CAPÍTULO 14

23 5 56
                                    

Ya pasaba del medio día, se supone que es la hora del día cuando el sol es más fuerte que en cualquier otra hora.

Alai miro el cielo nublado, no parecía que hubiera intención alguna de eso el día de hoy, de hecho, parecía que estaba a punto de llover.

Se sentía tan exhausto, la mañana había pasado más rápido de lo esperado gracias a la compañía de Vincent y esos chicos.

—¡Alai! ¡Espera un minuto! —Alai rodo los ojos al escuchar la voz de Jonathan detrás de él, Jonathan se posiciono a su lado y pregunto con curiosidad. —¿A dónde vas? ¿Sabes al menos que dirección es la que estas tomando?

—...

Jonathan frunció el ceño ante su silencio, él se cruzó de brazos con molestia. —¿Puedo saber mínimo que es lo que estás haciendo?

Alai no lo miro y respondió con irritación. —Busco a Ana, se supone que para eso es la brigada.

—¿En serio? —Pregunto Jonathan incrédulo. —A mí me parece que estas caminando sin rumbo, ¿sabes que hay en esa dirección?

Jonathan miro al frente, hacia donde estaban caminando.

Alai lo miro con curiosidad. —¿Qué hay por allá?

El chico a su lado se detuvo provocando que él hiciera lo mismo, Jonathan mantuvo su mirada incrédula y respondió con un rostro serio.

—No hay absolutamente nada, ni siquiera una casa abandonada, hacia allá solo hay árboles, árboles y más árboles sin fin... —Él suspiro al notar el rostro despreocupado de Alai. —Mira Alai, si sigues el camino que estas tomando terminaras perdiéndote en el bosque.

Alai parpadeo, miro hacia la dirección que Jonathan había señalado y comenzó a caminar hacia ella. Al notarlo, Jonathan paso sus manos por su cara con frustración y comenzó a seguirlo.

Alai se detuvo y lo miro con enojo. —¡Deja de seguirme!

—No, no pienso hacer eso, ¿dejarte solo en este bosque? ¿En el que desaparecen omegas? —Respondió Jonathan, él rio y continuo, pasando de largo a su lado. —Sí Alai, aquí te dejo, adiós, suerte con el demonio caníbal asesina omegas.

—¡Deja de hablarme en otro idioma y...! —Grito Alai, caminando con rapidez para alcanzar a Jonathan. —¡Y deja de seguirme!

Él se paró frente a Jonathan, provocando que él se detuviera de nuevo.

—Alai, no pienso dejarte aquí solo, es peligroso. —Dijo Jonathan con seriedad. —Es mejor irnos, pronto comenzará a llover, será peligroso caminar por el bosque.

Él se alejó levemente y continuo. —Vamos, te llevaremos al pueblo, la señora Johnson debe estar preocupada por ti...

Al no notar ningún movimiento detrás de él, Jonathan se dio la vuelta y miro a Alai con curiosidad. —Ey, ¿me estas escuchando?

Alai lo ignoro, no porque lo quisiera, sino porque se percató de algo que no había notado hasta ahora, algo mucho más importante que obedecer a Jonathan, él miro su alrededor confundido, ese sentimiento... ¿Desapareció? No, no podía ser, se supone que desaparecería cuando llegara a su destino, pero justo ahora... no había nada ahí.

Jonathan miro confundido al Alai mirando su alrededor con decepción, ¿Y ahora este qué? ¿Por qué se comportaba tan raro? Empezaba a cansarse de su actitud extraña, antes de poder decir algo, fue interrumpido por la estresante voz de su querido amigo.

—¡Mira Jules! ¡Ahí están Jonathan y Alai! —Grito Randall emocionado.

Alai se dio la vuelta al igual que Jonathan, ambos observaron a los dos chicos acercándose con atención, Randall levanto sus manos y los saludo agitándolas con rapidez, en cambio, Jules sonrió y pregunto con burla.

LAS FLORES QUE EL BOSQUE SE TRAGO [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora