—¡Daniel! —gritó Alai con una enorme sonrisa mientras se acercaba a él. —¡Justo estaba pensando en ti!
Por otro lado, Daniel retrocedió al notar que se acercaba.
—¿Qué? —preguntó él confundido. —¿Nos conocemos?
—¡Ay, claro que nos conocemos! —dijo Alai con una sonrisa incrédula, intentando esconder su claro enojo. —No te hagas tonto.
—Ah... sí. —Daniel lo inspeccionó por un momento, antes de decir con desinterés. —Alai.
—¡El único! —dijo él mientras se paraba frente a Daniel. —¿Qué estás haciendo?
Daniel lo miró con extrañeza.
—¿Qué quieres? —preguntó él con cierta duda. —¿Por qué me hablas de pronto?
—Ay, solo quiero hablar contigo, ¿es malo tratar de hacer nuevos amigos?
—... Aja, claro. —dijo Daniel no muy convencido. —¿Sabes, Alai? Justo ahora me tomas en un mal momento, me tengo que ir, estoy ocupado.
—¡Espera! —gritó Alai.
Daniel se giró y lo miró con seriedad. —¿Qué necesitas? Si necesitas algo, dímelo ahora, en serio tengo que irme.
—Bueno...
¿Ahora qué? ¿Cómo se supone que iniciara una conversación con él? Ahora que lo veía con claridad, Daniel era muy guapo, tal vez no lo había notado porque se sentaba hasta atrás del salón y él enfrente, por lo que nunca se veían las caras. Probablemente fue la misma razón por la que él no pareció conocerlo al principio.
¿Pero qué estaba pensando? Eso no era importante.
Alai miró a Daniel, quien esperaba paciente que dijera algo más. Lucía apurado, y su energía indicaba que no mentía; él realmente tenía cosas que hacer.
Además, en clases no solía prestarle mucha atención, pero justo ahora, teniéndolo cerca y mirando su rostro, Alai podía decir con seguridad que Daniel lucía deprimido; su rostro se veía algo cansado, así como su energía que mostraba claros rastros de tristeza.
Este chico... estaba sufriendo la pérdida de su amiga, aquella niña insoportable que se sentaba a su lado en clases, que nunca cerraba la boca y la cual disfrutaba molestarlo...
Alai sintió un escalofrió en su cuerpo al notarlo; lo más seguro es que su cara también expresaba su tristeza, pues Daniel le preguntó confundido.
—¿Estás bien?
—Sobre Ana...
Al escuchar este nombre, Daniel abrió levemente sus ojos, para luego fruncir su ceño con cierta molestia.
—¿Qué hay con ella?
—Eres un buen amigo suyo. —dijo Alai; él levantó su rostro y observó al chico frente a él con seriedad. —¿Cierto?
—No.
—... —¿Eh?
—No sé de qué me hablas. —dijo Daniel con desinterés, un desinterés completamente falso. —No me agradaba; de hecho, la odio; si eso era todo, me voy.
Alai observó como Daniel se daba la vuelta y se alejaba con una cara incrédula, ¿qué? ¿Por qué dijo eso? ¡Eso era...!
—¡Mientes! —grito Alai, llamando la atención del chico de nuevo, él se giró y lo observó con irritación en su rostro. —¡Eso no es verdad, al contrario, la quieres mucho!
—¿Tú qué vas a saber? —preguntó Daniel con el ceño fruncido.
—¡Es obvio! —respondió Alai. —Desde que desapareció pareces triste todo el tiempo; cualquiera que te conozca tan solo un poquito se daría cuenta de ello; miras con decepción el lugar vacío a tu lado, preguntas casi todos los días sobre ella al profesor Sanz cuando su clase termina, además...
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LAS FLORES QUE EL BOSQUE SE TRAGO [Omegaverse]
Misterio / SuspensoTras la muerte de su Madre, Alai, un joven omega recesivo de dieciséis años de edad se muda al pequeño pueblo de Forest town junto a su abuela Cloe Johnson. Un pueblo rodeado de grandes montañas, bosques, lagos y ríos, alejado de las grandes ciudade...