𝔄𝔤𝔞𝔯𝔦𝔪𝔦𝔬

73 13 1
                                    

La lluvia caía torrencialmente esa noche de sábado, Changbin disfrutaba de la soledad de su departamento haciendo alguno de los ejercicios de matemáticas que le habían faltado.

Siempre le habían gustado los días lluviosos, eran tranquilos y las calles se encontraban particularmente desoladas. Perfectas a su gusto, no le agradaba mucho la gente.

El timbre fue tocado y él sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral ¿Lo habrían encontrado? No, eso no era posible, se había encargado de no dejar rastro ¿Entonces quién era el que tocaba el timbre un fin de semana a las 7 de la tarde?

Decidió acercarse a paso lento hacia la puerta, le pareció extraño que tuvieran tanta paciencia, si hubieran sido ellos ya habrían tirado la puerta abajo. Definitivamente no eran, estaba casi seguro.

—¡Hola Changbin!

El pelinegro se sorprendió al ver a Yongbok parado fuera de su departamento, con su característica sonrisa surcando sus mejillas salpicadas con rayitos de sol. De todas las personas que imaginó que serían, el rubio ni siquiera estaba en la lista, no esperaba verlo.

—¿Yongbok?

—Quise venir a visitarte, porque el día está muy feo y no me gusta mucho estar solo— explicó el menor.

—Entiendo…

—Está bien si no quieres— comentó Yongbok al ver que el mayor no lo invitaba a pasar.

—No no, pasa, lo siento— se disculpó Changbin al darse cuenta de que aún estaban parados en el umbral de la puerta— Me sorprendí mucho, lo siento.

—Está bien, tampoco te avisé, así que lo entiendo— le quitó importancia Lee— Hablando de avisar, deberíamos intercambiar números, digo, por si acaso…

—Es cierto— asintió— Lamento el desorden.

—No hay nada desordenado Changbin— respondió el rubio entre risillas— ¿Que estabas haciendo?

—Completando algunos trabajos del colegio.

—¿No terminaste la secundaria?

—No pude, tuve algunos inconvenientes.

—Yo igual, estoy cursando los últimos meses, por fin— reveló.

—¿En serio tampoco la terminaste?— cuestionó Changbin con sorpresa— ¿Por qué?

—Deje dos años, por problemas de salud y… bullying.

—Ooh, tenemos historias parecidas entonces— admitió.

—Pues con todo gusto la escucho— respondió el rubio con una enorme sonrisa.

La noche continuó en una animada charla entre ambos jóvenes. Changbin poco a poco iba sintiéndose más en confianza con el pecoso, era bastante difícil no sentir un cálido ambiente seguro cuando Yongbok lograba expresarse tan genuino y sincero. Seo podía asegurar que todas las palabras que salían de la boca del rubio eran totalmente verídicas.

La calidez de las dulces palabras de Yongbok contrastaba con el intenso frío que hacía en el precario apartamento, sus ojos llenos de esperanza y vida eran el reflejo opuesto de los propios. En medio de esa reflexión no pudo evitar viajar por todo el rostro del menor, prestando suma atención a cada detalle.

¿Cómo no ser una persona tan soñadora si literalmente tenía el universo plasmado en sus mejillas? Las hermosas estrellitas que decoraban el rostro de Yongbok eran especialmente llamativas, al igual que la perfecta forma acorazonada de sus labios y las pequeñas bolsitas que se formaban debajo de sus ojos cuando sonreía. Changbin se sentía en el deber de afirmar que Lee era uno de los chicos más lindos que había visto.

𓏲ָ 𝔗𝔯𝔲𝔢𝔳𝔢𝔩𝔩𝔦𝔢🌒//ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora