𝟎𝟐𝟎

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Pasado

Alice.

Estaba a un semana de mi boda, la fecha mas esperada por cualquier chica, solo que yo la esperaba cuando mi padre estaba vivo, me lo llegue a imaginar llevándome al altar retando al chico con el que me casaría y que me mantuviera diciendo, "no deberías casarte con el" "Aun podemos huir" "Te ibas a casar a los 40, o mejor aun, nunca"

Pero no seria asi, no había visto a mi padre desde que murió, y creo que mucho menos podre verlo antes de la boda.

-Estas bien?

Fue la voz de Nico, estaba en el balcón en mi cuarto del inframundo, yo lo vi a los ojos y negué con la cabeza, nunca podría mentirle ni aunque quisiera, el se acerco a mi y me abrazo por la espalda. Asi nos quedamos, la imagen que nosotros dábamos era muy buena en realidad digna de una pintura, de fondo un castillo y en el medio dos amantes, obligados a casarse cuando lo único que hicieron fue tener algunas noches locas.

-¿Me quieres contar?

No conteste de inmediato, continue viendo la vista que tenia del inframundo, aquí donde estaba ubicada podia ver la sala del juicio, y todos los campos donde descansan las almas en el inframundo, veía el rio de fuego surcar el castillo.

-Pensaba en mi padre, que siempre quise que el me entregara en mi boda, pero ya sabemos que eso no pasara, también que no lo he podido ver, asi sea su tumba, no he ido ni una sola vez, y mucho menos he visto su alma.

Nico se quedo callado, el siempre ha sido muy bueno escuchando, no se necesita nada mas en la vida, pero sentí su voz en mi oído y su aliento en mi cuello.

-Cierra los ojos.

Yo asentí, y claro hicimos un viaje sombra, era de esperarse, no se que me sorprende, cuando abri los ojos estábamos en los campos Eliseos.

-¿Que hacemos aquí Nico?

-Te dare mi regalo de bodas.

Yo lo vi rara

-Nico el regalo me lo das en la boda, aparte yo no sabia que teníamos que conseguir regalo de boda, somos los novios.

El me ignoro y se dio la vuelta, extendió su mano y comenzó a cantar en griego antiguo, un montón de humo lo rodeo y un fantasma se postro ante el.

Trate de enfocar un poco mejor la cara del fantasma y cuando lo hice, solloce y vi a Nico.

-¿Como?

-Soy el rey de los fantasmas, no es duro, pero no se puede quedar mucho tiempo.

El se comenzó a alejar y yo lo llame, cuando escucho su nombre me vio.

-Nico, gracias por traerme a mi padre.

El sonrio engreídamente.

-Espero que tu regalo sea igual o mejor.

Yo rei y sali corriendo a los brazos fantasmales de mi padre. Tal vez, estar casada con Nico no sera tan malo.

𝒮ℯ𝓃̃ℴ𝓇ℯ𝓈 𝒟𝒾 𝒜𝓃𝑔ℯ𝓁ℴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora