VIII

50 6 1
                                    

Tras largas horas de viaje al más puro estilo humano ambos Arcángeles llegaron a Berlín, en estos momentos se encontraban caminando en busca del lugar que Metatrón les había indicado y donde suponían que se encontraría el ángel Hekamiah.

-¿Podrías explicarme por qué vamos a todas partes como si fuésemos simples humanos?-

-Extrañaba esto, además no te obligué a venir conmigo, podrías haberte ido por tu cuenta.- Miguel suspiró molesta ante las palabras del peliblanco.

-No pienso dejarte solo, ya nos traicionaste una vez... Agggg andar tanto está haciendo que mis pies duelan.-

-Eso es por que no estás acostumbrada a caminar, yo solía pasear todos los días cuando vivía en la tierra.- Ignoró los malos comentarios y sonrió con nostalgia.

-Como sea ¿falta mucho?- Aziraphale negó con la cabeza.

-Según la mujer a la que preguntamos solo unas calles más.-

-Oye ¿Cómo reconoceremos al tal Hekamiah? Metatrón no nos dijo nada de él, no sabemos cuál es su aspecto, ni siquiera sabemos si realmente nos está esperando.-

-No seas tan desconfiada Miguel, seguro que está esperándonos, además somos ángeles, sabremos identificar a uno de los nuestros.-

Unos minutos más tarde ambos se encontraban frente al local, parecía ser un lugar pequeño, la fachada era de un fuerte color amarillo anaranjado, Aziraphale sonrió levemente, aquel amarillo era su color favorito, sobre la puerta se encontraban unas oxidadas letras de color celeste "HOTEL" Ambos arcángeles ingresaron en el bar, no había mucha gente, a excepción de algunas parejas que tomaban algo en pequeñas mesas, el peliblanco analizaba cada rincón del lugar fascinado, aunque no pareciese gran cosa sin duda el lugar era acogedor.

Unos minutos más tarde ambos se encontraban frente al local, parecía ser un lugar pequeño, la fachada era de un fuerte color amarillo anaranjado, Aziraphale sonrió levemente, aquel amarillo era su color favorito, sobre la puerta se encontraban una...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-C-creo q-que es el.- Miguel susurró dubitativa señalando hacia la barra, Aziraphale levantó la mirada curioso y extrañado por la voz de la contraria, juraría que nunca antes había escuchado aquel ligero temblor en su voz y mucho menos la había oído dudar de sus palabras, miró donde la mujer indicaba quedando igual o incluso más confundido que ella, el hombre en cuestión se encontraba sentado de malas maneras en un viejo taburete de madera, dándoles la espalda mientras disfrutaba de algún licor embriagante, vestía un elegante traje de color lila haciendo resaltar su larga cabellera del color del fuego, la mente de Aziraphale comenzó a divagar, aquel hombre le había recordado a alguien, su largo cabello, el color de este, la forma tan extraña de sentarse "no, no es el, no puede ser el" el Arcángel pensó para sí, intentaba mantener la calma cuando un fuerte aroma lo invadió devolviéndolo a la realidad "no, no es el" pensó, pues a diferencia de Crowley aquel hombre desprendía un fuerte aroma angelical.

-¿E-el?- El peliblanco contestó en el mismo tono que la contraria.

-Parece R.... - La mujer negó antes de pronunciar aquel nombre olvidado. - N-no puede ser, e-el ya no es un...- Aziraphale no dejó que Miguel terminase aquella frase.

I don't forgive you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora