Solo tú. (Tomtord)

Parte 19

Las alarmas resonaban como un grito estridente, transformando el suave rubí de los pasillos de la Armada en una fiebre de luz roja, ante la emergencia del terreno enemigo.

La causa de esta acción tan brutal se desarrolló en el punto más remoto de la batalla.

Una bomba cargada de potencia explosiva había sido lanzada por los enemigos, y se abría paso en el territorio que los soldados de Tord habían ganado , destruyendo todo a su paso.

Las líneas de defensa estaban en peligro de ruptura, lo que permitía a los enemigos avanzar rápidamente hacia la Armada.

En un intento desesperado por detener la avalancha de asaltantes, las líneas de tropas de Tord se abrieron y cayeron frente al embate de los enemigos.

En medio de la batalla, Tord y Tom se encontraron al frente, Tom aumentando su posición para proteger a Tord y Tord entregándose a la lucha junto a sus soldados, gritando órdenes con fiereza.

Cambiando la escena, Paul y Patrick corrieron por los pasillos hacia la habitación de Susan, el clamor de la batalla resonando a su alrededor.

La puerta se abrió de par en par encontrando a Susan aterrada al ver el rostro asustado de Paul y Patrick. Estaba temblando, con el pelo sudoroso y pegado en el rostro mientras su maestro trataba de calmarla.

"¡Está bien, está bien!", trataba de convencerla el maestro, pero sus palabras no lograron calmar a Susan, que se resistía a seguir sus instrucciones.

Patrick le dio una señal al maestro para que se mantuviera a salvo, mientras Paul la sacaban del cuarto.

"¡Tenemos a Susan!", dijo Paul atraves del audífono qué portaba, mientras corría por los pasillos, aferrando la mano de Susan como si la vida de ella dependiera de él.

"¡No la pierdan de vista!", exigió Tom desde el altavoz de sus visores.

La sensación de miedo y confusión en el rostro de Susan era palpable, su mirada saltando de un lado al otro mientras los hombres la guiaban a través de las adyacencias de las Armadas. La vida en la Armada era todo lo que ella conocía y ahora, era lo que la amenazaba.

Los tres corrian y resbalaban por los pasillos, cada vuelta generando más pánico en sus corazones.

El sonido de disparos y de los gritos resonaban por los pasillos, superando el ruido de la batalla. Los tres seguían corriendo, hasta que finalmente llegaron al frente de la puerta del refugio que habían planeado usar para mantener a Susan a salvo. Pero sin embargo, la puerta estaba firmemente cerrada.

"¡¡Tom!!, ¡la puerta está cerrada!", gritó Paul, desesperado, mientras intentaba abrirla. "¿¡Que hacemos!?".

Tom, al otro lado de la línea, respondió con agitación y desesperación: "¡Debería estar abierta!" , gritaba Tom desesperado, continuando con su concentración en la batalla.

Hasta que de un momento a otro su voz se hizo vulnerable y desgarradora cuando gritó el nombre de Tord: "¡¡TORD!!", la angustia en su voz se escuchaba en el audífono de Paul, sintiendo la sensación de desesperación y temor que se reflejaba en sus palabras.

"¡¡RESISTE!!", gritó Tom con la voz rota. Paul, desde el otro lado de la línea, escuchó con una expresión de sorpresa y temor, "¿¡Tom!?, ¿que susede?, ¿está todo bien?", sus palabras rebotaban por las paredes del pasillo.