Era una niña tan triste e infeliz, siempre sola, la molestaban e insultaban absolutamente todos los días, los golpes eran tan frecuentes en la escuela como en su casa. Tan apagada como una noche nublada, tan débil y hermosa como la luz de la luna. Al caminar arrastraba sus pies, denotando el cansancio que le provocaba el mero acto de respirar, sus suspiros no daban a entender más que un infinito vacío interno y sus ojos tan hinchados como el nudo en su garganta.
¿Por qué no acababa con todo y ya? ¿Por qué insistía con el sufrimiento? ¿Por qué seguía de pie cuando todo el mundo intentaba derrumbarla? ¿Qué la motivaba a seguir? ¿Acaso tenía miedo de morir? ¿No sería capaz de acabar con su propio sufrimiento?
De ser así él iba a encargarse de todo, acabaría con todos sus males, la dejaría en libertad. Por fin. Iba a liberarla de todas sus tormentas, dejaría a su alma descansando en paz. Con toda la buena intención del mundo haría que su corazón finalmente pudiera descansar después de tanto dolor.
Si ella no podía hacerlo él lo haría, no tenía ningún tipo de problema, la ayudaría, después de todo para eso estaba. Siempre ayudaba a la gente a dejar de sufrir, los ayudaba a ser finalmente felices. Aunque a veces no era muy fácil, lo hacía de todas formas, porque tenía un corazón bondadoso que se apiadaba de esas pobres almas.
-¡No! ¡Espera por favor!
-Tranquila, después de esto finalmente podrás ser feliz- habló el más alto con tranquilidad.
-¡Déjeme en paz!
-¿No quieres ser feliz?
-N-no puedo ser-ser feliz si muero- susurró la pelinegra.
-Pero esto no es morir, es pasar a una mejor vida.
Dos disparos se escucharon instantáneamente después de aquellas palabras y su trabajo estaba concluido. Ahora solo debía asegurarse de no dejar ningún tipo de evidencia y largarse de ahí lo antes posible.
Otra alma rota descansaría gracias a él nuevamente.
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-¡¿Otro asesinato?!- cuestionó el rubio.
-Así parece- respondió el mayor- Esto es más grande de lo que parece Bang.
-Lo sabía, aquí hay otra cosa, hay algo que estamos pasando por alto- comentó Chris.
-A pesar de que las cosas estén más complicadas no puedo elevar el caso a agentes más experimentados.
-¿Por qué no?
-Aún me dicen que no califica.
-Señor Min, con todo respeto, esto que me está diciendo es una puta locura- respondió el menor con enojo- En estos últimos seis meses han ocurrido más de 10 asesinatos, es inaceptable.
-Yo también lo correo, por eso estoy haciendo lo posible por elevarlo- coincidió- Por ahora lamento decirte que está en sus manos, en las de usted y el equipo.
