𝟎𝟐𝟒

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Nico.

No se que nos paso por la cabeza, cuando decidimos venir al inframundo a darle la noticia a mi padre de que sera abuelo, con Alice en el noveno mes de embarazo, si no fue la idea mas brillante que tuve en estos meses.

-¿Te comiste una sandia entera o algo asi mocosa?-Fue lo que dijo Hades cuando los vio.

Vi como Alice veía su vientre y a mi padre de una manera rara.

-No me comi ninguna sandia Hades, estoy embarazada.

-OHH, ¿Cuánto tienes?- Pregunto.

-9 meses.- Respondi yo.

-Y apenas me vengo a enterrar que sere abuelo, a unos días de que nazca.

-Claro, lo veo completamente racionable padre.

Después de eso, mando llamas a Nic y no se como terminamos en el majestuoso salón del palacio de mi padre, la conversación fluyó entre Alice, Hades, Nix y yo. Discutiamos los preparativos para la llegada del bebé cuando un cambio en el ambiente captó la atención de todos. Un suave murmullo de los fantasmas y el tenue resplandor de las antorchas hicieron que la sala pareciera más viva de lo habitual.

Nix, con su porte regio y su mirada aguda, frunció el ceño ligeramente.

-¿Algo no está bien?-preguntó, sus ojos oscuros buscando respuestas, por toda la sala

Antes de que alguien pudiera responder, Alice soltó un gemido de dolor repentino, agarrando mi brazo con mucha fuerza, incluso me estaba enterrando las uñas.

-¡Nico, algo está pasando!- exclamó, con los ojos llenos de preocupación.

La mire con alarma, en estos momentos se me olvido todo lo que pude haber leído sobre partos se esfumo de mi cabeza, sentía el cerrazón en la garganta.

-¡Rápido, necesitamos ayuda!- grite, mirando a mi alrededor en busca de alguien que pudiera ayudar.

En medio del caos repentino, Alice se aferró a mi, su rostro pálido por el dolor.

-¡El bebé está llegando!- anunció con urgencia, su voz llena de pánico y ansiedad.

Hades, con su presencia imponente y su mirada penetrante, reconoció la gravedad de la situación de inmediato.

-¡Preparen una sala pata el parto de inmediato!- ordenó, su voz resonando con autoridad mientras se apresuraba a organizar a sus sirvientes.

En cuestión de minutos, la sala de partos estaba lista, bañada en una luz suave y acogedora que contrastaba con la oscuridad del inframundo. Deja a Alice  cuidadosamente en la cama, rodeada por fantasmas que en vida habían sido medico que servirían en esta situación, mientras que yo permanecía a su lado, sosteniendo su mano con firmeza.

-Nunca pensé que el medico que traería a nuestro hijo estuviera muerto.- Dijo Alice respirando con fuerza.

-Yo tampoco, Alice perdón, te quería dar un parto en las mejores condiciones, quería que te sintieras completamente atendida por las enfermeras, y no asi. Espero que me perdones y sepas que de verdad quiero ser un buen padre...

-Ya lo eres Nico, yo tampoco esperaba dar a luz aca, pero es lo que nos toco y este bebé nacera bien, sano y todo gracias al padre que tiene...ahora dame la mano que me va a doler.

Yo deje que me apretara, me maldijera en lo que estaba completamente lista para dar a luz.

El proceso de parto fue rápido y lleno de intensidad, cada momento marcado por el sonido del corazón de Alice latiendo en sus oídos y mi aliento entrecortado. Los fantasmas trabajaron con habilidad y eficiencia, guiando a Alice a través del proceso con calma y determinación. quizás que nazca en el inframundo no esta siendo tan malo.

Y entonces, en medio de la oscuridad del inframundo, un nuevo sonido rompió el aire: el llanto débil pero poderoso de un recién nacido. La habitación se llenó con la música de la vida, una melodía de esperanza y alegría que resonó en mi corazón.

Vi a Alice, agotada, sudad y jadeante y que veía al pequeño bulto que frotaba con lagrimas en sus ojos, que brillaban llenos de amor. Yo me acerque y bese su frente antes de acercarme a los fantasmas que me lo entregaron, el pequeño bebé seguía moviéndose y pataleando, estaba rojo, arrugado y lleno de sangre pero yo lo veía hermoso. era mi niño.

-Nico ¿Que es?

Me pregunto Alice, sacándome de mi ensoñamiento por mi hijo, así que me acerque a ella y se lo deje en el pecho, ella lo tomo tal como nos explicaron en las clases de parto

-¡Es un niño!" exclame con alegría, mi voz temblando de emoción mientras acariciaba la manita del  bebé en los brazos de la mujer que amo.

-Es perfecto Nico.-Dijo Alice.

-Lo es Alice.

La bese a ella con suma delicadeza, y sonreímos mediante el beso, estábamos mas que felices.

-Quiero volver a casa Nico.

-Claro, deja que los fantasmas los terminen de revisar y nos iremos.

Así fue, esperamos 12 horas en el inframundo para después llegar a nuestro hijo a la superficie, a su nuevo hogar.

𝒮ℯ𝓃̃ℴ𝓇ℯ𝓈 𝒟𝒾 𝒜𝓃𝑔ℯ𝓁ℴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora