15: Vuelo Nocturno

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Yang Jeongin
Me mire una vez más en el espejo, retocándome la cara y pase mis dedos por mi cabello, despeinándolo.

Suspire profundamente, exhalando mis preocupaciones internas. Agarré las llaves, el teléfono y la pequeña maleta mientras pensaba que el taxi ya debía haber llegado. Mi estómago comenzó a jugarme una mala pasada debido a los nervios que me invadían. Además de no haber podido dormir nada y de haber bebido un litro de café, que en ese momento no logro tranquilizarme, mi estómago también me molestaba.

-¡Buenos día, Jeongin!

-Buenos días, Soomin- salude a mi vecina con una sonrisa. Ella era la persona más amable y humana que había conocido. Sabía cómo combinar perfectamente la empatía con la decencia de ayudar sin hacerme sentir lástima. Conocía mi historia como padre soltero y siempre intentaba ayudarme, recordándome cuando llegaba alguna factura y compartiendo los dulces que tanto le gustaba cocinar.

Baje rápidamente los dos pisos sin encontrarme con ningún otro vecino y salí del edificio con la dirección de Hyunjin en mi mano. Como yo había pensado, el taxi ya me estaba esperando.

-Buenos días- salude en cuanto me subí al taxi- al aeropuerto internacional, por favor- añadí mientras volvía a mirar el papel. Terminal dos, a las ocho de la mañana. Todo estaba bajo control.

Todo el camino hacia el aeropuerto me lo pase en youtube viendo videos sobre aviones, desastres en el aire, lo que sea. Necesitaba estar informado. Siempre tuve miedo a los vuelos, por eso nunca me atreví a subirme a uno. Por eso y por falta de dinero. No cabe la posibilidad que ese miedo, en este mismo instante, podría ser solo una máscara que me había puesto de manera forzada para deslizar mi mente de lo que verdaderamente me preocupaba.

Una vez llegué al aeropuerto, sentí como mis pies empezaban a temblar y mi estómago se apretaba aún más. Agarré la pequeña maleta que llevaba y entré al aeropuerto. Me detuve junto a una ventana y observé un avión que apenas había despegado del suelo. Cada metro que sabía, mi piel se erizaba más.

-El vuelo treinta para Roma- dije mientras extendía mi billete al hombre que me atendió.

-Joven Yang, para ese vuelo no necesita hacer el Check In. Es un vuelo privado-fruncí el ceño confundido y él añadió- sígueme, por favor- agarró mi maleta y la coloco en una banda transportadora que estaba al fondo.

Camine a su lado sin saber a dónde iba a llevarme. Pasamos por un largo pasillo de vidrio desde donde pude ver varios aviones de lujo. Luego llegamos a una sala enorme llena de gente, pero no cualquier tipo de gente. Eran hombres vestidos elegantemente, la mayoría de ellos con laptops o papeles frente a ellos. No pude evitar sentir un momento de vergüenza cuando estas personas sofisticadas me miraron de arriba a abajo, estudiando mi vestuario. Y hoy si que llevaba ropa de buena calidad.

-Gracias- dije rápidamente cuando lo vi darse la vuelta.

Él me guiño un ojo y sonrió antes de seguir su camino. Me quedé mirándolo por unos segundos, conteniendo las ganas de reír ante su gesto. Sin embargo, me vi obligado a girarme en el momento que escuché a alguien toser detrás de mí.

-Oh, hola- tartamudee-. Ya llegué- añadí, como si no fuera obvio. El hombre frunció el ceño, aparentemente molesto por mi torpeza verbal.

Llevaba puesto un traje azul oscuro, que se asemejaba al color del cielo, y una camisa azul abierta, que lo hacía lucir aún más guapo de lo normal.

¿Qué mierda estaba haciendo? Me comportaba como un completo imbécil. Teniendo en cuenta que toda la semana me dije a mí mismo que debo y que no debo hacer, ahora me sentía muy molesto conmigo mismo. Fueron necesarios unos segundos para empezar a cagarla.

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