XIV

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Hekamiah y Aziraphale llegaron al cielo, en cuanto las puertas del ascensor se abrieron Uriel caminó hacia ellos.

-Arcángel Supremo, ángel Hekamiah Metatrón os está esperando.- El peliblanco sonrió al escuchar como Uriel le llamaba por su rango. - Por favor, síganme.- Ambos seres celestiales siguieron a la morena, quien los acompañó hasta la puerta del despacho del  mayor rango.

-¿Está dentro?-

-Si, por cierto, enhorabuena por su éxito en la misión.- Tras aquellas palabras la mujer abandonó el lugar.

-¿Ve? Hizo lo correcto.- Hekamiah comentó sonriente.

-Si, supongo que si.-

Tras llamar a la puerta y recibir una respuesta positiva ambos entraron al despacho donde Metatrón los esperaba sentado, sobre su escritorio descansaba la cabeza del demonio Mefistófeles.

-Arcángel Supremo Aziraphale, ángel Hekamiah que alegría veros.- Metatrón rodeó su escritorio para saludarlos, ambos se miraron extrañados, estaba demasiado contento.

-Dime Hekamiah ¿Es cierto lo que me dijo Uriel? ¿Visteis como Aziraphale cortó la cabeza del demonio?- Metatrón preguntó entusiasmado.

-S-sí señor Metatrón.- El pelirrojo contestó nervioso, desde la última vez que se vieron aquel hombre ya no le transmitía confianza, temía que Aziraphale fuese a ser castigado.

-Pero no lo digas así, es una excelente noticia, enhorabuena Aziraphale, tu primera misión como Arcángel Supremo ha sido todo un éxito.- Metatrón estaba realmente contento y no era para menos, Aziraphale estaba sucumbiendo a los poderes de Arcángel Supremo.

-Bueno, si se me permite decirlo hubiese preferido no tener que eliminar al demonio.- Aziraphale contestó apenado.

-Eso ya no importa, bien está lo que bien acaba, tomad.- Metatrón se acercó a ellos invocando dos bebidas. -Para Hekamiah un buen vaso de whiskey, seguro que tus heridas lo agradecen.- El pelirrojo agarró el vaso y de un solo trago bebió su contenido. -Y para nuestro Arcángel Supremo una buena taza de chocolate caliente.-

-Gracias.- El peliblanco sonrió dando el primer sorbo.- Está realmente delicioso.-

-Señor Metatrón ¿Qué hará con eso?- Hekamiah señaló asqueado la cabeza sobre el escritorio.

-Oh esto.- Metatrón señaló. -Lo enviaré al infierno como advertencia, todo demonio que ose contradecir los planes de dios se las verá con nuestro Arcángel Supremo.- Metatrón sonrió contento.

-C-claro.- Aziraphale sonrió nervioso.

-Ahora seguidme, tengo algo para vosotros.-

-¿Podríamos visitar antes a Miguel?- Preguntó el peliblanco.

-Tranquilos ella también estará presente.-

Los tres hombres comenzaron a caminar por los largos pasillos del cielo, Metatrón encabezaba el pequeño grupo mientras los otros dos caminaban varios pasos detrás suyo.

-¿A dónde cree que vamos?- Hekamiah susurró curioso.

-No lo se, tal vez a la enfermería celestial, Miguel podría estar allí.-

-Dejad de parlotear, ya casi hemos llegado.- La voz de Metatrón los hizo callar.

Unos minutos más tarde el de mayor rango se detuvo frente a unas grandes puertas de color dorado, era el despacho de la todopoderosa, Aziraphale miró el lugar impresionado y sonrió orgulloso al ver que una de sus últimas ideas había sido escuchada, junto a la puerta había una pequeña urna en colores dorados con un escrito "Buzón de sugerencias".

I don't forgive you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora