IX

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Muriel se encontraba leyendo tranquilamente un libro mientras disfrutaba de una humeante taza de chocolate cuando el teléfono de la librería comenzó a sonar, se levanto con tranquilidad hasta el lugar y atendió la llamada.

-Librería de Fell ¿En qué puedo ayudarle?-

-Muriel, soy yo, Eric.-

-Oh hola.- Muriel sonrió levemente.

-Escúchame esta pasando algo, Shax está eufórica, habla de un posible golpe maestro ¿los tuyos te han dicho algo?-

-No, Eric agradezco la información pero ya no hace falta que sigas llamando para esto, Crowley ya apareció, es innecesario que te pongas en peligro, no vuelvas a llamar por estas cosas.- Muriel contestó enfadada.

-Está bien ángel, pero ten cuidado, si Shax está así de contenta debe ser algo muy malévolo, no quiero que te pase nada.-

-Ten cuidado tu también, adiós.- La voz de la morena sonó relajada.

-Adiós.- Muriel colgó el teléfono dejando escapar un leve suspiro.

-¿Quién era?- La voz curiosa del demonio sonó a sus espaldas. 

-¡Por el amor de dios!- Muriel llevó una mano a su pecho asustada.- Deberías dejar de hacer eso.-

-¿Quién era? ¿Era Aziraphale?- Los ojos del pelirrojo se iluminaron.

-No, no era el señor Fell, era este, emm...- Muriel lo miró indecisa.

-Estrellita.... Deja de ocultarme cosas.-

-Está bien, le contare.- Muriel contestó resignada. -Cuando desapareciste el señor Fell y yo no te encontrábamos por ninguna parte por lo que pensamos que podrías haber vuelto al infierno, fue entonces cuando el señor Fell buscó un contacto allí abajo.-

-¿Y? ¿Era él?- Muriel asintió levemente.

-¿Conoces al demonio Eric?- Crowley notó el leve sonrojo que aquel nombre había provocado en las mejillas del ángel haciéndolo gruñir internamente.

-¿Eric? ¿el demonio que nunca muere? sin duda su castigo es de los peores.-

-Emmm, si, ese.-

-¿El es vuestro contacto?- Preguntó exasperado, la actitud de Muriel era extraña.

-Si.- La morena contestó mientras mantenía la vista en el suelo y jugaba nerviosa con sus manos.

-¿Y? ¿Qué diablos quería?-

-Oh él quiso informarme de que algo está pasando en el infierno, por lo visto Shax estaba muy contenta por algo.- Crowley arqueó una ceja, ¿Por qué un demonio hablaría de sus diabólicos planes con un ángel? Una idea cruzó fugazmente por su cabeza haciendo que su sangre hirviera.

-Muriel, ese demonio ya no debería llamar para nada y menos para avisarte de algo que podría afectarte, sería autosabotaje ¿No crees?- El pelirrojo avanzó varios pasos hacia ella.

-B-bueno el solo llamó s-se podría decir que somos ¿amigos?- Muriel retrocedió hasta chocar con el escritorio.

-¿Amigos? ya veo, antes cuando saliste ¿no venías de ver a un amigo?- Muriel asintió nerviosa. - ¿Qué amigo? por qué ahora que lo pienso bien tu no tienes amigos en la tierra.- Crowley siguió avanzando hacia la contraria.

-Nina y Maggie son mis amigas, quedé con ellas.- La morena contestó segura cruzándose de brazos.

-Oh claro, saliste con ellas ¿Cómo no lo había pensado antes?- Crowley rió falsamente.

I don't forgive you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora