Parte 1

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No se en que momento paso.

Ni como.

Ni por qué...

¿Desde cuando las mañanas eran tan difíciles?.

Estoy cansado de sentirme excluido, de fingir que no noto como me quedo atrás...

Y nadie se molesta en mirar para ver si los alcanzo.

No se en que momento mi perspectiva sobre las personas cambió...

Fue tan de la nada.

Sin ningún aviso.

La única señal que note fueron los cambios de mi comportamiento hacia él...

Pero, ¿porqué el?

¿¡Porqué el!?, si en el pasado solo sentía odio y desprecio hacia él.

¿Por qué siento que como si todos esos sentimientos se hubieran derrumbado?.

y ahora en su lugar hay algo más profundo...

Una emoción que no puedo controlar.

Un sentimiento perturbador que taladra mi pecho... Que me hace sentir incómodo e inseguro.

"Ya no se lo que me pasa...", suspiro Tord, frotando sus ojos con frustración.

Las mañanas para él eran tranquilas en su mayoría, serenas como cada amanecer y frías por la soledad que había en ellas.

El desayunar solo no le causaba ningún problema.

El problema era la ansiedad que le provocaba sus pensamientos.

Las preguntas sin respuestas.

Las dudas sobre sus sentimientos.

Era como si el silencio que lo acompañaba cada mañana le hiciera esas preguntas para atormentarlo.

Cada pregunta parecía meterlo en un transe del cual sentía imposible de escapar.

Su cuerpo se tensaba y sus sentidos le fallaban, provocando qué olvidara su alrededor, permanecíendo rijido en un solo lugar.

Quieto sentado en la mesa Tord seguía inmóvil, sumido en sus pensamientos. Su cuerpo se tensaba y sus sentidos se confundían al oír una voz familiar...

"Buenos días Tord, me sorprende verte todavía desayunando", dijo edd con una sonrisa amplia.

"Hola Edd... De hecho ya me iba", dijo Tord bajando la mirada

Edd miró a Tord con preocupación. Su plato aún estaba lleno de comida, y no parecía haber comido siquiera un bocado.

"¿No te gusto el desayuno? ¿Estás enfermo?", preguntó Edd con voz preocupada.

Tord bajó la mirada y evitó el contacto visual. Su voz era apagada y grave cuando respondió:

"No, no es nada. Solo... no tengo hambre."

Edd lo miró unos segundos y luego dio la espalda. Sabía que algo andaba mal con Tord desde hacía semanas. Estaba distante, retraído y parecía temeroso de lo que lo rodeaba. Él había tratado de hablar con él, pero algo siempre impedía esa conversación.

No sabía si intentar hablar con él sin rodeos, o simplemente dejarlo en su soledad y esperar a que Tord decidiera hablar. Sin embargo, él sabía que tenía que hacer algo. No podía dejarlo así.

Edd volteó de nuevo, dispuesto a encararlo, pero Tord ya no estaba sentado a la mesa. De manera inesperada, se había levantado y se había dirigido apresurado hacia su habitación.

Solo tú. (Tomtord) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora