La noche estrellada estaba hermosa, las luz brillante de la luna haciéndose presente en la bella placita. Yongbok se encontraba esperando a su mejor amigo para cenar bajo la luz de la luna unos sanguchitos de milanesa que había preparado y de postre sus tan famosos brownies.
El rubio se encontraba muy feliz, hacía mucho tiempo no tenía ese tipo de planes con Seungmin, era algo muy habitual entre ellos en el pasado. Cuando Kim estaba en la universidad él lo esperaba hasta altas horas de la noche para almorzar juntos y escuchar todos los motivos de estrés del castaño, eran momentos muy bonitos que recordaba con mucha nostalgia.
—Buenas noches bokbok— saludó el mayor al llegar.
—¡Minnie!— respondió Yongbok con entusiasmo.
No tardaron en comenzar su tan ansiada cena, charlando de cosas triviales, cómo les iba en sus respectivos trabajos y como estaba la familia de Kim. Los padres de Seungmin siempre habían sido extremadamente amables con Yongbok, cuando se fue de casa había estado viviendo un tiempo con ellos pero al rubio no le gustaba estorbar, por lo que trató de conseguir un lugar en el que vivir lo más rápido posible.
—¿Cómo te está yendo con tu vecino?— cuestionó el castaño con curiosidad.
—Muy bien— admitió el menor, al mismo tiempo que una sonrisa comenzaba a dibujarse en su rostro— Nunca creí conocer a alguien tan dulce, me hace sentir tan bien. Cuando estoy con él siento que el resto del mundo desaparece, siento que solo somos nosotros dos y que nada puede cambiar eso.
Seungmin admiraba la forma tan fascinante en la que su amigo hablaba de aquel hombre, los ojos le brillaban, su sonrisa soñadora y la dulzura en sus palabras dejaba totalmente expuestos sus sentimientos. Yongbok veía a Changbin como lo mejor que le había pasado, lo veía como su todo, estaba enamorado. Muy enamorado.
—Ya veo… Te enamoraste— aseguró Kim.
Yongbok lo pensó unos segundos y repasó en su mente todas las cosas que había dicho para luego responder.
—Sí, creo que lo hice.
La realidad es que Yongbok llevaba un tiempo evaluando la situación y sus sentimientos, pero no le resultaba fácil admitir que estaba enamorado, le daba miedo que una persona tuviera tanto control sobre él. Porque Yongbok sabía, que el estar enamorado a veces era como estar ciego, porque el enamoramiento solo veía lo bueno, porque a veces el amar a alguien era equivalente a sufrimiento. Pero quiso creer en que con Changbin sería diferente.
Seungmin se detuvo a pensar si podía decirle la cercana relación que llevaba con su jefe de investigación, pero no estaba muy seguro de que fuera algo que a Yongbok le gustara mucho. Su relación con Jeongin era muy carnal, no hablaban de otra cosa que no fuera el caso y a veces necesitaban algo para desestresarse.
Como el rubio era mucho más romántico lo más probable es que no aprobará la relación, además si le contaba detalles como los lugares en donde lo había hecho, definitivamente lo mataría. Quizás lo mejor era mantenerlo en secreto por ahora.
—No, por ahora no tengo nada bok— mintió— El caso consume absolutamente todo mi tiempo.
—Espero que termine pronto ¡Así podemos hacer una cita doble!
Las carcajadas no tardaron en llegar. Luego continuaron hablando de temas que nadie más que ellos podía entender, las miles de anécdotas que tenían juntos y lo mucho que les gustaba tenerlas presentes siempre.
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