Yang Jeongin.
Mi padre siempre me decía.<<Mantén la cabeza en alto pase lo que pase y recuerda que todos lo que te critican solo juzgan lo que ven, porque el tormento que llevas por dentro ninguno lo conoce. En cuanto a sus opiniones, son nulas>>Nunca fui de esos chicos que se impresionan por un auto caro, una cuenta bancaria grande, mucho dinero en efectivo o una mansión. Por lo tanto, el hecho de que ese hombre posee todo lo mencionado anteriormente me daba igual. Lo que realmente me ponía nervioso era el inquietante silencio que se había formado y la forma en que no decía nada sin necesidad de usar palabras.
<<¿cómo podría romper el hielo? ¿Porque me hace sentir tan culpable?>>
Mire por la ventana y vi su rostro reflejado mezclado con las luces de la ciudad. Tenía el ceño fruncido y los labios ligeramente entreabiertos, mirando fijamente el camino sin emitir ningún sonido. Su camisa tenía los primeros dos botones abiertos, lo que permitía ver claramente su arteria palpitante. Seguí mordiéndome las uñas, pensando en cómo podría romper el silencio incómodo.
-¿Me puedes decir a dónde me llevas?- pregunté, girando la cabeza hacia el. Permaneció totalmente inexpresivo y no vi ni siquiera una pequeña posibilidad de obtener una respuesta de su parte, pero no iba a rendirme tan fácilmente-. Creo que no me has escuchado...- me interrumpió de repente levantando un dedo del volante.
-Te escuché- hablo con claridad-, igual que escuché tu respiración agitada desde que te subiste al coche. Créeme, es imposible ignorarla- añadió con una sonrisa en la comisura de sus labios. Instintivamente, entrecerré los ojos al notar su sarcasmo.
-Esto se llama secuestro- me crucé de brazos, molesto. Normalmente me gusta tener el control sobre mi vida, y el ni siquiera quiere decirme a dónde vamos.
-Desde el punto de vista jurídico penal, por secuestro se entiende al apoderamiento y retención que se hace a una persona con el fin de pedir rescate en dinero- replicó con tranquilidad haciéndome rodear los ojos.
-Privación de libertad- recalque, sonriéndole contento de mi mismo y el suspiro.
-La privación de libertad es la acción de privar a alguien de su libertad de movimiento, encerrándolo en un edificio sin tener en cuenta su voluntad- hizo una pausa-. De hecho, te subiste voluntariamente a mi auto.
-No es como si la otra opción fuera agradable- repliqué indignado-, además, sabes perfectamente que me <<Canjeaste>>- añadí señalándolo con el dedo.
-Si, claro- sonrió sinceramente por primera vez en toda la noche-. Por favor, contrata a un abogado y demándame.
-¡Lo haré!- alce la voz , dejando salir mi orgullo.
-Si quieres, te puedo dar el número de Serim- replicó en tono burlón, pero no, no iba a darle la oportunidad de joderme.
-¿Harías eso por mi?- pregunté emocionado-. Por favor, dámelo. Vamos, no perdamos más tiempo.
-Te lo daré- hizo una pausa mientras apretaba el volante-...despacio- añadió, llevando su mano sobre mi pierna.
Lo escaneé con la mirada y pegué mis ojos a su piel. La imaginación comenzó a volar y aterrizó en una habitación de hotel hace más de una semana.
Su mano subió lentamente por mi pierna mientras que su mirada seguía fija en el camino. Con cada centímetro que su piel tocaba la mía me ponía más nervioso. Un gesto tan infantil logró erizarme la piel y formar una descarga eléctrica en el momento en cuanto su mano se posó debajo de mi pantalón, acercándose peligrosamente hacia mis bóxers. Sencillamente, mi mente no estaba preparada para aceptar lo que le ocurría a mi cuerpo. O ¿al revés?
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MILLIONAIRE
FanficDespués de renunciar a todo, Yang Jeongin decidió vender lo único que le quedaba:- a él mismo. Enterró su corazón y entregó su cuerpo, olvidándolo y abandonándolo entre múltiples sábanas de terciopelo. Lo único que lograba levantarlo después de cad...