, era realmente hermosa y a su lado. En un trono con cráneos se encontraba Hades, su aura inspiraba terror, no tenía dudas de eso, su túnica se movía. Eran almas en penas.

Yo me arrodillé ante los dioses.

—Así que ella es tu hija.

—Así es Hades, tenemos un trato. ¿La cuidaras?

Sentí la mirada del dios encima de mi.

—Tengo palabra con un dios de inframundo. Mocosa, ¿Como te llamas?

Seguí arrodillada, pero dije.

—Alice Miller mi señor Hades

—Levántate.—Obedecí.—¿Cuantos años tienes?

—10 señor.

—Los mismos que mi hijo,  mañana en su cumpleaños 11, solo que el es...diferente.

Sentí como su esposa resopló.

—Es el bastardo de mi esposo, pero me da lástima por lo que ha pasado.—Dijo Persefone.— Le vendría bien una amiga de su edad.

La diosa se levantó y a mi me dio miedo por completo. Yo incline mi cabeza

—Eres una mestiza muy linda, me vendría bien una campeona, por lo que me dijo mi marido, asistirás a la escuela aquí en le inframundo, y aunque se que los maestros que Hades tiene son muy buenos, yo desearía enseñarte más sobre ser una señorita.