𝔖𝔢𝔪𝔭𝔦𝔱𝔢𝔯𝔫𝔬

33 6 4
                                    

El día de campo estaba listo, la idea de emboscar a Changbin requería de un plan bastante sencillo o así lo creían Hyunjin y Jeongin. Pasados unos cuantos días y notando que el pelinegro no pensaba presentarse a buscar a Yongbok, finalmente su plan se puso en marcha.

Al haber pasado ya una semana desde la última vez que se vieron, asumieron que Changbin no pensaría que iba a tratarse de una emboscada. Minho y Yongbok irían solos a un campo alejado de la ciudad, el cual le pertenecía a la familia Hwang, todo para que Changbin viera la oportunidad de llevarse al rubio.

Todo marchaba de acuerdo al plan, Yongbok estaba de acuerdo con todo, aunque el mayor lo notara muy distinto a como era antes, no dijo nada. Ya no sabía porque el pecoso colaboraba con ellos, no sabía si era por rencor a la muerte de Seungmin, por decepción o porque simplemente quería volver a ver a Changbin. Y sinceramente esperaba con todas sus fuerzas que no fuera la última.

La tarde estaba perfectamente soleada, una suave brisa corría libre por las praderas del campo sin fronteras y a su alrededor todo se veía irrealmente hermoso. Ambos pensaron que ese era un lugar demasiado hermoso para mancharlo de malos recuerdos, pero ya era demasiado tarde para pensar en eso.

Tendieron la manta debajo de un enorme árbol que les brindaba sombra y colocaron cada uno de los bocadillos que habían llevado. Por mucho que lo intentó Yongbok no pudo hacer sus ricos brownies, él quería llevarle algunos a Changbin, para que nunca olvidara su sabor.

El menor dudaba de que Seo apareciera, primero no tenía forma de saber dónde estaban ni con cuantas personas y segundo nunca iba a arriesgarse a ser atrapado solo por él. Solo estaba ahí porque la esperanza era lo último que se perdía, por lo menos quería intentar verlo una vez más, aunque fueran un par de segundos, eso no le importaba.

Minho observaba al pensativo rubio a su lado, su rostro había perdido color, sus preciosos ojos ya no tenían ese brillo tan característico de él, sus labios estaban resecos y con suerte hablaba un poco. No era el Yongbok que él había conocido, ese chico había desaparecido completamente y eso le dolía mucho.

Yongbok le recordaba un poco a Jisung, su forma tan alegre de ser, su sonrisa brillante, sus palabras dulces, su rostro siempre iluminado. Tenían varias similitudes, quizás por eso cuando lo conoció se sintió inmediatamente atraído a él. Jisung y Yongbok eran personas de luz, seres de luz, que conocieron a personas llenas de oscuridad e intentaron iluminarlas, costara lo que costara. Aunque a veces ese era su mayor problema.

-—¿Cómo te sientes bok?— cuestionó el pelinaranja.

—No sé, no siento nada— respondió— Solo algo de nervios...

—No dejaremos que te haga daño.

—¿Tú crees que él sería capaz de hacerlo?— susurró Yongbok.

—Ya lo he visto hacerlo una vez...— recordó.

Por alguna razón Yongbok no podía aceptar que no era especial para Changbin, que en realidad él era otro más, que en la vida de el mayor ya hubo personas como él y terminaron igual que todas las demás. No podía aceptarlo, su mente lo negaba sin parar.

De repente Minho sintió como un enorme brazo rodeaba su cuello y cómo poco a poco el aire dejaba de llegar a sus pulmones. Observó como al menor se le iluminaban los ojos y entonces supo de quién se trataba.

—¿Planeabas enamorarlo a él también? Como hiciste con Jisung ¿he?— habló Seo desde atrás— Pero cometes un error, Jisung nunca fue mío, pero Yongbok, Yongbok tiene mi nombre tatuado en el alma.

El rubio no podía creerlo ¡Estaba ahí! Su hermoso y amado Changbin estaba ahí. Había ido por él, había ido a buscarlo, no lo dejó atrás como a los demás, no lo abandonó, estaba ahí, frente a él.

𓏲ָ 𝔗𝔯𝔲𝔢𝔳𝔢𝔩𝔩𝔦𝔢🌒//ᶜʰᵃⁿᵍˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora