-¿Entonces, le parece bien retrasar el segundo advenimiento?-
-Claro que sí Aziraphale, tomate el tiempo que necesites, ya sabes que jugarás un papel indispensable cuando el hijo de nuestro señor baje por segunda y última vez a la tierra, lo último que queremos es presionarte u ocasionarte algún tipo de estrés ¿Cómo has estado estos días? ¿hay algo que te preocupe?- Metatrón hablaba calmado, su voz transmitía tranquilidad, quizás demasiada.
-S-si, bueno, de eso quería hablarle, últimamente estoy sufriendo unos preocupantes episodios, todavía no se a que se deben o cómo controlarlos, simplemente pasan, mis ojos se vuelven violetas, como los de Gabriel y siento como mi cuerpo entra en una especie de trance que no me permite moverme, cuando regreso siento que apenas han pasado segundos pero soy incapaz de controlar estos ataques y por mucho que lo intento no logro encontrar la causa de estos.- Aziraphale miraba nervioso sus manos evitando hacer contacto directo con el de mayor rango, temía estar haciendo algo mal, no quería que metatrón pensase que se había equivocado al elegirlo como Arcángel Supremo.
-Tranquilo Aziraphale, estos episodios que dices son parte del proceso, Gabriel también los sufrió cuando recibió el cargo, no tienes que preocuparte por ellos, se que al principio pueden confundirte pero poco a poco te acostumbraras al puesto y a los cambios, pronto dejaras de sentirte así.- Metatrón le dedicó una sonrisa calmada al peliblanco, este se removió incomodo en su sitio. -Por otro lado, quería felicitarte Aziraphale, sin duda has tenido un desarrollo increíble desde que volviste al cielo, estas haciendo una gran labor, todos tus proyectos han sido excelentes, el ambiente de trabajo ha cambiado desde que estás al mando, las detenciones contra acciones demoníacas han incrementado un 4% desde que llegaste, todo va de maravilla señor arcángel supremo.- El hombre se levantó de su asiento y se dirigió a la salida, deteniéndose en la puerta. -No te preocupes tanto, todo va como tiene que ir. Por qué no vuelves a tu puesto de trabajo y disfrutas de uno de esos cafés que tanto te gustan, ordené que bajasen a por tu favorito; Latte de leche de avena con un chorrito de sirope de almendra.- El contrario sonrió ligeramente.
Esperó a qué el de mayor rango se retirase para hacer lo mismo, caminando por los largos pasillos del cielo se cruzó con varios ángeles, estos lo saludaron encantados, aquel nuevo trato que recibía por parte de sus compañeros le agradaba, aquellos pequeños gestos lo hacían reafirmar que el cielo era el bando de lo correcto, sin embargo estos pensamientos desaparecieron al ver como Miguel se acercaba a el con pasos firmes y arrogantes, esta pasó por su lado mirándolo por encima del hombro.
-Traidor.- Dijo en un susurro que solo el pudo escuchar.
Por desgracia para el ángel aquella mujer no era la única que lo seguía considerando un traidor, muchas habían sido las ocasiones en las que había escuchado cómo muchos de sus compañeros susurraban a su paso.
"Ese fue el que paró el Armagedón."
"Se dice que borró la memoria de Gabriel para quitarle el puesto."
"Ese ángel confraternizó con demonios."
"A saber qué habrá hecho para ganarse el favor de Metatrón, no me extrañaría que aquel demonio lo hubiese enseñado a tentar."
"Debería ser un caído."
"No es digno del puesto."
Aziraphale siempre intentaba hacer oídos sordos a los comentarios, sin embargo aquello no bastaba para que cada una de las palabras calase en el lo más profundo del peliblanco, este finalmente llegó hasta su puesto, una insulsa mesa de cristal que el peliblanco había decorado con libros, en la parte central de la mesa se encontraba un humeante café, pudo leer el nombre "Dame café o dame muerte" en el dorso del vaso, una pequeña sonrisa se escapó de sus labios mientras se sentaba y daba un pequeño sorbo a la bebida.
ESTÁS LEYENDO
I don't forgive you.
Random-Tardaste en volver a aparecer Rafael, te di la oportunidad de que volvieses por las buenas, hice que el tonto de Aziraphale te ofreciese volver, no pensé que fueses capaz de rechazarlo, ahora tendré que hacerte volver al cielo por las malas o destr...