5: Solo una llamada

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Yang Jeongin
La vida podía golpearme sin parar, pero yo iba a sonreírle y no permitir que se metiera con lo que más amo en el mundo. Si en algún momento intenta lastimar a mis seres cercanos, estoy dispuesto a asumir la responsabilidad y convertirme en el único culpable.

Nunca un camino me pareció tan largo como el de ese día.

De repente, el cielo se nubló y luces y sonidos descendieron sobre la ciudad. Todos levantaron la cabeza y comenzaron a caminar más rápido. Saqué mi celular y marque el número de Taeyeon, quien respondió en segundos, seguramente entendiendo mi desesperación.

-Si, Jeongin-dijo tranquila, y su voz me tranquilizó en cierto modo. De todos modos, ya estaba a unas calles de su departamento.

-¿Puedes bajar con Sunoo, por favor? En cinco minutos estaré allí, solo voy a comprar algunas cosas para cocinar- hablé rápidamente, echando un vistazo al cielo. La tormenta estaba a punto de comenzar.

-¿No quieres venir a comer?- preguntó, su tono sonó como el de una abuela preocupada por tu bienestar.

-No, Taeyeon, necesito mi baño y mi cama. ¿Qué te parece si vienes tú y te quedas con nosotros?

-¡Voy!- exclamó feliz-. Nos vemos en cinco minutos, entonces- añadió mientras me detenía frente al supermercado para ponerme los zapatos.

-Perfecto- proseguí antes de entrar al supermercado, cortando la llamada.

Con cierta repulsión, saqué el sobre que contenía el dinero de anoche. Creo que nunca más podré ver un sobre con buenos ojos, porque siempre me recordará el pasado.

En menos de tres minutos, compré todo: verduras, frutas, té, carne y, al final, un chocolate. Lo necesitaba tanto como Sunoo

Una vez fuera del supermercado, pude ver las calles mucho más vacías. Todos se apresuraron a llegar a sus casas para evitar la tormenta que nos amenazaba en ese atardecer. Mientras caminaba hacia el edificio de Taeyeon, mire el cielo, rezando para que la peligrosa tormenta no comenzara.

-¡Mi amor!- exclamé feliz cuando finalmente vi el rostro de Sunoo, arrodillándome y soltando las bolsas para poder abrazarlo-. ¿Como te sientes?- toque su frente preocupado para asegurarme de que estuviera bien.

-Me siento mucho mejor, papi- intentó sonreír, pero si rostro enfermizo y sus ojos apagados me dieron una idea de la gravedad de su malestar.

-Le bajó un poco la fiebre- me tranquilizo un poco Taeyeon-. Ahora mejor nos apuramos- dijo levantando la mochila de Sunoo y una bolsa que trajo consigo.

Debo admitir que Taeyeon tenía mucha energía, o de otra manera no me explico cómo logró caminar tan rápido y dejarme atrás.

-¡Apúrate niño!- bufó divertida mientras unas gotas de agua comenzaron a caer del cielo.

Baje la cabeza e intenté caminar lo más rápido que mi estado me permitía, pero el cansancio me lo impedía con empeño.

Finalmente, renuncié y decidí caminar lentamente.

La lluvia golpeaba mi rostro y mi cuerpo cansado, pero al mismo tiempo lograba relajarme. Hacía mucho que no paseaba por la calle bajo la lluvia. Además de ser romántico, también era muy tranquilizante.

Con el cabello y la ropa mojada, entré al edificio donde vivía, obviamente unos minutos después que ellos, quienes me esperaban sonrientes en el pasillo

-¡Ya llegué!

A partir de ese momento, todo fue más fácil y ligero. Entre a mi pequeño departamento, donde el calor familiar me envolvió.

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