VII

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"He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente." Un pequeño carraspeo lo sacó de su enfermiza lectura, era la décima vez en el día que leía la confesión del señor Darcy. 

-¿Todavía sigues con esas cosas humanas?- Levantó la vista del libro sorprendido al reconocer la voz de la contraria. 

-Que sorpresa verte aquí Miguel.- A pesar de su mala relación Aziraphale le dedicó una amable sonrisa.

-Si, yo también estoy sorprendida.- La mujer rodó los ojos molesta. -Metatrón quiere vernos a los dos, ahora.-

-Claro, solo dame un momento, no encuentro el marca páginas.- Contestó buscando el objeto por su escritorio. 

-Deja de una vez esos objetos mundanos, además ya deberías saberte el contenido de memoria, cuando no trabajas solo te dedicas a leer eso.- Miguel se inclinó ligeramente para leer mejor. -¿Orgullo y prejuicio? qué nombre más ridículo, no se como los humanos pueden entretenerse con eso.-

-Lo usan para evadirse o por el contrario sentirse identificados con la historia que el libro relata.-

 -¿Y tú lo usas para? ¿Evadirte? ¿Extrañas tu estúpida tierra?- Miguel preguntó con burla.

-Sin duda tú te identificas con el título eres una orgullosa con muchos prejuicios.- Susurró el peliblanco para sí.

-¿Qué?- Miguel frunció el ceño.

-Nada, cosas mías, vamos.-

Ambos se dirigieron en completo silencio al puesto de Metatrón, era extraño verlos caminar codo con codo, aquel acto se ganó varias miradas indiscretas por parte de otros ángeles, al final del pasillo se encontraba Metatrón, este estaba de espaldas a ellos, su vista parecía fija en alguno de los muchos monumentos que los grandes ventanales del cielo les permitían ver, cuando ambos llegaron el de mayor rango se dio la vuelta para verlos.

-Veo que habéis llegado bien, espero no haya habido malentendidos entre vosotros.-

-No.- Ambos contestaron a la vez ganándose una sonrisa satisfecha por parte de Metatrón.

-Bien, quería reuniros a ambos puesto que sois dos de los arcángeles de mayor rango y por ello necesito de vuestra ayuda, el ángel Hekamiah, encargado de proteger el país de Alemania me ha notificado la aparición de un horrible demonio en el territorio, este tiene el don de la hipnosis, se mete en la cabeza de las personas y las obliga a hacer lo que él quiera, ha provocado peleas, tiroteos, fiestas a altas horas de la noche, pero parece ser que se ha aburrido de estas acciones y ha encontrado una presa mayor, en este caso su víctima es el presidente Alemán Frank Steinmeier, está subiendo los impuestos, metiendo ciudadanos inocentes en la cárcel, incluso quiere declarar la guerra a otros países... Sin duda se ha convertido en una amenaza para el cielo, si sigue ascendiendo podría interferir en nuestros planes.-

-¿Qué quiere que hagamos? podría intentar hablar con él para llegar a un acuerdo con el infierno, la mayoría de demonios no son muy inteligentes, seguro que cualquier pequeño acuerdo lo convence.- El ahora Arcángel vio como los otros dos lo miraban incrédulos.

-Claro Aziraphale, habla con él.- Miguel contestó sarcástica ¿Acaso no recuerdas la última vez que un demonio persuadió a un humano en ese país? todas las muertes que causó aquel individuo, todos los humanos que nos fueron arrebatados, todos ellos fueron corrompidos por los demonios, estabas allí abajo, deberías recordarlo mejor que nadie, debemos eliminarlo.- Las palabras firmes de Miguel hicieron eco en el lugar. 

-Claro que lo recuerdo, fue horrible pero no por ello deben pagar justos por pecadores, señor Metatrón usted que quiere que hagamos.- El nombrado siguió callado por unos segundos mientras analizaba la situación y sus posibles soluciones. 

I don't forgive you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora