𝔐𝔞𝔪𝔦𝔥𝔩𝔞𝔭𝔦𝔫𝔞𝔱𝔞𝔭𝔦

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Poco a poco las cosas parecían comenzar a funcionar, lograba equilibrar correctamente sus trabajos con el estudio y tenía tiempo para ver a su hermano. No le quedaban tantos momentos para pasar con Seungmin o Changbin, pero para él lo primordial era Lucas. Con verlo a él le bastaba.

Lo único que le causaba conflicto es que había conseguido trabajo en la cafetería frente a donde habían asesinado a la mujer de hacía unos meses, pero trataba de restarle importancia. Debido a ese suceso nadie quería trabajar cerca de ahí, ya que temían que el homicida todavía circulara por la zona, pero Yongbok no tenía más opción, además la paga era buena.

Otra cosa que le molestaba es que ese local se encontraba casi al otro lado de la ciudad y debía caminar demasiado para llegar, pero él creía que valía la pena el esfuerzo. Además Seungmin trabajaba en esa zona, por lo que podría verlo más seguido.

Ese día había sido más movido de lo normal, la zona estaba volviendo a la cotidianeidad luego del aberrante suceso, por lo que la cafetería cada día estaba más concurrida. Esperaba que eso también ayudará a un aumento para su sueldo.

—Buenas tardes.

—¡Buenas tardes, señor! ¿Qué desea ordenar?— cuestionó el menor con su característica sonrisa.

El cliente tardó algunos segundos en volver a la realidad, había quedado perdido en la sonrisa del rubio y sus dulces y amables palabras. Como siempre Yongbok era ridículamente encantador, sin siquiera intentarlo.

—...Un capuchino y un cortado... por favor.

Su jefe lo adoraba y como no, si después de su llegada la tienda había subido notoriamente la cantidad de clientes diarios. Era gracias a su enorme carisma, su gran actitud y su brillante positividad que todos acudían a esa cafetería.

Las personas comenzaban a ir cuando tenían un mal día para contagiarse de la destellante energía de Yongbok y transmitían ese sentimiento a otras personas, eso era notable para absolutamente todo el personal del lugar. Menos para el propio Yongbok, quién simplemente estaba siendo él mismo.

Llegó a la mesa de trabajo aún algo embobado con la sonrisa del hermoso rubio que lo había atendido minutos antes, pero inmediatamente volvió en sí al escuchar los fuertes regaños que Yang estaba emitiendo desde el interior del despacho

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Llegó a la mesa de trabajo aún algo embobado con la sonrisa del hermoso rubio que lo había atendido minutos antes, pero inmediatamente volvió en sí al escuchar los fuertes regaños que Yang estaba emitiendo desde el interior del despacho. Algo no andaba bien.

De por sí la investigación que estaban llevando a cabo se encontraba estancada desde hacía meses, no eran capaz de alcanzar a su presa ya que esta era conocedora de sus intenciones y no iba a dejarse atrapar. Admitía que aquel chico era muy inteligente al lograr esconderse así.

—¡Hwang! Esto no puede seguir así Hyunjin, no podemos dejar que se escape, él debe volver a donde pertenece— comentó el peliblanco con molestia.

—Ya hemos comenzado Jeongin, solo podemos esperar.

—Odio esperar y sabemos que Bash es lo suficientemente inteligente como para saber qué le tenderemos una trampa— respondió— No me importa como, lo quiero vivo o muerto, pero lo quiero.

𓏲ָ 𝔗𝔯𝔲𝔢𝔳𝔢𝔩𝔩𝔦𝔢🌒//ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora