𝔏𝔦𝔟𝔢𝔯𝔬𝔰𝔦𝔰

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Luego de aquella noche, Changbin y Yongbok fueron volviéndose más cercanos. Su amistad comenzó a florecer entre largas tardes de juegos, entretenidas cenas con la señora Cho y divertidas coincidencias.

Lee creyó que vivía una especie de sueño, porque realmente pensaba que iba a ser difícil acercarse al pelinegro, pero ahora notaba que todo era una especie de coraza que Changbin había formado a su alrededor. Se preguntaba por qué el mayor había recurrido a eso ¿Alguien le habría hecho daño? ¿Quién? ¿Por qué?

A medida que pasaba más tiempo con Seo, más quería saber de él. Quería conocer todo, desde sus más superficiales gustos hasta los secretos más dolorosos. No entendía muy bien la razón, no sabía el porqué, pero quería descubrirlo.

Esa tarde estaba especialmente soleada, y eso le alegraba mucho. Le gustaba que los días en los que se encontraba con su hermano fueran lindos, así podían dedicarse a pasear y recorrer la ciudad mientras charlaban y observaban a la gente. No podía ofrecerle mucho más y eso le dolía un poco.

—¡Bokkie!

Lucas era su pequeño hermano de 16 años, al cual había tenido que dejar atrás para priorizar su estabilidad emocional y su bienestar mental. Afortunadamente el menor no había tenido los mismos problemas que él, era un chico muy energético y positivo. Todo heredado de su hermano mayor, que le había inculcado el positivismo hasta en la sangre.

—¡Hola pequeño!— saludó el mayor con entusiasmo.

—¿Cómo has estado?— cuestionó el pelirrojo— No te veo desde que te volviste a mudar.

—Lamento no haber podido antes Lu— se disculpó— He estado bastante bien ¿Tu? ¿Qué tal las cosas en casa?

No iba a mentir, cuando hacía esa pregunta soñaba con que algún día su hermanitos contestara diciendo que sus padres lo extrañaban, que les hacía falta o mínimo algún pequeño cambio de actitud que indicara un poco de arrepentimiento y piedad. Pero ese día nunca iba a llegar.

—Igual que siempre— respondió el menor— ¿Aún te lamentas por lo que pasó?

—Claro que sí— admitió Yongbok— Pero como dijo Edisson A. Cajilima Marquez “Te dolerán tanto las manos de sostener algo que no se puede, que al final no tendrás otro remedio que abrir el puño y dejar ir”.

Lucas escuchaba atento la frase de su hermano, sintiendo su pecho llenarse de orgullo ante la inspiración que transmitía. Estaba feliz de que Yongbok hubiera logrado salir del entorno en el que sus padres lo hacían vivir y estaba aún más feliz de que todo le estuviera saliendo bien.

—Un día quiero ser tan fuerte como tú— admitió el menor.

—Espero que nunca tengas que serlo Lu…

La tarde continuó entretenida, entre charlas y juegos entre los hermanos, compartiendo un momento de fraternidad sin nada ni nadie que pudiera o se atreviera a interrumpirlos. Querían aprovechar al máximo todo el tiempo que sus padres les habían hecho perder e invertirlo lo mejor posible.

—¿No has conocido a nadie que sea de tu interés?— cuestionó de repente el pelirrojo.

—...Ahora que lo mencionas… hay un chico en el edificio en el que vivo— reveló el mayor.

—¡No me digas!

—Pero no ha pasado nada, solo hay una extraña tensión cada que estamos solos…— Yongbok le quitó importancia— ¿Y tú?

—Pues, hay una chica muy linda en el club de natación.

—¡Qué emoción! No puedo esperar a que tengas tu primera pareja— comentó el rubio con entusiasmo.

𓏲ָ 𝔗𝔯𝔲𝔢𝔳𝔢𝔩𝔩𝔦𝔢🌒//ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora